¿Porqué algunas personas                                                        tienen más desarrollada                                                        que otras, una habilidad                                                        especial que les permite                                                        relacionarse bien con                                                        otros, aunque no sean las                                                        que más se destacan por su                                                        inteligencia?.
¿Porqué unos son más                                                        capaces que otros de                                                        enfrentar contratiempos, o                                                        superar obstáculos y ver                                                        las dificultades de la                                                        vida de manera diferente?.
El nuevo concepto que da                                                        respuesta a ésta y otras                                                        interrogantes es la                                                        Inteligencia Emocional,                                                        una parte a menudo negada                                                        y desdeñada, opacada por                                                        el brillo de la razón, del                                                        coeficiente intelectual (CI),                                                        más fácil de definir y                                                        medir, la misma que viene                                                        a ser una destreza que nos                                                        permite conocer y manejar                                                        nuestros propios                                                        sentimientos, interpretar                                                        o enfrentar los                                                        sentimientos de los demás,                                                        sentirse satisfechos y ser                                                        eficaces en la vida a la                                                        vez que crear hábitos                                                        mentales que favorezcan                                                        nuestra propia                                                        productividad.
La Inteligencia emocional                                                        es una forma de                                                        interactuar con el mundo                                                        que tiene muy en cuenta                                                        los sentimientos, y                                                        engloba habilidades tales                                                        como el control de los                                                        impulsos, la                                                        autoconciencia, la                                                        motivación, el entusiasmo,                                                        la perseverancia, la                                                        empatía, la agilidad                                                        mental, etc. Ellas                                                        configuran rasgos de                                                        carácter como la                                                        autodisciplina, la                                                        compasión o el altruismo,                                                        que resultan                                                        indispensables para una                                                        buena y creativa                                                        adaptación social.
Aprovechar la inteligencia                                                        emocional no implica estar                                                        siempre contento o evitar                                                        las perturbaciones, sino                                                        mantener el equilibrio:                                                        saber atravesar los malos                                                        momentos que nos depara la                                                        vida, reconocer y aceptar                                                        los propios sentimientos y                                                        salir airoso de esas                                                        situaciones sin dañarse ni                                                        dañar a los demás. La                                                        difusión de este "alfabetismo                                                        emocional", pocas veces                                                        valorado en su justa                                                        medida, haría del mundo (y                                                        por ende de las                                                        organizaciones) un lugar                                                        más agradable, menos                                                        agresivo y más                                                        estimulante. No se trata                                                        de borrar las pasiones,                                                        sino de administrarlas con                                                        inteligencia.
LA INTELIGENCIA EMOCIONAL 
·      El mapa cerebral                                                        de la emoción 
Este sistema emocional de                                                        reacción instantánea, casi                                                        reflejo, que parece                                                        imponerse a nuestra                                                        voluntad consciente, está                                                        bien guardado en las capas                                                        más profundas del cerebro.                                                        Su base de operaciones se                                                        encuentra en lo que los                                                        neurólogos conocen como                                                        sistema límbico, compuesto                                                        a su vez por la amígdala,                                                        que se podría definir como                                                        el asiento de toda pasión,                                                        y el hipocampo. Allí                                                        surgen las emociones de                                                        placer, disgusto, ira,                                                        miedo, y se guardan los                                                        "recuerdos emocionales"                                                        asociados con ellos.
Este núcleo primitivo está                                                        rodeado por el neocórtex,                                                        el asiento del                                                        pensamiento, responsable                                                        del razonamiento, la                                                        reflexión, la capacidad de                                                        prever y de imaginar. Allí                                                        también se procesan las                                                        informaciones que llegan                                                        desde los órganos de los                                                        sentidos y se producen las                                                        percepciones conscientes.                                                        Simplificando un poco las                                                        cosas, se podría decir,                                                        por ejemplo, que el                                                        impulso sexual corresponde                                                        al sistema límbico y el                                                        amor al neocórtex.
Normalmente el neocórtex                                                        puede prever las                                                        reacciones emocionales,                                                        elaborarlas, controlarlas                                                        y hasta reflexionar sobre                                                        ellas. Pero existen                                                        ciertos circuitos                                                        cerebrales que van                                                        directamente de los                                                        órganos de los sentidos a                                                        la amígdala, "puenteando"                                                        la supervisión racional.                                                        Cuando estos recorridos                                                        neuronales se encienden,                                                        se produce un estallido                                                        emocional: en otras                                                        palabras, actuamos sin                                                        pensar. Otras veces las                                                        emociones nos perturban,                                                        sabotean el funcionamiento                                                        del neocórtex y no nos                                                        permiten pensar                                                        correctamente.
Algunos pacientes                                                        neurológicos que carecen                                                        de conexión entre la                                                        amígdala y el neocórtex                                                        muestran una inteligencia                                                        normal y razonan como la                                                        gente sana. Sin embargo,                                                        su vida es una sucesión de                                                        elecciones desafortunadas                                                        que los lleva de un                                                        fracaso a otro. Para ellos                                                        los hechos son grises y                                                        neutros, no están teñidos                                                        por las emociones del                                                        pasado. En consecuencia                                                        carecen de la guía del                                                        aprendizaje emocional,                                                        componente indispensable                                                        para evaluar las                                                        circunstancias y tomar las                                                        decisiones apropiadas.
• Inteligentes, pero                                                        tontos 
En la situación ideal,                                                        claro está, los dos                                                        sistemas de nuestro                                                        cerebro se complementan                                                        para hacernos la vida más                                                        fácil, llevarnos mejor con                                                        los demás y elegir las                                                        alternativas más                                                        apropiadas, ya sea                                                        siguiendo las corazonadas                                                        súbitas o los                                                        razonamientos más                                                        cuidadosos. La                                                        inteligencia emocional,                                                        entonces, es la capacidad                                                        de aprovechar las                                                        emociones de la mejor                                                        manera y combinarlas con                                                        el razonamiento para                                                        llegar a buen puerto.
Desde hace casi cien años                                                        el coeficiente intelectual                                                        (CI) es el más famoso y                                                        usado medidor de la                                                        inteligencia, a pesar de                                                        que calibra sólo unas                                                        cuantas habilidades de                                                        nuestra mente (en                                                        particular las matemáticas                                                        y las verbales). Según                                                        algunos autores, el CI                                                        sólo es responsable de                                                        veinte por ciento de la                                                        verdadera inteligencia, de                                                        la capacidad de                                                        desenvolverse con éxito y                                                        ser feliz. Según                                                        estadísticas realizadas en                                                        los Estados Unidos, un                                                        alto CI de un alumno                                                        universitario no es                                                        garantía de éxito                                                        profesional futuro ni de                                                        una vida satisfactoria,                                                        plena y equilibrada.
La inteligencia emocional,                                                        en cambio, facilita las                                                        cosas. Goleman distingue                                                        dentro de ella cinco                                                        habilidades: la capacidad                                                        de reconocer los                                                        sentimientos propios, de                                                        administrarlos, la                                                        automotivación, el                                                        reconocimiento de las                                                        emociones de los demás y                                                        la empatía o capacidad                                                        para reaccionar                                                        correctamente ante los                                                        sentimientos de los otros                                                        (recuadro). Estas                                                        herramientas nos                                                        permitirían movernos entre                                                        la marejada de                                                        sentimientos y emociones                                                        propios y ajenos,                                                        siguiendo lo que un                                                        romántico poco conocedor                                                        de los vericuetos                                                        neuropsicológicos                                                        denominaría "la invisible                                                        brújula del corazón".
Aunque la psicología                                                        conoce desde siempre la                                                        influencia decisiva de las                                                        emociones en el desarrollo                                                        y en la eficacia del                                                        intelecto, el concepto                                                        concreto de la                                                        inteligencia emocional, en                                                        contraposición al de                                                        coeficiente intelectual,                                                        fue planteado hace unos                                                        años por el psicólogo                                                        Peter Salovey, de la                                                        Universidad de Yale. Y si                                                        bien no existen tests para                                                        medirla con exactitud,                                                        varias pruebas o                                                        cuestionarios que valoran                                                        este aspecto pueden ser                                                        muy útiles para predecir                                                        el desarrollo futuro de                                                        una persona.
Hace treinta años, un                                                        psicólogo de la                                                        Universidad de Stanford                                                        realizó un experimento con                                                        niños de cuatro años. Le                                                        mostraba a cada uno una                                                        golosina y le decía que                                                        podía comerla, pero que si                                                        esperaba a que volviera le                                                        traería dos; luego lo                                                        dejaba solito con el                                                        caramelo y su decisión.                                                        Algunos chicos no                                                        aguantaban y se comían la                                                        golosina; otros, elegían                                                        esperar para obtener una                                                        mayor recompensa. Catorce                                                        años después, hizo un                                                        seguimiento de esos mismos                                                        chicos: los que habían                                                        aguantado sin tomar el                                                        caramelo -y, por lo tanto,                                                        controlaban mejor sus                                                        emociones en función de un                                                        objetivo- eran más                                                        emprendedores y sociables.                                                        Los impulsivos, en cambio,                                                        tendían a desmoralizarse                                                        ante cualquier                                                        inconveniente y eran menos                                                        brillantes.
                                                       • Emociones Primarias 
Ira: La sangre fluye a las                                                        manos, y así resulta más                                                        fácil tomar un arma o                                                        golpear un enemigo; el                                                        ritmo cardíaco se eleva,                                                        lo mismo que el nivel de                                                        adrenalina, lo que                                                        garantiza que se podrá                                                        cumplir cualquier acción                                                        vigorosa.
Miedo: La sangre va a los                                                        músculos esqueléticos, en                                                        especial a los de las                                                        piernas, para facilitar la                                                        huida. El organismo se                                                        pone en un estado de                                                        alerta general y la                                                        atención se fija en la                                                        amenaza cercana.
Felicidad: Aumenta la                                                        actividad de los centros                                                        cerebrales que inhiben los                                                        sentimientos negativos y                                                        pensamientos inquietantes.                                                        El organismo está mejor                                                        preparado para encarar                                                        cualquier tarea, con buena                                                        disposición y estado de                                                        descanso general.
Amor: Se trata del opuesto                                                        fisiológico al estado de                                                        "lucha o huye" que                                                        comparten la ira y el                                                        miedo. Las reacciones                                                        parasimpáticas generan un                                                        estado de calma y                                                        satisfacción que facilita                                                        la cooperación.
Sorpresa: El levantar las                                                        cejas permite un mayor                                                        alcance visual y mayor                                                        iluminación en la retina,                                                        lo que ofrece más                                                        información ante un suceso                                                        inesperado.
Disgusto: La expresión                                                        facial de disgusto es                                                        igual en todo el mundo (el                                                        labio superior torcido y                                                        la nariz fruncida) y se                                                        trataría de un intento                                                        primordial por bloquear                                                        las fosas nasales para                                                        evitar un olor nocivo o                                                        escupir un alimento                                                        perjudicial.
Tristeza: El descenso de                                                        energía tiene como objeto                                                        contribuir a adaptarse a                                                        una pérdida significativa                                                        (resignación).
• Componentes de la                                                        inteligencia emocional 
1) Conocer las propias                                                        emociones. La conciencia                                                        de uno mismo (el reconocer                                                        un sentimiento mientras                                                        ocurre) es la clave de la                                                        inteligencia emocional.                                                        Una mayor certidumbre con                                                        respecto a nuestras                                                        emociones es una buena                                                        guía para las elecciones                                                        vitales, desde casarse                                                        hasta optar entre un                                                        trabajo u otro.
2) Manejar las emociones.                                                        Se basa en la capacidad                                                        anterior. Las personas que                                                        saben serenarse y librarse                                                        de la ansiedad, irritación                                                        o melancolías excesivas se                                                        recuperan con mayor                                                        rapidez de los reveses de                                                        la vida.
3) Automotivación. Las                                                        personas que saben                                                        controlar la impulsividad                                                        y esperar para obtener su                                                        recompensa cumplen con sus                                                        objetivos y están                                                        conformes con sus logros.
4) Empatía. La capacidad                                                        para reconocer las                                                        emociones de los demás,                                                        saber qué quieren y qué                                                        necesitan es la habilidad                                                        fundamental para                                                        establecer relaciones                                                        sociales y vínculos                                                        personales.
5) Manejar las relaciones.                                                        Esto significa saber                                                        actuar de acuerdo con las                                                        emociones de los demás:                                                        determinan la capacidad de                                                        liderazgo y popularidad.
• Gestión apoyada en la                                                        inteligencia emocional 
En el mundo empresarial se                                                        está cada día más                                                        convencido de que aquellas                                                        personas que más alto o                                                        más rápidamente ascienden                                                        en sus carreras                                                        profesionales son aquellas                                                        que poseen un mayor                                                        coeficiente de                                                        Inteligencia Emocional.
La Inteligencia General                                                        requiere tiempo y calma,                                                        la Inteligencia Emocional                                                        rapidez (el hombre                                                        primitivo cuando                                                        vislumbraba una sombra                                                        tenía sólo milésimas de                                                        segundo para decidir si                                                        había localizado una presa                                                        o la presa era él).                                                        Gestión de la Inteligencia                                                        Emocional significa                                                        enfatizar lo emocional o                                                        lo racional en las                                                        relaciones interpersonales                                                        y no comportarnos como los                                                        primitivos cediendo a                                                        nuestro impulso.
De este modo los mensajes                                                        con contenido emocional                                                        -evaluación del desempeño,                                                        por ejemplo- son nublados                                                        por una reacción emocional                                                        que deja el cerebro                                                        consciente incapaz de dar                                                        una respuesta racional.
Comprender esta                                                        irracionalidad del cerebro                                                        humano es esencial para                                                        saber cómo las personas se                                                        relacionan -o no lo hacen-                                                        entre sí, elemento clave                                                        para una colaboración con                                                        éxito para motivar,                                                        dirigir o liderar equipos                                                        humanos. Recordemos los                                                        cinco parámetros básicos                                                        de la Inteligencia                                                        Emocional:
1. Autoconocimiento de la                                                        emociones propias. 
2. Dirección de emociones.                                                       
3. Automotivación. 
4. Reconocimiento de                                                        emociones en otros. 
5. Manejo de relaciones.                                                       
• En el principio, la                                                        autoevaluación 
Dentro de este parámetro                                                        es clave averiguar cómo                                                        hacemos nuestras                                                        evaluaciones y cómo                                                        simultaneamos nuestros                                                        papeles de actores y                                                        observadores en este                                                        aspecto. La autoevaluación                                                        es vital porque la                                                        realidad de la                                                        Inteligencia Emocional                                                        sólo puede empezar cuando                                                        la información efectiva                                                        entra en nuestro sistema                                                        perceptivo. Lo que en la                                                        práctica necesitamos es                                                        incrementar nuestra                                                        autovaloración con algunas                                                        serias reflexiones y tener                                                        la valentía de explorar                                                        cómo reaccionamos ante las                                                        personas y los sucesos de                                                        la vida real.
 ¿Por                                                        qué a algunas personas les                                                        va mejor en la vida que a                                                        otras?.
¿Por qué algunas, con alto                                                        coeficiente intelectual y                                                        que se destacan en su                                                        profesión, no pueden                                                        aplicar esta inteligencia                                                        en su vida privada, que va                                                        a la deriva, del                                                        sufrimiento al fracaso?.
¿Porqué algunas personas                                                        tienen más desarrollada                                                        que otras, una habilidad                                                        especial que les permite                                                        relacionarse bien con                                                        otros, aunque no sean las                                                        que más se destacan por su                                                        inteligencia?.
¿Porqué unos son más                                                        capaces que otros de                                                        enfrentar contratiempos, o                                                        superar obstáculos y ver                                                        las dificultades de la                                                        vida de manera diferente?.
El nuevo concepto que da                                                        respuesta a ésta y otras                                                        interrogantes es la                                                        Inteligencia Emocional,                                                        una parte a menudo negada                                                        y desdeñada, opacada por                                                        el brillo de la razón, del                                                        coeficiente intelectual (CI),                                                        más fácil de definir y                                                        medir, la misma que viene                                                        a ser una destreza que nos                                                        permite conocer y manejar                                                        nuestros propios                                                        sentimientos, interpretar                                                        o enfrentar los                                                        sentimientos de los demás,                                                        sentirse satisfechos y ser                                                        eficaces en la vida a la                                                        vez que crear hábitos                                                        mentales que favorezcan                                                        nuestra propia                                                        productividad.
La Inteligencia emocional                                                        es una forma de                                                        interactuar con el mundo                                                        que tiene muy en cuenta                                                        los sentimientos, y                                                        engloba habilidades tales                                                        como el control de los                                                        impulsos, la                                                        autoconciencia, la                                                        motivación, el entusiasmo,                                                        la perseverancia, la                                                        empatía, la agilidad                                                        mental, etc. Ellas                                                        configuran rasgos de                                                        carácter como la                                                        autodisciplina, la                                                        compasión o el altruismo,                                                        que resultan                                                        indispensables para una                                                        buena y creativa                                                        adaptación social.
Aprovechar la inteligencia                                                        emocional no implica estar                                                        siempre contento o evitar                                                        las perturbaciones, sino                                                        mantener el equilibrio:                                                        saber atravesar los malos                                                        momentos que nos depara la                                                        vida, reconocer y aceptar                                                        los propios sentimientos y                                                        salir airoso de esas                                                        situaciones sin dañarse ni                                                        dañar a los demás. La                                                        difusión de este "alfabetismo                                                        emocional", pocas veces                                                        valorado en su justa                                                        medida, haría del mundo (y                                                        por ende de las                                                        organizaciones) un lugar                                                        más agradable, menos                                                        agresivo y más                                                        estimulante. No se trata                                                        de borrar las pasiones,                                                        sino de administrarlas con                                                        inteligencia.
LA INTELIGENCIA EMOCIONAL                                                       
• El mapa cerebral de la                                                        emoción 
Este sistema emocional de                                                        reacción instantánea, casi                                                        reflejo, que parece                                                        imponerse a nuestra                                                        voluntad consciente, está                                                        bien guardado en las capas                                                        más profundas del cerebro.                                                        Su base de operaciones se                                                        encuentra en lo que los                                                        neurólogos conocen como                                                        sistema límbico, compuesto                                                        a su vez por la amígdala,                                                        que se podría definir como                                                        el asiento de toda pasión,                                                        y el hipocampo. Allí                                                        surgen las emociones de                                                        placer, disgusto, ira,                                                        miedo, y se guardan los                                                        "recuerdos emocionales"                                                        asociados con ellos.
Este núcleo primitivo está                                                        rodeado por el neocórtex,                                                        el asiento del                                                        pensamiento, responsable                                                        del razonamiento, la                                                        reflexión, la capacidad de                                                        prever y de imaginar. Allí                                                        también se procesan las                                                        informaciones que llegan                                                        desde los órganos de los                                                        sentidos y se producen las                                                        percepciones conscientes.                                                        Simplificando un poco las                                                        cosas, se podría decir,                                                        por ejemplo, que el                                                        impulso sexual corresponde                                                        al sistema límbico y el                                                        amor al neocórtex.
Normalmente el neocórtex                                                        puede prever las                                                        reacciones emocionales,                                                        elaborarlas, controlarlas                                                        y hasta reflexionar sobre                                                        ellas. Pero existen                                                        ciertos circuitos                                                        cerebrales que van                                                        directamente de los                                                        órganos de los sentidos a                                                        la amígdala, "puenteando"                                                        la supervisión racional.                                                        Cuando estos recorridos                                                        neuronales se encienden,                                                        se produce un estallido                                                        emocional: en otras                                                        palabras, actuamos sin                                                        pensar. Otras veces las                                                        emociones nos perturban,                                                        sabotean el funcionamiento                                                        del neocórtex y no nos                                                        permiten pensar                                                        correctamente.
Algunos pacientes                                                        neurológicos que carecen                                                        de conexión entre la                                                        amígdala y el neocórtex                                                        muestran una inteligencia                                                        normal y razonan como la                                                        gente sana. Sin embargo,                                                        su vida es una sucesión de                                                        elecciones desafortunadas                                                        que los lleva de un                                                        fracaso a otro. Para ellos                                                        los hechos son grises y                                                        neutros, no están teñidos                                                        por las emociones del                                                        pasado. En consecuencia                                                        carecen de la guía del                                                        aprendizaje emocional,                                                        componente indispensable                                                        para evaluar las                                                        circunstancias y tomar las                                                        decisiones apropiadas.
• Inteligentes, pero                                                        tontos 
En la situación ideal,                                                        claro está, los dos                                                        sistemas de nuestro                                                        cerebro se complementan                                                        para hacernos la vida más                                                        fácil, llevarnos mejor con                                                        los demás y elegir las                                                        alternativas más                                                        apropiadas, ya sea                                                        siguiendo las corazonadas                                                        súbitas o los                                                        razonamientos más                                                        cuidadosos. La                                                        inteligencia emocional,                                                        entonces, es la capacidad                                                        de aprovechar las                                                        emociones de la mejor                                                        manera y combinarlas con                                                        el razonamiento para                                                        llegar a buen puerto.
Desde hace casi cien años                                                        el coeficiente intelectual                                                        (CI) es el más famoso y                                                        usado medidor de la                                                        inteligencia, a pesar de                                                        que calibra sólo unas                                                        cuantas habilidades de                                                        nuestra mente (en                                                        particular las matemáticas                                                        y las verbales). Según                                                        algunos autores, el CI                                                        sólo es responsable de                                                        veinte por ciento de la                                                        verdadera inteligencia, de                                                        la capacidad de                                                        desenvolverse con éxito y                                                        ser feliz. Según                                                        estadísticas realizadas en                                                        los Estados Unidos, un                                                        alto CI de un alumno                                                        universitario no es                                                        garantía de éxito                                                        profesional futuro ni de                                                        una vida satisfactoria,                                                        plena y equilibrada.
La inteligencia emocional,                                                        en cambio, facilita las                                                        cosas. Goleman distingue                                                        dentro de ella cinco                                                        habilidades: la capacidad                                                        de reconocer los                                                        sentimientos propios, de                                                        administrarlos, la                                                        automotivación, el                                                        reconocimiento de las                                                        emociones de los demás y                                                        la empatía o capacidad                                                        para reaccionar                                                        correctamente ante los                                                        sentimientos de los otros                                                        (recuadro). Estas                                                        herramientas nos                                                        permitirían movernos entre                                                        la marejada de                                                        sentimientos y emociones                                                        propios y ajenos,                                                        siguiendo lo que un                                                        romántico poco conocedor                                                        de los vericuetos                                                        neuropsicológicos                                                        denominaría "la invisible                                                        brújula del corazón".
Aunque la psicología                                                        conoce desde siempre la                                                        influencia decisiva de las                                                        emociones en el desarrollo                                                        y en la eficacia del                                                        intelecto, el concepto                                                        concreto de la                                                        inteligencia emocional, en                                                        contraposición al de                                                        coeficiente intelectual,                                                        fue planteado hace unos                                                        años por el psicólogo                                                        Peter Salovey, de la                                                        Universidad de Yale. Y si                                                        bien no existen tests para                                                        medirla con exactitud,                                                        varias pruebas o                                                        cuestionarios que valoran                                                        este aspecto pueden ser                                                        muy útiles para predecir                                                        el desarrollo futuro de                                                        una persona.
Hace treinta años, un                                                        psicólogo de la                                                        Universidad de Stanford                                                        realizó un experimento con                                                        niños de cuatro años. Le                                                        mostraba a cada uno una                                                        golosina y le decía que                                                        podía comerla, pero que si                                                        esperaba a que volviera le                                                        traería dos; luego lo                                                        dejaba solito con el                                                        caramelo y su decisión.                                                        Algunos chicos no                                                        aguantaban y se comían la                                                        golosina; otros, elegían                                                        esperar para obtener una                                                        mayor recompensa. Catorce                                                        años después, hizo un                                                        seguimiento de esos mismos                                                        chicos: los que habían                                                        aguantado sin tomar el                                                        caramelo -y, por lo tanto,                                                        controlaban mejor sus                                                        emociones en función de un                                                        objetivo- eran más                                                        emprendedores y sociables.                                                        Los impulsivos, en cambio,                                                        tendían a desmoralizarse                                                        ante cualquier                                                        inconveniente y eran menos                                                        brillantes.
• Emociones Primarias 
Ira: La sangre fluye a las                                                        manos, y así resulta más                                                        fácil tomar un arma o                                                        golpear un enemigo; el                                                        ritmo cardíaco se eleva,                                                        lo mismo que el nivel de                                                        adrenalina, lo que                                                        garantiza que se podrá                                                        cumplir cualquier acción                                                        vigorosa.
Miedo: La sangre va a los                                                        músculos esqueléticos, en                                                        especial a los de las                                                        piernas, para facilitar la                                                        huida. El organismo se                                                        pone en un estado de                                                        alerta general y la                                                        atención se fija en la                                                        amenaza cercana.
Felicidad: Aumenta la                                                        actividad de los centros                                                        cerebrales que inhiben los                                                        sentimientos negativos y                                                        pensamientos inquietantes.                                                        El organismo está mejor                                                        preparado para encarar                                                        cualquier tarea, con buena                                                        disposición y estado de                                                        descanso general.
Amor: Se trata del opuesto                                                        fisiológico al estado de                                                        "lucha o huye" que                                                        comparten la ira y el                                                        miedo. Las reacciones                                                        parasimpáticas generan un                                                        estado de calma y                                                        satisfacción que facilita                                                        la cooperación.
Sorpresa: El levantar las                                                        cejas permite un mayor                                                        alcance visual y mayor                                                        iluminación en la retina,                                                        lo que ofrece más                                                        información ante un suceso                                                        inesperado.
Disgusto: La expresión                                                        facial de disgusto es                                                        igual en todo el mundo (el                                                        labio superior torcido y                                                        la nariz fruncida) y se                                                        trataría de un intento                                                        primordial por bloquear                                                        las fosas nasales para                                                        evitar un olor nocivo o                                                        escupir un alimento                                                        perjudicial.
Tristeza: El descenso de                                                        energía tiene como objeto                                                        contribuir a adaptarse a                                                        una pérdida significativa                                                        (resignación).
• Componentes de la                                                        inteligencia emocional 
1) Conocer las propias                                                        emociones. La conciencia                                                        de uno mismo (el reconocer                                                        un sentimiento mientras                                                        ocurre) es la clave de la                                                        inteligencia emocional.                                                        Una mayor certidumbre con                                                        respecto a nuestras                                                        emociones es una buena                                                        guía para las elecciones                                                        vitales, desde casarse                                                        hasta optar entre un                                                        trabajo u otro.
2) Manejar las emociones.                                                        Se basa en la capacidad                                                        anterior. Las personas que                                                        saben serenarse y librarse                                                        de la ansiedad, irritación                                                        o melancolías excesivas se                                                        recuperan con mayor                                                        rapidez de los reveses de                                                        la vida.
3) Automotivación. Las                                                        personas que saben                                                        controlar la impulsividad                                                        y esperar para obtener su                                                        recompensa cumplen con sus                                                        objetivos y están                                                        conformes con sus logros.
4) Empatía. La capacidad                                                        para reconocer las                                                        emociones de los demás,                                                        saber qué quieren y qué                                                        necesitan es la habilidad                                                        fundamental para                                                        establecer relaciones                                                        sociales y vínculos                                                        personales.
5) Manejar las relaciones.                                                        Esto significa saber                                                        actuar de acuerdo con las                                                        emociones de los demás:                                                        determinan la capacidad de                                                        liderazgo y popularidad.
• Gestión apoyada en la                                                        inteligencia emocional 
En el mundo empresarial se                                                        está cada día más                                                        convencido de que aquellas                                                        personas que más alto o                                                        más rápidamente ascienden                                                        en sus carreras                                                        profesionales son aquellas                                                        que poseen un mayor                                                        coeficiente de                                                        Inteligencia Emocional.
La Inteligencia General                                                        requiere tiempo y calma,                                                        la Inteligencia Emocional                                                        rapidez (el hombre                                                        primitivo cuando                                                        vislumbraba una sombra                                                        tenía sólo milésimas de                                                        segundo para decidir si                                                        había localizado una presa                                                        o la presa era él).                                                        Gestión de la Inteligencia                                                        Emocional significa                                                        enfatizar lo emocional o                                                        lo racional en las                                                        relaciones interpersonales                                                        y no comportarnos como los                                                        primitivos cediendo a                                                        nuestro impulso.
De este modo los mensajes                                                        con contenido emocional                                                        -evaluación del desempeño,                                                        por ejemplo- son nublados                                                        por una reacción emocional                                                        que deja el cerebro                                                        consciente incapaz de dar                                                        una respuesta racional.
Comprender esta                                                        irracionalidad del cerebro                                                        humano es esencial para                                                        saber cómo las personas se                                                        relacionan -o no lo hacen-                                                        entre sí, elemento clave                                                        para una colaboración con                                                        éxito para motivar,                                                        dirigir o liderar equipos                                                        humanos. Recordemos los                                                        cinco parámetros básicos                                                        de la Inteligencia                                                        Emocional:
1. Autoconocimiento de la                                                        emociones propias. 
2. Dirección de emociones.                                                       
3. Automotivación. 
4. Reconocimiento de                                                        emociones en otros. 
5. Manejo de relaciones.                                                       
• En el principio, la                                                        autoevaluación 
Dentro de este parámetro                                                        es clave averiguar cómo                                                        hacemos nuestras                                                        evaluaciones y cómo                                                        simultaneamos nuestros                                                        papeles de actores y                                                        observadores en este                                                        aspecto. La autoevaluación                                                        es vital porque la                                                        realidad de la                                                        Inteligencia Emocional                                                        sólo puede empezar cuando                                                        la información efectiva                                                        entra en nuestro sistema                                                        perceptivo. Lo que en la                                                        práctica necesitamos es                                                        incrementar nuestra                                                        autovaloración con algunas                                                        serias reflexiones y tener                                                        la valentía de explorar                                                        cómo reaccionamos ante las                                                        personas y los sucesos de                                                        la vida real.
Unas reflexiones nos                                                        ayudarán en este empeño:
o Examinar cómo hacemos                                                        las valoraciones. 
o Cómo sintonizamos con                                                        nuestros sentidos. 
o Cómo entramos en                                                        contacto con nuestros                                                        sentimientos. 
o Cómo aprendemos sobre                                                        nuestras intenciones                                                        reales. 
o Cómo prestamos atención                                                        a nuestras acciones. 
Este parámetro inicial de                                                        autoconocimiento es básico                                                        porque nuestra                                                        predisposición a una                                                        respuesta cortés, o a una                                                        expansión incontrolada,                                                        depende más de la                                                        valoración que hagamos de                                                        nuestro interlocutor que                                                        del hecho puntual que                                                        estamos evaluando.
Hemos de tener muy en                                                        cuenta:
o Que es la valoración y                                                        no el comportamiento del                                                        otro lo que causa nuestra                                                        reacción. 
o Ser muy conscientes de                                                        que nuestra valoración es                                                        sólo nuestra. 
o Aceptar que las                                                        valoraciones están sujetas                                                        a cambio. 
o Ejercicios personales de                                                        anotar, analizar y rehacer                                                        mentalmente nuestras
autovaloraciones erróneas                                                        son vías de desarrollo en                                                        esta primera dimensión de                                                        la Inteligencia Emocional.                                                       
Dirigir las emociones.
Hemos oído muchas veces                                                        "controla tus emociones",                                                        y en demasiadas ocasiones                                                        nos hemos confundido y, en                                                        vez de controlar, lo que                                                        hemos hecho es simplemente                                                        "ahogar nuestras                                                        emociones". Esto es un                                                        craso error porque las                                                        emociones no son en sí                                                        mismas ni buenas ni malas.                                                        La que puede ser buena o                                                        mala es nuestra respuesta.                                                        En todo caso, las                                                        emociones nos dan pistas                                                        que nos permitirán                                                        analizarlas para lograr                                                        finalmente que trabajen a                                                        nuestro favor.
Puede trazarse un                                                        paralelismo entre la                                                        gestión de la Inteligencia                                                        Emocional y el                                                        funcionamiento de los                                                        componentes de un PC                                                        (disco duro, monitor,                                                        impresora…). Éstos son                                                        elementos que interfieren                                                        unos con otros y que                                                        armonizan su                                                        funcionamiento para una                                                        realización óptima. Si un                                                        componente falla, falla                                                        todo el sistema.
En el caso de nuestras                                                        emociones, los componentes                                                        serían: nuestros                                                        pensamientos o                                                        valoraciones                                                        cognoscitivas, nuestros                                                        cambios psicológicos o                                                        acciones basadas en la                                                        excitación nerviosa y                                                        nuestras tendencias                                                        comportamentales.
Para un buen manejo de                                                        este parámetro de la                                                        Inteligencia Emocional                                                        necesitaríamos tomar el                                                        mando de nuestros                                                        pensamientos, dirigir                                                        oportunamente nuestras                                                        excitaciones nerviosas y                                                        llegar a ser buenos                                                        solucionadores de                                                        problemas.
Por tanto, en la gestión                                                        de problemas, es necesario                                                        ser muy conscientes de                                                        que:
• El problema real no es                                                        quién está involucrado. El                                                        problema real es cómo                                                        respondemos. 
• El problema real no es                                                        que nos moleste el                                                        problema. El problema real                                                        es cómo me siento. 
• El problema real no es                                                        cómo ha ocurrido. El                                                        problema real es cuándo lo                                                        tratamos de resolver. 
Algunas de las pautas a                                                        seguir que nos pueden                                                        ayudar a realizar esta                                                        difícil tarea serían, en                                                        primer lugar, comprender                                                        la naturaleza de los                                                        problemas y                                                        posteriormente,                                                        interiorizar la idea de                                                        que son las respuestas a                                                        las situaciones las que                                                        causan los problemas.
Es vital admitir realmente                                                        que los problemas son                                                        parte normal de la vida y                                                        no hemos de sentirnos                                                        obsesionados por ellos                                                        cuando los tenemos. La                                                        clave no está en negar los                                                        problemas, sino en                                                        solucionarlos.
• Las emociones como fuente de motivación emocional
Desde un punto de vista                                                        técnico, la motivación es                                                        la capacidad para enviar                                                        energía en una dirección                                                        específica con un                                                        propósito específico. En                                                        el contexto de la                                                        Inteligencia Emocional                                                        significa usar nuestro                                                        sistema emocional para                                                        catalizar todo el sistema                                                        y mantenerlo en                                                        funcionamiento. Hay cuatro                                                        fuentes principales de                                                        motivación:
o Nosotros mismos                                                        (pensamiento positivo,                                                        visualización, respiración                                                        abdominal, gestión                                                        desagregada). 
o Los amigos, la familia y                                                        colegas, realmente                                                        nuestros soportes más                                                        relevantes. 
o Un mentor emocional                                                        (real o ficticio). 
o El propio entorno (aire,                                                        luz, sonido, objetos                                                        motivacionales). 
En el apartado de la                                                        automotivación se                                                        entrecruzan también                                                        aspectos relacionados con                                                        la serenización personal,                                                        y el tratamiento de                                                        reveses para convertirlos                                                        en plataformas de éxitos.
Lo que hace a una persona                                                        más elástica que otra para                                                        gestionar oportunamente                                                        los reveses y convertirlos                                                        en plataformas de éxitos,                                                        no es un gen especial de                                                        elasticidad emocional y                                                        psicológica, sino la                                                        habilidad de procesar y                                                        usar productivamente la                                                        emoción engendrada por un                                                        revés.
La secuencia de este                                                        proceso virtuoso responde                                                        a la siguiente cadencia:
o Sintonía de pensamientos                                                        e interpretaciones. 
o Uso de frases                                                        motivadoras y diálogos                                                        internos constructivos.                                                       
o Sentido del humor. 
o Relajación. 
o Actividad física. 
o Uso de técnicas de                                                        resolución de problemas.                                                       
o Apoyo en nuestro equipo                                                        de personas-soporte. 
o Reapreciación de metas y                                                        establecimiento de otras                                                        nuevas. 
Teniendo en cuenta estos                                                        ejercicios de dominio del                                                        carácter, las etapas que                                                        van desde un revés a la                                                        construcción de una                                                        plataforma de éxitos                                                        podrían ser las                                                        siguientes:
o Desconfianza (negar la                                                        realidad de la crisis).                                                       
o Ira (positivizante a                                                        través de la Dirección de                                                        Emociones). 
o Ansia por una vuelta al                                                        pasado. 
o Depresión 
o Aceptación 
o Esperanza (retorno al                                                        optimismo). 
o Actividad positiva. 
o Reconocimiento de las                                                        emociones en otros. 
En el desarrollo de                                                        habilidades de                                                        comunicación efectivas y                                                        la comprensión y                                                        valoración de las                                                        emociones de los otros es                                                        cuando la gestión de la                                                        Inteligencia Emocinal pasa                                                        de intrapersonal a                                                        interpersonal. Los grandes                                                        temas de este apartado son                                                        los siguientes:
• Autoapertura: es no                                                        hablar desde lo absoluto                                                        sino desde la                                                        interpretación que                                                        nosotros damos a nuestros                                                        datos, siendo sensibles a                                                        los sentimientos del otro                                                        y cuidando mucho el                                                        lenguaje corporal. 
• Asertividad: En Gestión                                                        de la Inteligencia                                                        Emocional, a la                                                        asertividad le damos una                                                        acepción especial basada                                                        en la habilidad de                                                        mantener nuestros                                                        derechos, opiniones,                                                        creencias y deseos,                                                        respetando al mismo tiempo                                                        las del otro, lo que                                                        contrasta con la                                                        agresividad, que no las                                                        tiene en cuenta, o la                                                        pasividad, que ignora las                                                        propias. 
• Escucha activa: En la                                                        escucha activa hemos de                                                        poner énfasis en                                                        desactivar nuestros                                                        filtros de recepción,                                                        sintetizar las                                                        declaraciones del otro,                                                        usar frases de                                                        dinamización, dar noticia                                                        de que somos conscientes                                                        de los sentimientos del                                                        otro y usar apropiadamente                                                        las pistas no verbales de                                                        quien se nos dan. 
Respecto al criticismo,                                                        hemos de lograr                                                        convertirlo en productivo,                                                        preparándonos antes de la                                                        crítica para                                                        desenvolvernos                                                        constructivamente durante                                                        la sesión, y analizar y                                                        valorar posteriormente lo                                                        positivo de la misma.
• Dominar las relaciones                                                        interpersonales 
El manejo de relaciones se                                                        divide en dos ámbitos. El                                                        primero es el de las                                                        relaciones esporádicas y                                                        el segundo el de las                                                        relaciones en el tiempo.                                                        Tanto en uno como en otro,                                                        los intercambios de                                                        cortesías, información                                                        sobre hechos,                                                        pensamientos, ideas,                                                        sentimientos y deseos,                                                        deben armonizarse con el                                                        grado de sintonía de los                                                        dos interlocutores,                                                        estableciéndose claramente                                                        las fronteras de cada                                                        estadio de la intimidad.                                                        Dentro de este marco de                                                        relaciones interpersonales                                                        algunas pautas deben                                                        tenerse en cuenta:
o Separar las personas de                                                        los temas. 
o Enfocar en intereses y                                                        no en posiciones. 
o Establecer metas                                                        precisas de la                                                        negociación. 
o Trabajar juntos para                                                        crear opciones que                                                        favorezcan ambas partes.                                                       
o La inteligencia al                                                        servicio de las emociones                                                       
En las relaciones                                                        interpersonales la                                                        dosificación de la                                                        proporción de emotividad y                                                        racionalidad debe                                                        graduarse cuidadosamente                                                        en cada etapa de la                                                        relación, y el énfasis en                                                        las clásicas salidas de                                                        lucha-huida debe elegirse                                                        según la naturaleza del                                                        marco, el poder del                                                        oponente y la importancia                                                        de la meta.
Las personas somos                                                        generalmente más emotivas                                                        que racionales y, por                                                        tanto, empatía, paciencia                                                        creativa y claridad mental                                                        son dimensiones que nos                                                        ayudarán a sacar el máximo                                                        partido de nuestra                                                        habilidad en Gestión de la                                                        Inteligencia Emocional.
A modo de resumen,                                                        podríamos buscar un símil                                                        entre la Gestión de la                                                        Inteligenca Emocional con                                                        la navegación emocional,                                                        teniendo en cuenta que el                                                        pilotaje emocional se                                                        compone de una estrategia                                                        personal, la asistencia                                                        continua de antenas y                                                        termómetros emocionales,                                                        un amplio repertorio de                                                        tácticas, estilos y                                                        enfoques y ciertas dosis                                                        de arte en la conducción.                                                        El apartado Máquinas de la                                                        navegación emocional                                                        consistiría en un                                                        abundante stock de                                                        energía, serenidad,                                                        capacidades y valores.
Nuestras sanas ambiciones                                                        personales y nuestros                                                        deseos de una más alta                                                        eficacia profesional                                                        alcanzarán metas más                                                        elevadas a través del buen                                                        desarrollo y uso de                                                        nuestra Inteligencia                                                        Emocional.
La Gestión de la                                                        Inteligencia Emocional en                                                        la empresa ha de hacerse                                                        dentro de un enfoque de                                                        caja negra (como el manejo                                                        del mando a distancia del                                                        televisor, que sabemos                                                        hacerlo funcionar pero no                                                        conocemos en profundidad                                                        su tecnología). Querer                                                        convertir el Gerente en                                                        Psicoanalista resultaría                                                        fatal. En definitiva, la                                                        Gestión de la Inteligencia                                                        Emocional sirve para ser                                                        usada y no sólo para ser                                                        conocida. De una posición                                                        a otra nos jugamos el ser                                                        gerentes de éxito o                                                        solamente ser gerentes                                                        ilustrados.
CAMBIO EN LA ORGANIZACIÓN
En ocasiones, la única                                                        manera de obtener un                                                        rendimiento significativo                                                        es llevar a cabo                                                        importantes cambios en la                                                        organización, cambios que                                                        suponen un intento                                                        previamente planificado                                                        por la dirección de                                                        mejorar el rendimiento                                                        general de las personas,                                                        de los grupos o de la                                                        propia organización,                                                        mediante la modificación                                                        de la estructura, el                                                        comportamiento y los                                                        procesos de la misma. Si                                                        el cambio se lleva cabo de                                                        una forma correcta,                                                        personas y grupos deben                                                        mejorar su rendimiento.                                                        Cualquier esfuerzo                                                        decidido, planificado y                                                        evaluado que sirva para                                                        mejorar el rendimiento,                                                        cuenta con grandes                                                        posibilidades de alcanzar                                                        el éxito.
• Tipos de Cambio 
De acuerdo al desarrollo                                                        que las organizaciones van                                                        experimentado, se puede                                                        realizar una clasificación                                                        de los distinto cambios                                                        que enfrenta.
• Cambio No Planeado 
Es un cambio                                                        circunstancial,                                                        "simplemente sucede" y que                                                        en algunas ocasiones puede                                                        llegar a tener carácter de                                                        accidental.
• Cambio Planeado
Es una actividad                                                        intencional orientada a la                                                        meta, que busca                                                        proactividad en la                                                        organización, tratando de                                                        mejorar la capacidad de la                                                        organización por adaptarse                                                        a los cambios en su                                                        ambiente (competencia,                                                        leyes, proveedores,                                                        clientes, etc.).
Además procura cambiar el                                                        comportamiento de los                                                        empleados, puesto que el                                                        éxito o fracaso de una                                                        organización en el fondo                                                        depende de las acciones                                                        que los empleados hacen o                                                        dejan de hacer.
El cambio planeado se                                                        preocupa del                                                        comportamiento de los                                                        individuos en los grupos                                                        dentro de la organización.
• Gestión Para el Cambio                                                        Planeado 
No cabe duda que de que el                                                        proceso de cambio se                                                        realiza en muchos casos a                                                        costa de perdidas a corto                                                        plazo para unos pocos y de                                                        beneficios a largo plazo                                                        para la mayoría, por lo                                                        cual se pueden identificar                                                        varios formas de abordar                                                        un cambio planeado.
• Mediante el poder 
La aplicación del poder                                                        para provocar el cambio                                                        implica utilizar la                                                        coerción. Como regla                                                        general en la organización                                                        los ejecutivos como los                                                        que tienen acceso al poder                                                        pueden hacer uso de este                                                        para obligar a los                                                        subordinados a cambiar en                                                        la dirección que ellos                                                        desean. También son                                                        quienes determinar las                                                        condiciones de empleo,                                                        incluyendo promociones y                                                        ascensos, dado estos                                                        fundamentos los ejecutivos                                                        pueden ejerce una                                                        relevante influencia en la                                                        organización.
• Mediante la razón 
La aplicación de la razón                                                        para producir el cambio,                                                        se basa en la difusión de                                                        información antes de                                                        introducir el cambio                                                        propuesto, lo anterior se                                                        fundamenta en que los                                                        participantes involucrados                                                        en el cambio harán una                                                        elección racional en                                                        función de la información                                                        recibida.
No obstante las                                                        organizaciones requieren                                                        que reconozcamos                                                        motivaciones y necesidades                                                        individuales, de normas y                                                        sanciones gripales, así                                                        como la existencia de las                                                        organizaciones como                                                        unidades sociales y de                                                        trabajo, lo cual implica                                                        que la razón por si sola                                                        no bastara para generar el                                                        cambio.
• Mediante la reeducación                                                       
Este enfoque basa su                                                        confianza en la                                                        reeducación, con el fin de                                                        mejorar el funcionamiento                                                        organizacional, esto                                                        implica un conjunto de                                                        actividades por las que se                                                        reconoce que ni el poder                                                        ni la razón por si solo                                                        pueden generar cambios,                                                        constituyendo este enfoque                                                        en la escénica del                                                        desarrollo organizacional.
• Agentes de Cambio 
Una persona o grupo de                                                        personas que entra en una                                                        organización actual o en                                                        partes de una organización                                                        con la misión de ser                                                        facilitador del proceso de                                                        cambio, ofreciendo una                                                        perspectiva diferente que                                                        permita dirigir y                                                        coordinar todas las                                                        actividades que sean                                                        necesarias para apoyar a                                                        los que toman decisiones                                                        claves en la organización,                                                        así pues la modalidad que                                                        adopte la intervención                                                        representa una decisión                                                        crucial.
• Agentes de cambio                                                        externos 
Habitualmente son                                                        empleados contratados por                                                        el tiempo que dura el                                                        proceso de cambio,                                                        entrando en contacto la                                                        organización con empresas                                                        entre las que figuran                                                        universidades, consultoras                                                        y organismos de                                                        capacitación, con este                                                        tipo de formación el                                                        agente de cambio externo                                                        cuenta con la perspectiva                                                        necesaria para impulsar el                                                        proceso de cambio.
• Agente de cambio interno                                                       
Es una persona que trabaja                                                        en la organización con                                                        cierto conocimiento de los                                                        problemas que le aquejan,                                                        siendo habitual que sea un                                                        ejecutivo en proyección,                                                        logrando con esto un                                                        enfoque con expectativas                                                        de cambios necesarias.
• La resistencia al cambio                                                       
Uno de los resultados más                                                        sólidamente documentados                                                        de los estudios del                                                        comportamiento individual                                                        y organizacional es el                                                        hecho de que las                                                        organizaciones y sus                                                        miembros resisten el                                                        cambio. En cierto sentido,                                                        esto es positivo.                                                        Proporciona estabilidad y                                                        predecibilidad en el                                                        comportamiento. Si no                                                        hubiera algo de                                                        resistencia, el                                                        comportamiento                                                        organizacional tendría la                                                        característica de ser                                                        aleatoriamente caótico. La                                                        resistencia al cambio                                                        también puede ser una                                                        fuente de conflicto                                                        funcional, pero puede                                                        estimular un debate                                                        saludable sobre los                                                        méritos de la idea y dar                                                        como resultado una mejor                                                        decisión. Existe una                                                        desventaja definitiva en                                                        la resistencia al cambio.                                                        Obstaculiza la adaptación                                                        y el progreso.
La resistencia al cambio                                                        no surge necesariamente en                                                        forma estandarizada. La                                                        resistencia puede ser                                                        manifiesta, implícita,                                                        inmediata o diferida. Es                                                        más fácil para la                                                        administración tratar con                                                        la resistencia cuando es                                                        abierta e inmediata. Por                                                        ejemplo, se propone un                                                        cambio y los empleados                                                        responden rápidamente                                                        presentando quejas,                                                        retrasando el trabajo,                                                        amenazando con ir a la                                                        huelga, o cosas                                                        semejantes. El mayor                                                        desafío para la                                                        inteligencia emocional, lo                                                        representa la                                                        administración de la                                                        resistencia implícita o                                                        diferida. Los esfuerzos de                                                        la resistencia implícita                                                        son más sutiles – pérdida                                                        de lealtad para la                                                        organización pérdida de                                                        motivación para trabajar,                                                        mayor número de errores o                                                        equivocaciones, mayor                                                        ausentismo por "                                                        enfermedades " y, por                                                        tanto, más difíciles de                                                        reconocer. De manera                                                        similar, las acciones                                                        diferidas enturbian el                                                        vínculo entre la fuente de                                                        la resistencia y su                                                        reacción a la misma. Un                                                        cambio puede producir lo                                                        que parece sólo una                                                        reacción mínima en el                                                        momento en que se inicia,                                                        pero luego la resistencia                                                        sale a la luz semanas,                                                        meses o hasta años                                                        después. O un solo cambio                                                        que en sí y de por sí                                                        puede tener poco impacto                                                        se convierte en la gota                                                        que derrama el vaso. La                                                        reacción al cambio puede                                                        acumularse y luego                                                        explotar en alguna                                                        respuesta que parece                                                        totalmente fuera de                                                        proporción a la acción de                                                        cambio que sigue. Desde                                                        luego, la resistencia                                                        simplemente se ha diferido                                                        y almacenado. Lo que surge                                                        es una respuesta a una                                                        acumulación de cambios                                                        anteriores.
LA INTELIGENCIA EMOCIONAL                                                        Y EL CAMBIO ORGANIZACIONAL
En el mundo moderno, con                                                        la nueva manera de hacer                                                        negocios, elementos como                                                        la IE cobran una                                                        importancia crucial.
A medida que las                                                        organizaciones se                                                        desenvuelven en mercados                                                        mas competitivos y                                                        dinámicos, reducen                                                        personal por                                                        reestructuraciones o                                                        comienzan a ser parte de                                                        la globalización lo que                                                        significa fuertes                                                        modificaciones en el                                                        estilo de gestión.
Debido a lo anterior, los                                                        empleados deberán                                                        desarrollar nuevas                                                        características para                                                        adaptarse o mejor aun                                                        destacarse.
Para las organizaciones,                                                        conseguir al mas brillante                                                        en algún ámbito es                                                        cuestión de tiempo y                                                        dinero, pero será mucho                                                        mas complicado encontrar                                                        al mas apto. Lo anterior                                                        significa competencia                                                        técnica e "inteligencia                                                        emocional".
Es interesante destacar                                                        que un coeficiente                                                        intelectual superior o un                                                        alto nivel de pericia en                                                        una determinada materia                                                        pueden llegar a ser                                                        paradójicamente negativos                                                        para el éxito laboral en                                                        la empresa moderna. Lo                                                        anterior se explica por la                                                        común falta de capacidad                                                        de aceptar críticas,                                                        consejos y trabajar en                                                        equipo de las "estrellas".
Análogamente, la                                                        dificultad que tienen los                                                        supervisores, jefes o                                                        gerentes para empatizar                                                        con sus subordinados y así                                                        poder transmitir los                                                        mensajes de la manera mas                                                        eficaz posible, es otro                                                        punto de interés. Lo                                                        anterior está                                                        estrechamente relacionado                                                        con el liderazgo.
• La empatía 
Percibir lo que otros                                                        sienten sin decirlo es la                                                        esencia de la empatía.                                                        Rara vez el otro dirá con                                                        palabras lo que                                                        experimenta; en cambio, lo                                                        revela su tono de voz, su                                                        expresión facial y otras                                                        maneras no verbales. La                                                        capacidad de percibir esas                                                        comunicaciones sutiles                                                        nace de aptitudes más                                                        básicas, sobre todo del                                                        conocimiento de uno mismo                                                        y del autodominio. Si no                                                        podemos percibir nuestros                                                        propios sentimientos (o                                                        impedir que nos ahoguen)                                                        nos veremos                                                        irremediablemente fuera de                                                        contacto con las estados                                                        de ánimo ajenos.
Cuando falta esa                                                        sensibilidad, la gente                                                        queda descontenta. La                                                        falta de oído emocional                                                        conduce a la torpeza                                                        social, ya sea por haber                                                        interpretado mal los                                                        sentimientos ajenos, ya                                                        sea por una franqueza                                                        mecánica e inoportuna, o                                                        una indiferencia que                                                        aniquila la afinidad. Una                                                        de las formas que puede                                                        adoptar esta falta de                                                        empatía es tratar a los                                                        demás como si fueran                                                        estereotipos y no los                                                        individuos únicos que son.
La empatía requiere,                                                        cuanto menos, saber                                                        interpretar las emociones                                                        ajenas; en un plano más                                                        elevado, incluye percibir                                                        las preocupaciones o lo                                                        sentimientos del otro y                                                        responder a ellos. En el                                                        nivel más alto, la empatía                                                        significa comprender los                                                        problemas e intereses que                                                        subyacen bajo los                                                        sentimientos del otro.
Los elementos señalados                                                        son de gran importancia si                                                        deseamos crear ambientes                                                        de trabajo adecuados ya                                                        que, como lo señaláramos,                                                        las organizaciones                                                        modernas se basan                                                        fuertemente en la                                                        interacción entre las                                                        personas, grupos de                                                        trabajo, equipos de                                                        ventas, etc. Por otro lado                                                        que es más importante para                                                        un "buen" vendedor que                                                        interpretar los gustos y                                                        deseos de su cliente.
• La influencia 
El arte de la influencia                                                        requiere manejar con                                                        efectividad las emociones                                                        ajenas. Los trabajadores                                                        estelares son diestros en                                                        la proyección de señales                                                        emocionales, lo cual los                                                        convierte en potentes                                                        comunicadores, capaces de                                                        dominar a un público. En                                                        pocas palabras, los                                                        convierte en líderes.
Poder influir sobre los                                                        demás no es un tema menor                                                        que tenga que ver                                                        necesariamente con las                                                        cuotas de poder a las que                                                        puedo acceder, sino mas                                                        bien sobre la forma en que                                                        puedo hacer que los demás                                                        compartan la visión del                                                        mundo, misión y objetivos                                                        de la organización.
• El contagio de las                                                        emociones 
Cada uno influye en el                                                        estado de ánimo de los                                                        demás. Es perfectamente                                                        natural influir en el                                                        estado emocional de otro,                                                        para bien o para mal; lo                                                        hacemos constantemente,                                                        "contagiándose" las                                                        emociones como si fueran                                                        una especie de virus                                                        social. Este intercambio                                                        emocional constituye una                                                        economía interpersonal                                                        invisible, parte de todas                                                        las interacciones humanas,                                                        pero habitualmente es tan                                                        sutil que no se lo                                                        percibe.
Lo que vale para el íntimo                                                        intercambio de la                                                        psicoterapia no es menos                                                        válido en el taller, en la                                                        sala de directorio o en el                                                        invernáculo emocional de                                                        la vida oficinesca. Si                                                        transmitimos con tanta                                                        facilidad los estados de                                                        ánimo, eso se debe a que                                                        pueden ser señales vitales                                                        para la supervivencia.                                                        Nuestras emociones nos                                                        indican en qué concentrar                                                        la atención, cuándo                                                        prepararnos para actuar.                                                        Son captadores de                                                        atención, que operan como                                                        advertencias,                                                        invitaciones, alarmas,                                                        etcétera. Se trata de                                                        mensajes potentes, que                                                        transmiten información                                                        crucial sin poner                                                        necesariamente esos datos                                                        en palabras. Las emociones                                                        son un método de                                                        comunicación                                                        hipereficiente.
Tener claro esto nos                                                        permitirá explicar y                                                        eventualmente influir en                                                        situaciones de relaciones                                                        humanas en la organización                                                        que desembocan en                                                        modificaciones del nivel                                                        de productividad.
• Manejar las emociones                                                        ajenas 
Esta estrategia aprovecha                                                        hábilmente el contagio                                                        emocional. Cada uno es                                                        parte del equipo emocional                                                        de los otros, para bien o                                                        para mal; estamos siempre                                                        activándonos mutuamente                                                        distintos estados                                                        emocionales. Este hecho                                                        ofrece un potente                                                        argumento contra la                                                        expresión desinhibida de                                                        sentimientos tóxicos en el                                                        ambiente de trabajo. Por                                                        el lado bueno, los                                                        sentimiento positivos que                                                        nos inspira una empresa se                                                        basan, en gran medida, en                                                        lo que nos haga sentir la                                                        gente que representa a esa                                                        organización.
Los trabajadores más                                                        efectivos lo saben por                                                        instinto; utilizan                                                        naturalmente su radar                                                        emocional para percibir                                                        cómo reaccionan los otros                                                        y afinan su propia                                                        respuesta para impulsar la                                                        interacción en la mejor                                                        dirección posible.
Los mismos mecanismos                                                        cerebrales que se esconden                                                        bajo la empatía,                                                        permitiéndonos la                                                        sintonización emocional,                                                        son también los que abren                                                        el camino al contagio de                                                        los estados anímicos.
• Manejo de conflictos:                                                       
Negociar y resolver                                                        desacuerdos 
Las personas dotadas de                                                        esta aptitud:
• Manejan con diplomacia y                                                        tacto situaciones tensas y                                                        personas difíciles. 
• Detectan los potenciales                                                        conflictos, ponen al                                                        descubierto los                                                        desacuerdos y ayudan a                                                        reducirlos. 
• Alientan el debate y la                                                        discusión franca. 
• Orquestan soluciones que                                                        benefician a todos. 
Uno de los talentos que                                                        presentan quienes son                                                        hábiles para la solución                                                        de conflictos es detectar                                                        los disturbios cuando se                                                        están gestando y tomar                                                        medidas para calmar a los                                                        involucrados. Para esto,                                                        son cruciales las artes de                                                        escuchar y empatizar.
Esa diplomacia, ese tacto,                                                        son cualidades esenciales                                                        para el éxito en trabajos                                                        tan delicados como la                                                        auditoría, la                                                        investigación policial o                                                        la mediación, cualquier                                                        otro en que dos personas                                                        sean mutuamente                                                        dependientes bajo presión.
• Liderazgo 
Inspirar y guiar a                                                        individuos o grupos
Las personas dotadas de                                                        esta aptitud:
• Articulan y despiertan                                                        entusiasmo en pos de una                                                        visión y una misión                                                        compartidas. 
• Se ponen a la vanguardia                                                        cuando es necesario,                                                        cualquiera sea su cargo                                                       
• Orientan el desempeño de                                                        otros, haciéndoles asumir                                                        su responsabilidad 
• Guían mediante el                                                        ejemplo 
• El equipo de aptitudes                                                        del líder 
Cada aptitud emocional                                                        interactúa con las otras;                                                        esto se aplica, sobre                                                        todo, a la aptitud para el                                                        liderazgo. La tarea del                                                        líder requiere una amplia                                                        variedad de habilidades                                                        personales. La aptitud                                                        emocional constituye, en                                                        general, aproximadamente                                                        dos tercios de los                                                        ingredientes para un                                                        desempeño estelar, pero en                                                        el caso de los líderes                                                        sobresalientes llega al 80                                                        y 100% de las aptitudes                                                        que las empresas                                                        consideran cruciales para                                                        el éxito.
Entre los directores                                                        ejecutivos más eficientes                                                        hay tres clases                                                        principales de aptitud.                                                        Las dos primeras caen bajo                                                        el título de inteligencia                                                        emocional; la primera                                                        incluye aptitudes tales                                                        como el logro, la                                                        seguridad en uno mismo y                                                        el compromiso, mientras                                                        que la segunda consiste en                                                        aptitudes sociales, como                                                        la influencia, la                                                        conciencia política y la                                                        empatía. Esta ancha banda                                                        de facultades era                                                        característica de los                                                        grandes directores                                                        ejecutivos de Asia, las                                                        Américas y Europa; esto                                                        sugiere que los rasgos de                                                        los líderes sobresalientes                                                        trascienden los límites                                                        culturales y nacionales.
Pero los grandes líderes                                                        van un paso más allá:                                                        integran las realidades                                                        emocionales con lo que                                                        ven. Su inteligencia                                                        emocional les permite                                                        fundir todos estos                                                        elementos en una visión                                                        inspirada.
• Ser duros en la                                                        dirección 
Sin duda alguna, el                                                        liderazgo requiere, en                                                        ocasiones, cierta dureza.                                                        Es preciso saber cuándo                                                        mostrarse firme (por                                                        ejemplo, haciendo notar a                                                        alguien sin rodeos los                                                        errores cometidos en su                                                        tarea) y cuándo utilizar                                                        maneras más directas de                                                        guiar o influir. El                                                        liderazgo requiere tomar                                                        decisiones duras: alguien                                                        debe indicar a los demás                                                        qué deben hacer,                                                        obligarlos a cumplir con                                                        sus responsabilidades y                                                        ser explícito en cuando a                                                        las consecuencias. No                                                        siempre basta con la                                                        persuasión, la búsqueda de                                                        consenso y las otras artes                                                        de influencia. A veces se                                                        necesita, simplemente,                                                        utilizar el poder que nos                                                        da el cargo para que                                                        alguien actúe.
Una falla común de los                                                        líderes, de supervisores a                                                        altos ejecutivos, es no                                                        saber mostrarse                                                        empáticamente firmes                                                        cuando es necesario. Uno                                                        de los obstáculos para                                                        lograr esa firmeza es la                                                        pasividad, como suele                                                        suceder cuando alguien se                                                        preocupa más por caer                                                        simpático que por obtener                                                        una tarea bien hecha, por                                                        lo cual tolera un mal                                                        desempeño en vez de                                                        hacerlo notar. Las                                                        personas que se sienten                                                        muy incómodas con la                                                        confirmación o el enojo se                                                        resisten a tomar una                                                        postura firme cuando hace                                                        falta.
La incompetencia en este                                                        punto puede aflorar en                                                        algo tan común como no                                                        atinar a coger las riendas                                                        en una reunión,                                                        permitiendo que se vaya                                                        por las ramas en vez de                                                        encaminarla directamente a                                                        los temas principales del                                                        orden del día. Otra                                                        deficiencia en este                                                        aspecto es la                                                        imposibilidad de                                                        expresarse con claridad y                                                        firmeza. Como resultado,                                                        los trabajadores no saben                                                        qué se espera de ellos.
Una característica del                                                        líder firme es la                                                        capacidad de decir que no                                                        con decisión. Otra, fijar                                                        altas expectativas en                                                        cuanto al rendimiento o la                                                        calidad e insistir en que                                                        se las satisfaga, aunque                                                        para esto haga falta                                                        monitorizar públicamente                                                        el desempeño.
Cuando la gente no cumple,                                                        la misión del líder es                                                        brindar una útil crítica                                                        constructiva, en vez de                                                        permitir que el momento (y                                                        el error) pasen                                                        inadvertidos. Y cuando                                                        alguien se desempeña                                                        siempre de modo                                                        deficiente, pese a la                                                        crítica constructiva y a                                                        los intentos de                                                        perfeccionarlo, es preciso                                                        confrontar directamente el                                                        error.
• Catalizador de cambios                                                       
Iniciar o manejar los                                                        cambios
Las personas dotadas de                                                        esta aptitud:
o Reconocen la necesidad                                                        de efectuar cambios y                                                        retirar obstáculos 
o Desafían el statu quo                                                        para reconocer la                                                        necesidad de cambio 
o Son paladines del cambio                                                        y reclutan a otros para                                                        efectuarlo 
o Sirven de modelo para el                                                        cambio que se espera de                                                        otros 
En la actualidad, las                                                        organizaciones                                                        reorganizan, despojan, se                                                        funden, adquieren, arrasan                                                        con las jerarquías, se                                                        universalizan. En la                                                        década de los noventa, la                                                        aceleración del cambio ha                                                        puesto en ascenso la                                                        capacidad de liderarlo. En                                                        estudios anteriores,                                                        efectuados en los años                                                        setenta y ochenta, ser                                                        catalizador de cambio no                                                        era algo muy apreciado.                                                        Pero a medida que no                                                        acercamos al nuevo                                                        milenio, cada vez son más                                                        las compañías que buscan a                                                        gente capaz de liderar la                                                        mutación.
¿Cuáles son la cualidades                                                        que convierten a alguien                                                        en un efectivo catalizador                                                        de cambios? "Cuanto                                                        trabajamos con una empresa                                                        para ayudarla a                                                        transformar su actividad,                                                        tienen muchísima                                                        importancia las                                                        habilidades personales del                                                        líder de su equipo", según                                                        un consultor de Deloitte y                                                        Touche Consulting.                                                        "Supongamos que estamos                                                        ayudando a una empresa a                                                        reducir el tiempo                                                        requerido para entregar un                                                        pedido. Para eso es                                                        preciso trabajar a través                                                        de los distintos silos de                                                        la organización. Se                                                        necesita a alguien que no                                                        pertenezca a un plano muy                                                        elevado: que no sea un                                                        teórico, sino alguien con                                                        bastante experiencia                                                        práctica, que conozca de                                                        cerca lo que suceda y                                                        pueda atravesar todas las                                                        funciones involucradas                                                        para ver la situación                                                        real: a menudo es un                                                        gerente de segundo nivel."
Además de la pericia                                                        técnica, hay toda una                                                        horda de aptitudes                                                        emocionales necesarias                                                        para ser catalizador de                                                        cambio. "Se necesita un                                                        gerente de segundo nivel                                                        que sea capaz de entrar en                                                        la oficina de un                                                        vicepresidente y decirle                                                        qué debe hacer, sin                                                        dejarse intimidar por la                                                        diferencia de rangos".
Por ejemplo, en una gran                                                        compañía de servicios                                                        financieros, que pasaba                                                        por el caos de la                                                        desregularización y la                                                        nueva competividad del                                                        mercado, los líderes más                                                        seguros de su capacidad                                                        encabezaban divisiones que                                                        florecían a pesar de los                                                        cambios.
Además de un alto grado de                                                        seguridad en sí mismos,                                                        quienes son efectivos                                                        líderes del cambio tienen                                                        alto grado de influencia,                                                        compromiso, motivación,                                                        iniciativa y optimismo,                                                        así como intuición para la                                                        política empresaria. "Se                                                        necesita a alguien que no                                                        lo tome sólo como trabajo,                                                        sino como misión; que se                                                        apasione por el cambio y                                                        despierte pensando en él.                                                        Algo así como la                                                        diferencia entre quien                                                        alquila y quien es                                                        propietario: los                                                        propietarios ponen                                                        dedicación. Esto es                                                        crucial, porque también se                                                        requiere perseverancia: se                                                        levantan muchas cortinas                                                        de humo, hay mucha                                                        resistencia. Es preciso                                                        saber cómo sacar provecho                                                        de nosotros, los                                                        consultores, para                                                        presentar el caso a las                                                        personas adecuadas y en el                                                        momento adecuado. Y hay                                                        que seguir defendiéndolo,                                                        armando coaliciones de                                                        apoyo, hasta llegar u una                                                        masa crítica que pase por                                                        encima".
El líder de la                                                        transformación
Los líderes de cambio no                                                        son, necesariamente,                                                        innovadores. Si bien los                                                        primeros saben reconocer                                                        el valor de una idea                                                        novedosa o de una manera                                                        nueva de hacer las cosas,                                                        a menudo no son ellos                                                        quienes originan la                                                        innovación. Para las                                                        organizaciones montadas en                                                        las olas del cambio                                                        (¿acaso hay alguna que no                                                        lo esté, en la                                                        actualidad?), la gerencia                                                        tradicional no basta. En                                                        tiempos de transformación                                                        se requieren un líder                                                        carismático e inspirador.
El modelo de "liderazgo                                                        para la transformación" va                                                        más allá de la gerencia                                                        conocida; esos líderes son                                                        capaces de incentivar por                                                        el mero poder de su propio                                                        entusiasmo. No ordenan ni                                                        dirigen: inspiran. Al                                                        articular su visión son                                                        estimulantes en lo                                                        intelectual y en lo                                                        emocional. Muestran un                                                        fuerte convicción en lo                                                        que avizoran y entusiasman                                                        a otros par que lo busquen                                                        con ellos. Además, se                                                        esfuerzan por nutrir las                                                        relaciones con quienes los                                                        siguen.
A diferencia de otros                                                        tipos de líder, más                                                        racionales, que alientan a                                                        sus trabajadores con                                                        recompensas comunes, como                                                        los aumentos de sueldo y                                                        los ascensos, el líder de                                                        la transformación va a                                                        otro nivel; moviliza a la                                                        gente hacia el cambio                                                        despertándole emociones                                                        con respecto al trabajo                                                        que hacen. Para eso apelan                                                        a su percepción del                                                        sentido y el valor. El                                                        trabajo se convierte en                                                        una especie de afirmación                                                        moral, una demostración de                                                        compromiso para con una                                                        misión mayor, que forma en                                                        cada uno la sensación de                                                        compartir una identidad                                                        apreciada.
Para hacer esto se                                                        requiere que el líder                                                        articule una visión                                                        convincente de las nuevas                                                        metas de la organización.                                                        Aunque éstas puedan ser                                                        algo utópicas, el hecho de                                                        comprometerse con ellas                                                        puede resultar, en sí,                                                        emocionalmente                                                        satisfactorio. Despertar                                                        emociones de esta manera y                                                        dirigirlas hacia metas                                                        elevadas y nobles brinda                                                        al líder una fuerza                                                        poderosa para el cambio.                                                        En verdad, algunos                                                        esfuerzos y mejor                                                        desempeño de los                                                        subordinados, con lo que                                                        su trabajo resulta más                                                        efectivo.
Bibliografía
• Fundamentos de Dirección                                                        y Administración de                                                        Empresas.  8ª Edición                                                        Mc Graw Hill. Autor:                                                        Donelly James 
• Las Organizaciones. 8ª                                                        Edición Mc Graw Hill.                                                        Autor: Gibson James 
• La Inteligencia                                                        Emocional. Planeta.                                                         Autor: Goleman Daniel 
• La Inteligencia                                                        Emocional en la Empresa.                                                        Planeta.  Autor:                                                        Goleman Daniel 
• Comportamiento                                                        Organizacional. 7ª Edición                                                        Prentice Hall. Autor:                                                        Robbins Stephen
 
					

