RIO DE JANEIRO. Miles de trabajadores de la industria metalúrgica de Brasil arreciaron ayer sus presiones en demandas de aumentos salariales y mantienen paralizadas varias plantas de ensambladoras de vehículos, según fuentes sindicales.
La Federación de los Trabajadores Metalúrgicos del estado de Sao Paulo y la central Fuerza Sindical anunciaron una manifestación para mañana, donde presentarán sus demandas de aumentos salariales para unos 700.000 trabajadores afiliados a 54 sindicatos.
La concentración pasará por la céntrica avenida Paulista, hasta la sede de la poderosa Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo (Fiesp).
En el interior del estado de Sao Paulo los sindicatos completaron hoy una huelga de 24 horas que paralizó la producción en las plantas de Honda, General Motors, Toyota y Mercedes Benz en la ciudad de Sao José dos Campos, donde más de 5.000 trabajadores cruzaron los brazos.
Los sindicatos demandan un aumento salarial del 20 por ciento, jornadas de 40 horas semanales y el fin de la subcontratación de empresas y del trabajo precario.
"Estamos viviendo un momento de crecimiento de la economía, de récords de producción y productividad en las industrias muy favorable a la lucha por el aumento salarial", dijo Eleno Bezerra, presidente del Sindicato de los Metalúrgicos de Sao Paulo.
También, en el área metropolitana de Curitiba, estado de Paraná (sur), los trabajadores de las ensambladoras Volkswagen, Nissan y Renault cumplieron el tercer día de huelga por demandas salariales y convocaron una serie de asambleas para decidir mañana nuevas acciones de protesta que involucran a unos 8.000 trabajadores.
Los sindicalistas reivindican un aumento del ocho por ciento para reponer la inflación del último año y otro del cinco por ciento para mejorar los salarios reales, así como un bono de 1.500 reales (unos 920 dólares) para cada empleado.
El Sindicato Nacional de los Fabricantes de Vehículos Automotores (Sinfavea), que representa a las ensambladoras,
La Federación de los Trabajadores Metalúrgicos del estado de Sao Paulo y la central Fuerza Sindical anunciaron una manifestación para mañana, donde presentarán sus demandas de aumentos salariales para unos 700.000 trabajadores afiliados a 54 sindicatos.
La concentración pasará por la céntrica avenida Paulista, hasta la sede de la poderosa Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo (Fiesp).
En el interior del estado de Sao Paulo los sindicatos completaron hoy una huelga de 24 horas que paralizó la producción en las plantas de Honda, General Motors, Toyota y Mercedes Benz en la ciudad de Sao José dos Campos, donde más de 5.000 trabajadores cruzaron los brazos.
Los sindicatos demandan un aumento salarial del 20 por ciento, jornadas de 40 horas semanales y el fin de la subcontratación de empresas y del trabajo precario.
"Estamos viviendo un momento de crecimiento de la economía, de récords de producción y productividad en las industrias muy favorable a la lucha por el aumento salarial", dijo Eleno Bezerra, presidente del Sindicato de los Metalúrgicos de Sao Paulo.
También, en el área metropolitana de Curitiba, estado de Paraná (sur), los trabajadores de las ensambladoras Volkswagen, Nissan y Renault cumplieron el tercer día de huelga por demandas salariales y convocaron una serie de asambleas para decidir mañana nuevas acciones de protesta que involucran a unos 8.000 trabajadores.
Los sindicalistas reivindican un aumento del ocho por ciento para reponer la inflación del último año y otro del cinco por ciento para mejorar los salarios reales, así como un bono de 1.500 reales (unos 920 dólares) para cada empleado.
El Sindicato Nacional de los Fabricantes de Vehículos Automotores (Sinfavea), que representa a las ensambladoras, solo ha aceptado reajustar los salarios de acuerdo a la inflación oficial de 8,0 por ciento, otorgar un aumento real del 0,5 por ciento y rechaza el pago del bono.
"Si Sinfavea no mejora su oferta, la tendencia es que la paralización se extienda por tiempo indeterminado", advirtió el Sindicato de Metalúrgicos de Curitiba en un comunicado.
La ensambladora Volvo accedió a negociar con los sindicatos, que solo cumplieron el lunes una huelga de 24 horas, según el sindicato.