Europa reforma su mercado laboral

Gobierno, patronal y sindicatos estudian en España iniciativas para reducir la precariedad en el trabajo.
Europa está pasando del Estado del Bienestar al de estar sólo medio bien. Durante los últimos meses, países como Alemania, Francia, Reino Unido e Italia han emprendido el camino de la reforma laboral y de los recortes en los sistemas de pensiones, prestaciones sanitarias o por desempleo con medidas impensables sólo hace unos años: fuerte reducción de los subsidios, estricto control de las ayudas o promoción de los trabajo a turnos, lo que ha provocado masivas protestas ciudadanas. En España, Gobierno y agentes sociales negocian una reforma laboral para incentivar el mercado de trabajo y rebajar así la creciente precariedad laboral de este mercado.
El año 2005 pasará a la historia, entre otras muchas cosas, por la entrada en vigor en Alemania de la mayor reforma social desde la posguerra de la Segunda Guerra Mundial, consistente en una fuerte reducción de la protección social que durante las últimas décadas ha dotado al país de uno de los sistemas asistenciales más generosos del mundo.
Desde el pasado 1 de enero está en vigor un nuevo paquete de leyes, conocido como Hartz IV, que tiene como objetivo luchar contra el paro de larga duración y mejorar la tramitación de empleos, pues con 35 euros/hora de coste salarial, el trabajo de un alemán cuesta casi un 20% más que el de un francés y cinco veces más que el de un polaco.
Así, las medidas prevén una reducción de los subsidios de paro a un máximo de un año (ampliable a 18 meses para mayores de 55 años), en lugar del tope vigente hasta 2004 de 32 meses. Si un parado supera este período de 12 meses pasa a la categoría de “auxilio social”.
En determinados casos, los desempleados de larga duración tendrán que emplear su patrimonio personal en su manutención antes de solicitar ayudas estatales y perderán éstas si no aceptan los trabajos que les ofrezcan las oficinas de empleo, aunque éstos sean sólo a jornada parcial, estén por debajo de su cualificación o lejos de su lugar de residencia.
Además, los cinco millones de parados de larga duración de Alemania han visto como desde enero se reduce su subsidio de los 526 euros mensuales que recibían de media a 345 euros en Alemania del Oeste, cifra que baja a 331 en el Este. A cambio de esta importante reducción que desató fuertes protestas entre los alemanes, el Gobierno de Gerhard Schroeder se ha comprometido a mejorar la tramitación de ofertas de empleo con asesores personalizados en las oficinas de trabajo.

Estricto control de los parados
Pero no es el único caso. El Gobierno laborista de Antony Blair inició hace ocho años cuando llegó al poder, una profunda reforma laboral que ha conseguido reducir el número de parados de 3 a 1,4 millones.
La clave de la reforma en Reino Unido está en el estricto control sobre los perceptores de ayudas por desempleo, que deben acudir cada dos semanas a las oficinas de empleo y demostrar que han buscado trabajo, e incentivar las jornadas laborales flexibles. Ahora 9,3 millones de trabajadores, de los 24 millones existentes, tienen algún acuerdo individual de jornada flexible, el doble que hace un año.
Junto a ello, el Gobierno británico está decidido a eliminar, durante los próximos dos años, 104.000 puestos de trabajo en la Administración para financiar servicios como la sanidad o la educación. Pese a las huelgas realizadas por más de 200.000 funcionarios, el Gobierno de Blair mantiene sus planes. “Nuestra decisión significa más policías, más maestros, más médicos y más enfermeros” explica el ministro británico de Economía, Gordon Brown.

Reducir funcionarios
La misma filosofía pretende aplicar en Italia Silvio Berlusconi, que tiene previsto eliminar en el bienio 2005-2006 un total de 75.000 empleos en el sector público por la vía de la amortización de las jubilaciones. En concreto, por cada funcionario que se jubile sólo se contratará a uno, con la excepción en las áreas de seguridad y educación. El objetivo, según Berlusconi, es “construir un Estado menos costoso para los ciudadanos” y facilitar “una organización más moderna y eficaz de los servicios”. Sin embargo, los planes no convencen a los italianos, que sólo en la actual legislatura han secundado mayoritariamente cinco huelgas generales.
Por su parte, el Gobierno francés gastará 15.000 millones de euros en cinco años en un ‘plan de cohesión social’ para reactivar el mercado de trabajo, que registra una tasa de paro del 10,2% de la población activa, con cerca de 2,5 millones de parados, la mayor cifra en cinco años.
Además, prevé crear un millón de ‘contratos de futuro’, destinados a los beneficiarios del llamado ingreso mínimo de inserción e impulsará medidas para ayudar a 800.000 jóvenes con dificultades para encontrar empleo.

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Los objetivos en España
Ante este panorama, en España, Gobierno y agentes sociales se han puesto a trabajar en una futura reforma laboral, que podría empezar a aplicarse este mismo año o el próximo, centrándose en temas importantes como la elevada temporalidad, las distintas modalidades de contratación o la protección por desempleo.
El Ejecutivo ha llegado a plantear la reducción del coste del despido para los nuevos contratos, en línea con las recomendaciones de organismos como la OCDE y el FMI, con la lógica oposición de los sindicatos y el beneplácito de los empresarios.
Aunque todas las partes coinciden en que el empleo ha evolucionado de manera “globalmente positiva” desde 1992, el principal problema de nuestro mercado de trabajo es la elevada temporalidad y la alta precariedad, por lo que la reforma se centrará en la política de estímulos a la contratación de determinados colectivos y el fomento de determinados contratos como el de tiempo parcial o el fijo-discontinuo. El ambicioso objetivo de la reforma es hacer compatible la necesaria flexibilidad laboral para aumentar la productividad con el mantenimiento de los derechos de los trabajadores y la estabilidad en el empleo. Casi la cuadratura del círculo.

Los españoles no quieren más vida laboral
Los españoles se jubilan tarde y mal: su vida laboral es más larga que la del resto de europeos y reciben una pensión más baja que la media comunitaria, según un reciente estudio realizado por Axa en 15 países.
En concreto, un trabajador español se jubila de media casi a los 63 años, con lo que queda lejos de los 59 años de Alemania o Francia. Pero además le gustaría jubilarse a los 57 años, algo que choca frontalmente con el inminente alargamiento de la vida profesional activa que persiguen las reformas laborales. En concreto, dos de cada tres españoles se oponen a retrasar su jubilación más allá de los 65 años, frente a la mejor disposición en Alemania o Francia y el apoyo mayoritario a elevar la edad legal de jubilación en Estados Unidos, Hong Kong, Canadá o Japón.

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Reformas laborales por países

Alemania

·        Reducción de los subsidios del paro a un máximo de un año (ampliable a 18 mese para mayores de 55 años) en lugar del tope de los 32 meses vigente en 2004.

·        Unión del subsidio de desempleo de los parados  de larga duración y la ayuda social en un solo pago de 345 euros en el Oeste de Alemania y de 331 en el Este.

·        El Estado corre con los costes de alquiler y calefacción, estimados en 310 euros por parado.

·        El Estado también concede dinero para vestuario y escuela, aunque en cantidades inferiores a las percibidas hasta ahora.

·        Se introducen medidas para mejorar las oficinas de empleo. Cada agente sólo se ocupará de 70 parados frente a los 400 a los que teóricamente debía aconsejar hasta ahora.

·        El parado está obligado a aceptar cualquier trabajo aunque éste pagado por debajo de lo que marca el convenio o la media de la zona y no se corresponda con su función.

Reino Unido

Los perceptores de ayudas por desempleo deben acudir cada dos semanas a las oficinas de empleo y demostrar que han buscado trabajo. De lo contrario el Estado les retira la prestación.

El Gobierno ha reformado las oficinas de empleo y ha aumentado su red informática para buscar ofertas de trabajo, incluso en el extranjero.

Los trabajadores de las oficinas hacen actualmente un seguimiento personalizado de todos los perceptores de prestaciones por desempleo.

El Gobierno británico ha invertido 10,5 millones de libras para incentivar a las empresas a aceptar jornadas de trabajo flexibles.

El Gobierno promociona todo tipo de trabajos a turnos: teletrabajo, permisos por maternidad, años sabáticos, permisos de varios meses sin sueldo o período de libranzas para acudir a cursos formativos.

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Francia

El Gobierno invertirá 15.000 millones a lo largo de cinco años en un plan de cohesión social. De esta forma, pretende crear un millón de ‘contratos de futuro’, destinados a los beneficios del llamado ingreso mínimo de inserción.

El Ejecutivo francés está impulsando medidas para ayudar a 800.000 jóvenes en dificultades para encontrar un empleo. Se refuerza el control de los parados y la aplicación de sanciones para quienes rechacen un empleo.

Italia

El Gobierno pretende eliminar en el bienio 2005-2006 un total de 75.000 empleos en el sector público por la vía de la amortización de jubilaciones.

Por cada funcionario italiano que se jubile, el Gobierno sólo contratará uno. Todos aquellos funcionarios de educación y sanidad quedarán excluidos de esta reducción.



La productividad cae en picado en toda Europa

La escasa productividad laboral en Europa y la elevada precariedad son las dos características comunes a los principales países de la Unión.
Este es el diagnóstico de la Comisión Europea que ha advertido sobre la “preocupante situación” que se está generando ante el menor aumento de la productividad en Europa respecto a EE UU. Mientras en 1991-1996 la productividad laboral creció en la UE a un ritmo del 1,9% (frente al 1,7% norteamericano), en el trienio 2001-2003 fue del 0,6% en Europa (frente al 2,9% en Estados Unidos). Además, Bruselas reconoce su fracaso en la creación de empleo para lograr los objetivos que se había impuesto: una tasa del 70% en 2010(en 2003 fue del 63%), una tasa femenina del 60% y del 50% en las personas mayores.
La Comisión Europea achaca esta escasa generación de empleo al lento crecimiento de la economía europea en los últimos cuatro años. No obstante espera que se creen 1,7 millones de empleos netos este año en los 25 países de la UE y 1,9 millones en 2006.

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