Los altos costos y la falta de incentivos que sí hay en otros estados han causado una reducción del número de filmaciones.
Más allá del glamour, la fama y las grandes producciones, bajo el cielo estrellado de Hollywood hay miles de empleados y pequeños negocios que dependen de la industria cinematográfica.
Son los agentes invisibles de un sector que genera 35,000 millones de dólares anuales a la economía local trabajando directa o indirectamente en la industria del cine.
Los recortes presupuestarios anunciados en días pasados por algunos grandes estudios, con reducciones de dos mil empleos globales, podrían hacer tambalear los otros 250 mil puestos locales que se estima genera la industria más famosa de California. Además, ello viene a sumarse a la pérdida constante de producciones que se realizan en otras partes del país o del mundo.
"Paradójicamente, aunque éste es el epicentro mundial de la industria cinematográfica, es una de las zonas con menos alicientes para filmar", comenta Jack Kyser, economista en jefe de la Corporación para el Desarrollo Económico del Condado de Los Ángeles (LAEDC).
Kyser considera que "hay que hacer algo pronto", y señala que medidas como la propuesta AB777, del presidente de la Asamblea de California, Fabián Núñez, serían un paso adelante en ese camino.
La medida contempla, entre otros aspectos, ventajas de incentivos fiscales de entre un 12% y un 15% de algunos costos de producción, emulando lo que otros estados y países llevan haciendo hace tiempo.
"Espero que haya algún tipo de solución pronto porque yo cada vez tengo menos trabajo", dice Josh Park, un carpintero que suele trabajar en la construcción de escenarios de rodaje.
Park explica que durante el boom de construcción de los últimos tiempos ha estado trabajando en carpintería interior para proyectos residenciales.
"Eso me ha estado dando más dinero que los encargos para el cine, pero ahora también se está frenando", dice Park, que opera como contratista independiente.
Al González, productor independiente de Vision Quest Entertainment, LLC, en Burbank, enfatiza que hace falta tomar medidas para incentivar las producciones locales. Su compañía filmará próximamente los exteriores de una película "del Oeste" en Nuevo México, rodando sólo los interiores en estudios de California.
González indica que los costos, y a menudo también los trámites para conseguir los permisos, son tan onerosos en el área de Los Ángeles, que puede salir más caro rodar durante tres días aquí que durante seis semanas en Praga (República Checa) o en Nueva Zelanda.
A ello hay que sumar la competencia de los 28 estados del país que ofrecen incentivos de filmación.
Mientras que las grandes estrellas no tienen problema en desplazarse a cualquier punto del mundo, los que pierden son los negocios y profesionales locales que se contratan en el punto de rodaje (de hecho, muchos de los incentivos en otros estados y países establecen como un requisito ciertos mínimos de contratación local).
"De todos modos, esto no es el fin de Hollywood, los mejores técnicos y la red de contactos de la industria del cine seguirán estando aquí", opina González.
Sin embargo, Amy Lemisch, directora de la Comisión Cinematográfica de California (CFC), opina de forma diferente.
"Si no hacemos nada y mantenemos la tendencia actual, se irán formando grupos y redes profesionales de apoyo a la industria del cine en esos otros lugares que sí ofrecen incentivos a la misma, a la vez que se irán deshaciendo las que existen aquí", comenta Lemisch, ferviente defensora de la AB777.
Elizabeth Rodríquez, ejecutiva de cuentas de Oakwood Corporate Housing, en Marina del Rey, una firma que se dedica a la gestión de alojamiento temporal de plantillas profesionales —como las que suelen acompañar los proyectos de filmación—, indica que su negocio en Los Ángeles no ha acusado menor demanda, pero tal vez debido a la estrategia de diversificación de su compañía.
"Lo que sí hemos notado es que en estados como Nuevo México está habiendo mucha actividad cinematográfica", comenta Rodríguez.
Según un estudio de agosto del año pasado realizado por la LAEDC, una película con un presupuesto de 70 millones de dólares y 75 días de rodaje crea empleo para 588 personas relacionadas con el reparto, y unos 1,182 extras. Estas cifras, según el estudio, equivalen a 141 empleos anuales directos a tiempo completo y otros 425 indirectos.
Igualmente, el proyecto generaría unos 10.6 millones en impuestos para California.
Lemisch añade que mientras en los años 2003 a 2005 en torno al 25% de las películas del país se hacía en California, en 2006 el porcentaje ha bajado a un 11%, algo que ella atribuye al hecho de que cada vez hay más infraestructura (estudios, equipos profesionales, etc.) en los estados y países que ofrecen incentivos.
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