El capital intelectual

El valor de un negocio se mueve cada vez más de los activos fijos a los intangibles: Marcas, patentes, franquicias, software, programas de investigación, ideas, experiencia.
Hasta ahora empieza a despertar interés en las compañías en medir este activo, que contribuye a crear una brecha cada vez mas grande entre el valor contable y el valor de mercado; este cambio es cada vez mas dramático en la empresas de amplia base tecnológica (Internet, software, biotecnología etc.).
Podemos decir que el factor que marca esta diferencia es el capital intelectual. Para el efecto hacemos una descripción de los elementos que conforman el capital intelectual (desde la óptica de Leif Edvinson):
Leif, hace dos grandes clasificaciones del capital intelectual:

a) Capital Humano.
Que corresponde al conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes, y destrezas de las personas que componen las organizaciones.

b) Capital Estructural.
Conocimientos desarrollados y explicitados por las organizaciones, integrado por los siguientes elementos:

– Capital Clientes
Activos relacionados con los clientes (marcas registradas, fidelidad del cliente, listas de clientes etc.)
– Procesos
Referido a la forma como la organización añade valor a través de las diferentes actividades que desarrolla.

– Capacidad de innovación.
Entendida como la capacidad de mantener el éxito de la organización a través del desarrollo de nuevos productos o servicios.
Los cambios que se han dado a nivel del conocimiento son avanzados; hoy se le reconoce como de alto valor agregado para las organizaciones en la medida en que genera riqueza, un “activo” que debe gestionarse y valorarse como los demás.
En el ámbito de la nueva economía , el capital intelectual proporciona un margen competitivo, sin embargo estos “recursos” no son medidos de manera adecuada; El capital intelectual (intangible) al igual que los recursos físicos necesariamente necesitan ser valorados para mediciones de eficiencia, determinación de ingresos y valuación de la compañía
El proceso de formación de “capital intelectual” debe considerarse como una actividad de inversión económica del mismo orden que la formación de capital material.
En el futuro la inversión primaria no será en terrenos, planta o equipo, si no en personal. Este hecho podrá marcar mas la necesidad de llevar a la contabilidad este tipo de activos, en cuanto estos recursos se convertirán en el mas importante de las empresas.

CONTABILIDAD FINANCIERA Y CAPITAL INTELECTUAL

Tradicionalmente la contabilidad financiera ha tenido se arraigo en enfoques eminentemente jurídicos y financieros, donde se aplica el concepto jurídico de propiedad, de allí la palabra patrimonio.
Otro aspecto es que hasta hoy la contabilidad viene utilizando métodos de valoración desarrollados en la economía para establecer los precios de transacciones. Hecho comprensible en el marco de una interpretación contable de naturaleza económica. En su concepción mas profunda se han utilizado fundamentalmente la teoría del valor utilidad y del valor trabajo.
La teoría del valor trabajo establece que el valor de un bien se determina por el trabajo socialmente necesario para ponerlo en disposición de consumo, por la remuneraciones acumuladas en los procesos de explotación, producción y distribución; de allí nace el concepto de costo histórico constituido por las remuneraciones al trabajo y al capital, incorporando un concepto marxista según el cual el trabajo es el único creador de valor, negando la existencia de otro tipo de valoraciones.
Una segunda concepción es el valor utilidad, según la cual el valor de un bién se determina por la capacidad de satisfacción de necesidades, hecho que implica que es la demanda de bienes, el mercado el determinante del valor. Solo tienen valor los bienes destinados al mercado, siendo este último el que determine el precio de un bien o servicio. Esta teoría se expresa en contabilidad a través de los valores de mercado, compra, reposición o realización.
En este sentido la contabilidad financiera se convierte en un serio obstáculo al abordar el concepto de valoración, desde una óptica eminentemente restringida de contabilidad financiera.

IMPORTANCIA ESTRATÉGICA DE LA MEDICIÓN DEL CAPITAL INTELECTUAL EN LAS ORGANIZACIONES

Los activos organizativos de tipo intangible constituyen la base de la ventaja competitiva sostenible de la empresa. Bajo el concepto de capital intelectual se recogen aquellos activos intangibles de la empresa, no reflejados en los estados contables y financieros tradicionales, pero que contribuyen a la creación de valor. En particular, un activo intangible de importancia estratégica para la empresa es el conocimiento organizacional. El entorno competitivo actual en el que navegan las empresas demanda una gestión ad hoc de este activo intangible, diferente por tanto, de la gestión tradicional de los activos tangibles. Las empresas deben conocer cual es su stock de conocimiento organizativo, y analizar los flujos entre los diferentes tipos de conocimiento que fluyen en la empresa. Para ello, cuentan con la ayuda de herramientas de medición del capital intelectual, introducidas a mediados de la década de los noventa, y cuyo desarrollo aún está en fase embrionaria.

ALGUNAS DEFINICIONES DE CAPITAL INTELECTUAL

Capital Intelectual para algunos investigadores involucra factores como “Liderazgo en tecnología, entrenamiento actual de los empleados y en algunos casos involucra la rapidez de respuesta a los llamados de servicios de los clientes”.
En tanto para otros expertos consideran no “solamente el potencial del cerebro humano sino que también incluyen los nombres de productos y las marcas de fábrica y hasta gastos registrados en los libros como históricos, que se han transformado con el correr del tiempo en algo de mas valor”.
Para William Davidow, inversionista de capitales, afirma que los nuevos sistemas de registro contable deben medir el impulso de las compañías en términos de posición de mercados, lealtad de la clientela, calidad, etc. Además afirma; que por no valorar estas dinámicas empresariales se están presentado valoraciones tan falsas, como si se tratara de simples errores de sumas”. Creando una brecha entre los valores que las empresas declaran en sus balances generales y las estimaciones que los inversionistas hacen sobre los mismos. Diferencias que resultan más evidentes en las empresas que hacen uso intensivo del conocimiento, hechos que se corroboran en transacciones que en ocasiones los precios de adquisición superan hasta diez (10) veces el valor en libros, con un agravante que las compañías no cuentan con las herramientas suficientes para la administración de este tipo de activos dado de que los sistemas contables tradicionales ya no son pertinentes para la economía por cuanto no captan la realidad de las compañías.
En términos generales, El Capital intelectual refleja activos menos tangibles, tales como la capacidad de una compañía para aprender y adaptarse a las nuevas tendencias de la economía de los mercados y de la administración con énfasis en la gestión del conocimiento como el acto más significativo de creación de valor.
Reconociendo la premisa de que Capital Intelectual se atribuye a los activos intangibles materializados en las destrezas individuales y conocimientos técnicos, sistemas de información, diseños y marcas de fábricas e incluso relaciones con proveedores, clientes y concesionarios.
El conocimiento organizacional se mide a través del capital intelectual de la organización. Para la Multinacional de Seguros Sueca Skandia, pionera en la medición de activos intangibles, “el capital intelectual es la posesión de conocimientos, experiencia aplicada, tecnología organizacional, relaciones con clientes y destrezas profesionales que otorgan a las compañías ventajas competitivas en el mercado”.
El Capital Intelectual ayuda a explicar la diferencia entre el valor de mercado y el valor en libros de la empresa, ya que el capital intelectual no se incluye en los estados financieros tradicionales.
Para Sveiby “El valor total de mercado de la empresa está formado por el patrimonio visible tangible más tres (3) tipos de activos intangibles: la estructura interna (organización), la estructura externa (los clientes) y las capacidades (las personas), de modo que el valor de mercado de la empresa se puede interpretar como un reflejo directo del Balance Invisible.
Con las nuevas tendencias de administración de empresas, en las postrimerías del siglo XX se empezó a reconocer la categoría de los activos intangibles como la clave para competir en entornos cada vez más competitivos y dinámicos. El conocimiento organizacional se ha convertido en el recurso por excelencia y considerado como estratégico para las organizaciones en virtud de las siguientes características:

1. No comercializables.
2. Desarrollado y acumulado al interior de las organizaciones
3. Fuerte carácter tácito y complejidad social.
4. Surge a partir de las habilidades y aprendizaje organizativo.
5. Es inmóvil y esta vinculado a la empresa.
6. Su desarrollo es dependiente de los niveles de aprendizaje, inversión, stocks de activos y actividades de desarrollo previas.

COMO MEDIR EL CAPITAL INTELECTUAL

Durante la década de los 90´s, las nuevas tendencias de valoración de empresas centró su interés en la investigación y desarrolla un tanto compleja y abstracta en torno a los conceptos de aprendizaje organizacional, gestión del conocimiento, determinación y medición del capital intelectual comprometiendo esfuerzos y recursos con miras a identificar y reconocer la importancia estratégica del capital intelectual para el logro y sostenimiento de ventajas competitivas.
Para la estructuración, valoración, administración medición y reporte del capital intelectual, en el mundo de la academia y empresarial se han desarrollado entre otros los siguientes modelos:
IAS 38 como respuesta de la contabilidad financiera a la medición del capital intelectual.
La norma internacional de contabilidad 38 define los activos intangibles susceptibles de ser valorados e incluidos en la contabilidad; para el efecto define un activo intangible como: “es un activo no monetario identificable, carente de sustancia física, poseído para uso en la producción o suministro de bienes o servicios, para alquiler a otros o para propósitos administrativos.

Un activo es un recurso:
a. controlado por una empresa como resultado de eventos pasados
b. Por el cual se espera que fluyan beneficios económicos futuros para una empresa.

Una limitante importante de IAS 38 es que bajo el modelo tradicional de contabilidad, se reconoce un activo intangible si:
§ Los beneficios económicos futuros sean atribuibles al activo que fluirá para la empresa.
§ Se puede medir confiablemente el costo del activo.

Bajo este criterio, se continúa con las restricciones del modelo tradicional de contabilidad, es decir no sería viable medir aspectos como:
– Marcas
– Fidelidad de los clientes y relaciones establecidas.
– El Good Will (cuando no ha sido adquirido directamente por la empresa).
– El conocimiento acumulado en las personas.
Etc.

Es un modelo limitado, que se fundamenta en los modelos de valoración de costo histórico.

INDICADOR Q- DE TOBIN

Uno de los enfoques iniciales para medir el capital intelectual fue emplear la “q de Tobin”, técnica desarrollada por el Premio Nobel James Tobin, que mide la relación entre el valor de mercado y el valor de reposición de sus activos físicos. Las empresas intensivas en conocimiento, como Microsoft, tienen unos valores de “q” superiores que aquellas empresas que están en industrias más básicas.

EL MODELO DE SKANDIA

Diseñado por Leif Edvinson es una forma de medir el proceso de creación de activos en la empresa. Edvinson desarrolló una teoría del “Capital Intelectual” que incorpora elementos de Konrad y del “Balanced Score Card” (Kaplan y Norton).
En los modelos económicos tradicionales se utiliza normalmente el capital financiero únicamente, pero la empresa sueca Skandia propone el “Esquema Skandia de Valor”, donde se propone que el capital intelectual está compuesto por:
1) capital humano
2) capital estructural

Este a su vez se divide en capital de cliente y capital organizativo, referido este último a todo aquello que permanece cuando los empleados se han ido a casas:, sistemas de información, bases de datos, software de tecnologías de información, etc. El capital organizativo puede descomponerse en capital de procesos (procesos que crean valor y procesos que no crean valor), cultura y capital de innovación (derechos intangibles, marcas, patentes, receta de conocimiento y secretos empresariales).
Como señala el modelo de Capital Intelectual de Skandia, este surge en un proceso de creación de valor fundamentado en la interacción del capital humano y estructural, donde la renovación continua -innovaciones- transforma y refina el conocimiento individual en valor duradero para la organización.
Edvinsson y Malone proponen una ecuación para calcular el Capital Intelectual de la empresa, de modo que se puedan realizar comparaciones entre empresas:

Capital Intelectual Organizativo = i C, i= (n/x)
Donde:
C es el valor del capital intelectual en unidades monetarias
i es el coeficiente de eficiencia con que la organización está utilizando dicho capital
n es igual a la suma de los valores decimales de los nueve índices de eficiencia propuestos por estos autores
x es el número de esos índices.
Los elementos de esta ecuación se obtienen a partir de indicadores desarrollados para cada uno de los cinco enfoques propuestos por el Navegador de Skandia.
El modelo Balanced Scorecard.
Este modelo consiste en un sistema de indicadores financieros y no financieros que tienen como objetivo medir los resultados obtenidos por la organización.

El modelo integra los indicadores financieros (de pasado) con los no financieros (de futuro), y los integra en un esquema que permite entender las interdependencias entre sus elementos, así como la coherencia con la estrategia y la visión de la empresa.

El modelo presenta cuatro perspectivas:

Perspectiva Financiera
El modelo contempla los indicadores financieros como el objetivo final; considera que estos indicadores no deben ser sustituidos, sino complementados con otros que reflejan la realidad empresarial. Ejemplo de indicadores: rentabilidad sobre capital, flujos de caja, análisis de rentabilidad de cliente y producto, gestión de riesgo,…
Perspectiva de Cliente
El objetivo de este bloque es identificar los valores relacionados con los clientes, que aumentan la capacidad competitiva de la empresa. Para ello, hay que definir previamente los segmento de mercado objetivo y realizar un análisis del valor y calidad de éstos. En este bloque los indicadores son el conjunto de valores del producto / servicio que se ofrece a los clientes (indicadores de imagen y reputación de la empresa, de la calidad de la relación con el cliente, de los atributos de los servicios / productos.
Los indicadores output se refieren a las consecuencias derivadas del grado de adecuación de la oferta a las expectativas del cliente. Ejemplos: cuota de mercado, nivel de lealtad o satisfacción de los clientes,…
Perspectiva de Procesos Internos de Negocio
Analiza la adecuación de los procesos internos de la empresa de cara a la obtención de la satisfacción del cliente y conseguir altos niveles de rendimiento financiero. Para alcanzar este objetivo se propone un análisis de los procesos internos desde una perspectiva de negocio y  una predeterminación de los procesos clave a través de la cadena de valor.

Se distinguen tres tipos de procesos:
1.- Procesos de Innovación. Ejemplo de indicadores: % de productos nuevos, % productos patentados, introducción de nuevos productos en relación a la competencia,…
2.- Procesos de Operaciones. Desarrollados a través de los análisis de calidad y reingeniería. Los indicadores son los relativos a costes, calidad, tiempos o flexibilidad de los procesos.
3.- Procesos de servicio postventa. Indicadores: costes de reparaciones, tiempo de respuesta, etc.

Perspectiva del Aprendizaje organizacional.
El modelo plantea los valores de este bloque como el conjunto de drivers del resto de las perspectivas. Estos indicadores constituyen el conjunto de activos que dotan a la organización de la habilidad para mejorar y aprender. Se critica la visión de la contabilidad tradicional, que considera la formación como un gasto, no como una inversión.
La perspectiva del aprendizaje y mejora es la menos desarrollada, debido al escaso avance de las empresas en este punto. De cualquier forma, la aportación del modelo es relevante, ya que deja un camino perfectamente señalizado y estructura esta perspectiva. Clasifica los activos relativos al aprendizaje y mejora en:
· Capacidad y competencia de las personas (gestión de los empleados). Incluye indicadores de satisfacción de los empleados, productividad, necesidad de formación…
· Sistemas de información (sistemas que proveen información útil para el trabajo). Indicadores: bases de datos estratégicos, software propio, las patentes y copyrights…
· Cultura-clima-motivación para el aprendizaje y la acción. Indicadores: iniciativa de las personas y equipos, la capacidad de trabajar en equipo, el alineamiento con la visión de la empresa…

Technology Broker
Annie Brooking, Desarrolla un modelo de medición de activos intangibles. Las medidas de Capital Intelectual son útiles por las siguientes razones: 1) validan la capacidad de la organización para alcanzar sus metas, 2) planificar la investigación y desarrollo, 3) proveen información básica para programas de reingeniería, 4) proveen un foco para educación organizacional y programas de formación, 5) calculan el valor de la empresa, y 6) amplían la memoria organizativa.
El Capital Intelectual esta formado por cuatro categorías de activos: activos de mercado (marcas, clientes, imagen, cartera de pedidos distribución, capacidad de colaboración, etc.) activos humanos (educación, formación profesional, conocimientos específicos del trabajo, habilidades), activos de propiedad intelectual (patentes, copyrights, derechos de diseño, secretos comerciales, etc.) y activos de infraestructura (filosofía del negocio, cultura organizativa, sistemas de información, bases de datos existentes en la empresa, etc.). Al igual que en el Modelo de Skandia, el Modelo Technology Broker supone que la suma de activos tangibles más el Capital Intelectual configuran el valor de mercado de una empresa. Este modelo, a diferencia de los anteriores, revisa una lista de cuestiones cualitativas, sin llegar a la definición de indicadores cuantitativos, y además, afirma que el desarrollo de metodologías para auditar la información es un paso previo a la generalización de la medición del Capital Intelectual.

VALOR ECONÓMICO AGREGADO

Es una medida de desempeño financiero, que combina el concepto tradicional de ingreso residual con los principios de finanzas corporativas modernas, sosteniendo que todo capital tiene un costo y que las ganancias mas que el costo de capital crean valor para los accionistas

INCIDENCIA DEL CAPITAL INTELECTUAL EL LA TOMA DE DECISIONES

Es claro que la contabilidad financiera tradicional, sobre las bases de medición sobre las que hoy descansa, está lejos de servir de apoyo a la toma de decisiones en al ámbito de la nueva economía y de los procesos de negocios que no está en capacidad de medir ni reportar.
Por supuesto existen modelos alternos (contabilidad administrativa) que han permitido subsanar esta situación a través de la medición sobre otras bases distintas desde el punto de vista financieros y no financiero.
Tal es el caso del modelo Balanced Scorecard, que estipula modelos de medición a través de la metodología de los indicadores de gestión financieros y no financieros.

BIBLIOGRAFÍA

LEIF, Edvinsson y Michael S. Malone. El capital intelectual. Editorial Norma. 1998.
MANTILLA B. Samuel Alberto. Capital Intelectual & Contabilidad del Conocimiento.
ECOE Ediciones 1999. * KAPLAN, Robert. Balanced Scorecard. Editorial 2001. 1999.  HARVARD Business Review. Gestión del Conocimiento. Ediciones Deusto S. A. 1998

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