DUBLÍN. "En este momento está muy difícil", afirma Mariusz, un obrero polaco que trabaja en la construcción en Dublín. Como él, muchos trabajadores del Este que vinieron a Irlanda para aprovechar el despegue económico de los 90 están volviendo a su país de origen debido a la crisis económica.
Mariusz Makula, tiene 27 años y es oriundo de Cracovia. Está trabajando en una obra en la renovación de una tienda en Grafton Street, el pulmón comercial de Dublín y como varios miles de obreros polacos de la construcción vino a Irlanda para aprovechar el crecimiento económico del ‘Tigre celta’ tras la entrada de su país a la Unión Europea (UE) en 2004.
Pero en los últimos meses tiene dificultades para encontrar trabajo por algo más que unos días por semana debido al estallido de la burbuja inmobiliaria y a la entrada oficial de Irlanda en recesión, la primera desde 1983.
Y claro, de pronto, son muchos los obreros polacos que se están volviendo a su país o se van a otro país de Europa. Con el casco de seguridad en la cabeza y un chaleco fluroescente, Mariusz reconoce que pronto podría emprender el mismo camino, cuatro años después de su llegada a Irlanda.
"Sí, lo tengo pensado", confesó a AFP.
A unos metros, otro obrero polaco hace la misma reflexión que Mariusz.
"Por ahora estoy bien, pero si usted va a las tiendas polacas, la cantidad de clientes ha bajado mucho", explica Michael, de 24 años, que trabaja en las obras de un complejo de comercios y oficinas.
"Mucha gente está volviendo a Polonia" asegura, mientras da sorbos de un café durante una pausa.
Mientras tanto, en el cielo de Dublín se siguen viendo enormes grúas, pero a diferencia de los años 90, muchas están inmóviles a falta de financiación para seguir adelante.
En lo que va de 2008, en la construcción desaparecieron unos 30.000 puestos de trabajo, según la Federación de la Industria de la Construcción irlandesa.
Oficialmente, más de 60.000 polacos se instalaron en Irlanda, la mayoría para trabajar en la construcción, pero en realidad serían unos 250.000.
"Hasta hace dos o tres meses, las calles de Dublín estaban repletas de polacos y ahora tengo la impresión de que se van a otro lado", explica Kazik Anhalt, un polaco que integra uno de los más importantes sindicatos irlandeses, el SIPTU.
Ahora, los polacos de Irlanda se vuelven a casa con la esperanza de encontrar trabajo en la preparación de la Eurocopa de fútbol 2012 o se van a los países escandinavos para beneficiarse de las "condiciones sociales favorables".
Otros se quedan en Irlanda a la espera de que mejore la situación y mientras perciben su seguro de desempleo.
En septiembre, el 17% de los que recibían el subsidio por paro eran extranjeros.
Quizá para los polacos, una luz de esperanza y paradoja es que el sector de la construcción en Polonia está empezando a despegar gracias al aumento de los ingresos de los polacos instalados en el extranjero.