BERLÍN. La propuesta del fabricante de automóviles italiano Fiat para hacerse con el control de Opel fue recibida con frialdad por los sindicatos y por muchos políticos alemanes, que prefieren que la firma pase a manos de la canadiense Magna, aliada a capitales rusos.
El consejero delegado de Fiat, Sergio Marchionne, se reunió el lunes en Alemania con los ministros de Economía, Karl-Theodor zu Guttenberg, y de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, para debatir el plan de adquisición de Opel, filial alemana del agonizante estadounidense General Motors (GM).
Según explicó zu Guttenberg, el italiano tenía la intención de quedarse con tres de las cuatro plantas que Opel tiene en Alemania, y quería solicitar garantías de Estado.
Pero este martes, ante la ola de críticas por parte de los sindicatos, Marchionne afirmó en una entrevista al diario alemán Bild, que podría conservar las cuatro fábricas de Rüsselsheim, Bochum, Eisenach y Kaiserlautern, subrayando que la supresión de puestos de trabajo era inevitable.
"No queremos cerrar ninguna de las cuatro plantas de Opel en Alemania", afirmó Marchionne. "Necesito estas plantas para fabricar suficientes coches en el futuro", añadió.
"Pero evidentemente, los efectivos deberán ser reducidos". "Nadie puede evitarlo. Las plantas deben ser más productivas", agregó.
Opel emplea cerca de 26.000 personas en Alemania.
Las declaraciones de Marchionne sugieren "escepticismo", estimó este martes Rainer Einekel, Jefe del comité de empresas de Opel Bochum, en una entrevista a la televisión pública NDR. El cierre de fábricas en Alemania no se puede plantear, según Einenkel, quien afirmó desconocer el plan preciso de Fiat.
Para Klaus Franz, Jefe del comité de empresas de Opel Alemania, citado en la página web de la revista Der Spiegel, "todavía quedan por resolver cuestiones esenciales".
Esos responsables expresaron en varias ocasiones estar a favor del plan de adquisición del canadiense Magna, también apoyado aparentemente por Steinmeier, candidato al puesto de ministro de Exteriores en las elecciones del próximo mes de septiembre. Pero Steinmeier aseguró que hasta ahora ninguna propuesta es prioritaria.
El consejero delegado de Fiat "parece obsesionado por la idea de montar una de las mayores empresas de automóvil en el mundo" cuando la quiebra de GM demuestra que este modelo empresarial es obsoleto, según Franz.
La idea de Fiat es crear una nueva firma que reuniría su rama automovilística (las marcas Fiat, Lancia y Alfa Romeo), su participación en Chrysler y las actividades europeas de GM (Opel, el sueco Saab y el británico Vauxhall).
Fiat está interesado en recuperar además las actividades de GM en América Latina según dijo a la AFP una fuente industrial italiana.
"Ser simplemente grande no es un criterio valioso", dijo el ministro-presidente de la provincia de Rhenania del Norte-Westfalia, Jürgen Rüttgers a la televisión ARD.
El ministro zu Guttenberg reveló que Fiat podría solicitar garantías de Estado por un importe de entre 5.000 y 7.000 millones de euros".
Zu Guttenberg estimó que la oferta italiana era "interesante", pero recordó que el constructor canadiense Magna también había expresado su interés por Opel.
Magna confirmó el lunes estar negociando con GM y las autoridades alemanas para tomar una participación minoritaria en Opel.
Entraría en colaboración con el banco ruso semi público Sberbank y el constructor automóvil GAZ, propiedad del oligarca ruso Oleg Deripaska, precisó a la AFP Jürgen Reinholz, el consejero alemán de Economía en la provincia de Turingia (este).
Según se comenta en la prensa, el oligarca tomaría una participación del 30% en Opel, y Magna se quedaría con un 20% de la marca alemana.
El diario económico británico Financial Times, informó aparte que existen varios candidatos a la compra de Opel, como un fondo de inversión de Abu Dhabi, el fondo soberano de Singapur y otros tres fondos de inversión no identificados.
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