Obama, contra paraísos fiscales y empresas que trasladan empleos al exterior

WASHINGTON. El presidente estadounidense, Barack Obama, anunció los primeros elementos de una reforma destinada a luchar contra la evasión fiscal y el traslado de empleos al exterior, con el objetivo de ahorrar unos 210.000 millones de dólares en 10 años.

"Comenzamos a golpear a los estadounidenses que violan o evaden las leyes", dijo Obama junto al secretario del Tesoro, Timothy Geithner, advirtiendo de que todos los contribuyentes estadounidenses deberán "tributar en su justa medida".

Enumerando "atroces ejemplos" de evasión de impuestos, Obama dijo a los periodistas que las medidas integran "una reforma impositiva más amplia que debemos hacer", como parte de la batalla de la nación contra la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial.

El producido de 210.000 millones de dólares será usado "para reducir el déficit, disminuir los impuestos a las empresas que respetan la legislación y ayudar a las familias trabajadoras", agregó Obama.

"Quiero que las compañías se mantengan como las más competitivas del mundo, pero la manera de asegurar esto es no premiar a nuestras compañías por sacar puestos de trabajo de nuestras costas o transfiriendo beneficios a los paraísos fiscales en el exterior", afirmó.

Según la administración, las empresas aprovechan una serie de agujeros fiscales y prácticas dudosas para pagar solamente un promedio del 2% sobre los beneficios realizados en el exterior, que cuestan a los contribuyentes estadounidenses miles de millones de dólares anuales.

De acuerdo al plan, la administración de impuestos (Internal Revenue Service, IRS) contará con unos 800 funcionarios adicionales para luchar contra la evasión fiscal.

La reforma da cumplimiento a una promesa clave de la campaña de Obama, de poner fin a la autorización a las empresas estadounidenses de no pagar impuestos sobre ganancias obtenidas en el exterior tras cerrar plantas en Estados Unidos y trasladar puestos de trabajo a países con mano de obra más barata.

Geithner dijo que salvo la excepción de gastos de investigación y experimentación, las empresas ya no recibirán deducciones de impuestos por sus inversiones en el exterior hasta que hayan pagado sus tributos sobre beneficios obtenidos en el exterior.

En un comunicado, la Casa Blanca dijo que esta reglamentación entrará en vigencia en 2011 y se recaudará con ella 60.100 millones de dólares desde 2011 a 2019.

El plan eliminará también el vacío legal que permite a las empresas deducir sus impuestos a pagar en Estados Unidos de los impuestos en el exterior a través de un crédito federal.

Este agujero, dijo Obama, permite "a algunas de nuestras empresas más grandes decir al IRS que están pagando impuestos en el exterior, decir a Gobiernos extranjeros que están pagando impuestos en otro lugar y no pagar impuestos en ninguna parte".

La Casa Blanca estima que cerrar estos vacíos legales ahorrará otros 43.000 millones de dólares en los próximos 10 años.

Las medidas incluyen la eliminación de la posibilidad de que las empresas estadounidenses hagan "desaparecer" con objetivos fiscales a sus filiales en el exterior, a través de maniobras contables.

Estas filiales deberán ser designadas como empresas separadas a efectos tributarios en Estados Unidos, con lo que se recaudarán 95.200 millones de dólares, según la Casa Blanca.

En línea con las nuevas medidas adoptadas contra Suiza y otros refugios fiscales emprendidas por el Grupo de los 20 países desarrollados y emergentes, el plan también perseguirá a los estadounidenses ricos que ocultan su dinero en bancos extranjeros.

La administración planea recaudar 8.700 millones de dólares por medio de "un amplio paquete de medidas de control e información para hacer más difícil que las instituciones financieras y los individuos ricos evadan impuestos".

 

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