¿El ecologismo puede acabar con las industrias y también con la economía?

El ecologismo surgió como un movimiento de ideas para concientizar sobre la importancia del cuidado del medioambiente a mediados del siglo XX. Se mezcló con los pedidos de paz de los jóvenes estadounidenses (de ahí surgió la palabra GreenPeace o paz verde) después de la Guerra Fría y con el el ideal del hippismo de vivir en armonía con la naturaleza.
Los postulados del ecologismo pasaron de ser un conjunto de ideales inocentes, con los que nadie podría estar en desacuerdo pero sus consignas y acusaciones se han ido radicalizando con el paso de los años. En 1961 se funda la ONG WWF (The World Wide Fund for Nature) y también aparecen los primeros partidos verdes.
El ecologismo fue metiéndose áreas claves de los países como la política, el arte, la economía, la arquitectura, y otras esferas de la vida de la Humanidad.
Al mismo tiempo el ecologismo ha ido señalando con el dedo potenciales industrias que según sus investigaciones dañan el medio ambiente y ha centrado su carga de culpa contra el ser humano.

Un grupo protesta al lado de unas fábricas en Estados Unidos en contra de la polución ambiental en 1962.

Primavera silenciosa (1962) el libro de la bióloga estadounidense Rachel Carson, fue una de las primeras publicaciones que alertaban sobre el impacto de la acción humana en el medio ambiente. El libro pasó muchos años sin pena ni gloria olvidado, hasta que en 2015, “Primavera silenciosa” fue considerado como uno de los 20 libros de divulgación científica más influyentes.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) es el principal promotor de los postulados del ecologismo para Estados y empresas.
El ecologismo es hoy también es fundamento de los marxistas y otras teorías de izquierda, que se han quedado sin lucha. Todo obrero sueña con tener estabilidad y sus pequeños lujos; unas regias vacaciones, su iphone o su Mercedes Benz, mucho antes que pelear por la toma de los medios de producción, o sea de su propia empresa.

Obreros en medio de una construcción. Los objetivos de los obreros en la actualidad son muy diferentes a los que pretendía el delirante Marx.

En el siglo XXI la moral de los seres humanos, las empresas se mide de acuerdo a si coinciden con los postulados redactados por los fanáticos del ecologismo. Se trata de consignas que ya son válidas para los países de Occidente pero no para el resto del mundo. En Oriente, ya sea en los países asiáticos o árabes la participación y la influencia de grupos ecológicos es mínima o inexistente.
En una crisis económica y financiera generalizada los ecologistas abogan por acabar o reducir con todas las energías (menos aquellas denominadas verdes) y con muchísimas actividades económicas que consideran perjudiciales para el medio ambiente. Esto se traduciría en la eliminación de sectores de la economía y en una gran catástrofe social y humanitaria.

El ecologismo está en contra de casi todo lo que hace funcionar a la economía

En resumen el ecologismo en la actualidad está en contra de:  la ganadería, la cría de peces, el uso de fertilizantes en agricultura, el desmonte para la agricultura, la minería, la industria petrolera, la industria forestal, la industria papelera, la industria de la construcción, la industria petroquimica, la industria automotriz,  la industria del plástico, la industria alimenticia, el minado de criptomonedas, la industrial del cobre, de los metales, entre otras. Asi mismo también condena el uso de la energía eléctrica, el gas natural, el uso de combustibles provenientes del petróleo, la energía nuclear y todas las energías utilizadas hasta ahora.

Aunque la industria del plástico se ha tratado de reconvertir tanto ella como todas las que dependen de derivados del petróleo podrían desaparecer con el avance del ecologismo.

Los gigantescos molinos de viento que proveen energía eólica que aman los ecologistas no son operativos para el uso industrial o de grandes edificios de oficinas, asi mismo los paneles solares  tienen serias deficiencias para su uso funcionamiento masivo y prolongado. Además si el clima no coopera, directamente no funcionan.

Las industrias necesitan energía potente y la más limpia y económica es la nuclear que los ecologistas aborrecen.
Molinos de energía eólica. Requieren de una gran inversión, desinversión en energía eléctrica convencional y dependen de si hay o no viento para funcionar. Una apuesta peligrosa.

Con el carbono cero van presionando a los países para que desindustrialicen

Por medio de la cuota de carbono, los ecologistas han convencido a muchos gobiernos de que el conjunto de industrias y economía de los países lleguen a una cuota de emisiones carbono cero como explica esta web del gobierno argentino.  El caso es que el ecologismo siempre encuentra una nueva actividad o industria que emite carbono a la atmósfera, y van señalando con el dedo a legisladores y funcionarios donde deben apuntar sus leyes. En los últimos años desde el ecologismo más radical se llegó a aseverar que las exhalaciones de dióxido de carbono propias de la respiración de los seres humanos podían afectar la capa de ozono, algo totalmente incierto, repudiable y falto de pruebas científicas prolongadas en el tiempo.

En China no hay ecologistas

China es el principal emisor del mundo y produce más de una cuarta parte de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero del mundo,La contaminación del aire, la escasez de agua y la contaminación del suelo siguen siendo amenazas para la salud y los medios de subsistencia del pueblo chino, lo que aumenta el descontento con el gobierno.
China se comprometió a reducir las emisiones en virtud del Acuerdo de París, reducir el uso de carbón e invertir en energía renovable. Pero su iniciativa Belt and Road aún financia centrales eléctricas de carbón en el extranjero. China no ha cumplido con ninguno de sus compromisos firmados.  La contaminación del aire, la escasez de agua y la contaminación del suelo son los principales problemas debido a la rápida industrialización del país en los últimos 20 años.
China es el país con la mayor cantidad de ciudades más contaminadas del mundo. El número de  enfermedades bronquiales y pulmonares de su población es el más alto del mundo. En China los  grupos de ecologistas pidiendo medidas al partido comunista chino. Las organizaciones internacionales ecologistas, no llegan a China a exigir evitar desmontes o cerrar industrias contaminantes por ejemplo.

¿Cuál es el fin del ecologismo si en unos paises existe y en otros no?

La respuesta está en el el Plan denominado China 2025. Se trata de un proyecto del partido comunista china junto con sus aliados de  convertirse en el principal proveedor de manufacturas  del mundo. Para ello el gobierno chino elaboró el plan One Belt, One Road que significa un cinturón de seguridad, un mismo camino. One Belt, One Road (OBOR) se trata de la nueva ruta de la seda china. China proyecta comprar puertos, puentes,  hectáreas de campos de cultivo, industrias en todo el mundo para obtener materas primas, producir en China y tener las vías propias para exportar las manufacturas.

Duro golpe para Greta Thunberg y el ecologismo radical en 2022

Thunberg en un acto con la imagen de una industria con el símbolo de prohibido.

Parece que los gobiernos comienzan a despertar y a darse cuenta que a largo plazo, puede ser mucho peor acceder a determinadas demandas del ecologismo radical. Suprimir industrias o frenar su crecimiento algo que pretende el ecologismo puede derivar en un caos sin precedentes.
La Unión Europea acaba de declarar a la energía nuclear y el gas natural dentro de las energías “verdes”. El gobierno de Bruselas ha afirmado:

El bienestar humano y el progreso ambiental están por encima del dogmatismo de las energías renovables.

El canciller alemán Olaf Scholz y el Presidente de Francia Emmanuel Macron acordaron en Enero de 2022 rechazar la demanda de la activista climática radical Greta Thunberg de que Europa deje de financiar plantas nucleares y el gas natural. La Comisión Europea afirmó que la energía nuclear y el gas natural se consideran sostenibles  y estarán disponibles para su uso en los países de la unión. El acuerdo llamado Taxonomía Sostenible de la UE lo firmaron Alemania y Francia, países que dependen cada vez más de la energía nuclear y del gas natural.
Los activistas con sus demandas públicas de evitar la financiación privada en petróleo han contribuido a la escasez global de estos suministros.
Este acuerdo, es un gran golpe para Greta Thunberg y el lobby de las energías renovables que dependen del clima.

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