Este año ingresaron al mayor centro científico del país 2000 investigadores y becarios. Pero se espera duplicar esta cifra en 10 años. Más informatizado, renovado y con el eje puesto en la diversificación, el Conicet aumentó en 2005 un 20% su vinculación con el sector productivo nacional.
Consolidación. Esa parece ser la situación por la que atraviesa hoy el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET), el mayor centro científico del país, de cara a los nuevos desafíos que se plantea para el futuro gracias a un positivo avance que experimentó en 2005 con la incorporación de nuevos investigadores jóvenes y un avance en su interacción con el sector productivo nacional.
En su clásica reunión anual que ofreció a la prensa, el presidente de esta entidad, Eduardo Charreau, repasó junto con el resto del cuerpo directivo cada uno de los logros obtenidos, entre los que se destacó la fuerte renovación de científicos que experimentó el organismo para hacer frente a la demanda de nuevos especialistas que acompañen el crecimiento en materia de innovación productiva.
Este año, el Conicet abrió su entrada a 1500 nuevos becarios y 500 investigadores, que por primera vez se postularon y fueron evaluados por un jurado de expertos a través de Internet, lo que marca un antes y un después en la manera de administrar el ingreso, informatizado en todo su proceso.
"Uno de los desafíos más importantes es incorporar a la Argentina en la sociedad del conocimiento y no sólo es cuetión de dinero, sino de saber mantener los recursos humanos altamente capacitados y renovar el compromiso de aumentarlos año a año", indicó Charreau ante la presencia del ministro de Educación, Daniel Filmus y el secretario de Ciencia y Tecnología, Tulio del Bono. De hecho, ambos avalaron la idea y garantizaron que ya se previeron las reformas edilicias necesarias para garantizar las condiciones de trabajo óptimas de las nuevas camadas.
El titular del Conicet confió que en 2006 la idea es mantener este nivel de ingreso de nuevos científicos (se esperan unos 900 investigadores) para cumplir la meta de duplicar en diez años el número en todo el país, que hoy suman unos 4500 dentro de la entidad.
En este sentido, Charreau remarcó el "aumento considerable" en el número de especialistas que regresó del exterior para terminar con una "hemorragia de cerebros" que se inició con la crisis y las tentadoras oportunidades que ofrecen los grandes centros científicos del primer mundo.

Interacción y cambios

Pese a utilizar sólo el 20% del total del presupuesto destinado al sector de ciencia y tecnología, el Conicet es responsable del 70% de la producción nacional, materializada en 5499 publicaciones en índices internacionales. Buena parte de este prolífico desempeño es compartido con las universidades nacionales, ya que el 70% de los investigadores desarrollan sus tareas en las casas de altos estudios.
Según amplió el directivo Carlos Rapela, "hemos notado que además de ser más productivas y conservar mejor a los recursos humanos, las unidades ejecutoras son más exitosas cuando están en estrecha vinculación con las universidades".
La idea de este funcionario es traspasar la mayor cantidad de investigadores a estos ocho estamentos. Hoy sólo el 40% está allí y la idea es que en tres años esa cifra trepe al 80%. "Esto va a constituir un paso esencial para un proceso de ciencia integrado", destacó Rapela a los periodistas.

Transferencia y apertura

Sin embargo, un cambio profundo en 2005 estuvo marcado en el crecimiento de la vinculación entre el Conicet y el sector productivo nacional, que según comentó el director de asuntos tecnológicos, Mario Lattuada, registró un alza del 20% respecto de 2004.
Al parecer, este incremento en las asesorías, servicios e integración de investigadores en las empresas se multiplicó por seis desde 2001y hoy hay 70 becarios en compañías como Petrobras, Siderca, SanCor, Monsanto e Intel, entre otras.
El funcionario también comentó que el Conicet es el que mayor cantidad de patentes industriales registra gracias a esta vinculación: lidera el ranking con 40 por año. Y destacó además la puesta en marcha de centros público-privados, como el Instituto de Agrobiotecnología Rosario (INDEAR), que se inaugurará en 2006 con el apoyo de Biosidus y Bioceres.
Lattuada remarcó también el lanzamiento del Centro César Milstein junto con la Fundación Pablo Cassará y el Parque Tecnológico del Litoral, ubicado en el CERIDE de Santa Fe. Entre los adelantos más destacados se mencionó el avance sobre biocombustibles, una nueva leche probiótica, fármacos para el sector de la salud humana y numerosas vacunas.
Por último, el ministro Filmus felicitó por los avances desde la emergencia post-crisis y confirmó la meta de lograr que el 1% del PBI vaya para el área de ciencia y tecnología en 2010.
"En un país que nunca planificó nada, tener un programa certero como éste es algo que nos enorgullece porque es un despegue producto del esfuerzo", remarcó ante la satisfacción del titular del Conicet, orgulloso de haber podido pilotear un año más el resurgimiento de la ciencia en la Argentina.

Este año ingresaron al mayor centro científico del país 2000 investigadores y becarios. Pero se espera duplicar esta cifra en 10 años. Más informatizado, renovado y con el eje puesto en la diversificación, el Conicet aumentó en 2005 un 20% su vinculación con el sector productivo nacional.
Consolidación. Esa parece ser la situación por la que atraviesa hoy el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET), el mayor centro científico del país, de cara a los nuevos desafíos que se plantea para el futuro gracias a un positivo avance que experimentó en 2005 con la incorporación de nuevos investigadores jóvenes y un avance en su interacción con el sector productivo nacional.
En su clásica reunión anual que ofreció a la prensa, el presidente de esta entidad, Eduardo Charreau, repasó junto con el resto del cuerpo directivo cada uno de los logros obtenidos, entre los que se destacó la fuerte renovación de científicos que experimentó el organismo para hacer frente a la demanda de nuevos especialistas que acompañen el crecimiento en materia de innovación productiva.
Este año, el Conicet abrió su entrada a 1500 nuevos becarios y 500 investigadores, que por primera vez se postularon y fueron evaluados por un jurado de expertos a través de Internet, lo que marca un antes y un después en la manera de administrar el ingreso, informatizado en todo su proceso.
"Uno de los desafíos más importantes es incorporar a la Argentina en la sociedad del conocimiento y no sólo es cuetión de dinero, sino de saber mantener los recursos humanos altamente capacitados y renovar el compromiso de aumentarlos año a año", indicó Charreau ante la presencia del ministro de Educación, Daniel Filmus y el secretario de Ciencia y Tecnología, Tulio del Bono. De hecho, ambos avalaron la idea y garantizaron que ya se previeron las reformas edilicias necesarias para garantizar las condiciones de trabajo óptimas de las nuevas camadas.
El titular del Conicet confió que en 2006 la idea es mantener este nivel de ingreso de nuevos científicos (se esperan unos 900 investigadores) para cumplir la meta de duplicar en diez años el número en todo el país, que hoy suman unos 4500 dentro de la entidad.
En este sentido, Charreau remarcó el "aumento considerable" en el número de especialistas que regresó del exterior para terminar con una "hemorragia de cerebros" que se inició con la crisis y las tentadoras oportunidades que ofrecen los grandes centros científicos del primer mundo.

Interacción y cambios

Pese a utilizar sólo el 20% del total del presupuesto destinado al sector de ciencia y tecnología, el Conicet es responsable del 70% de la producción nacional, materializada en 5499 publicaciones en índices internacionales. Buena parte de este prolífico desempeño es compartido con las universidades nacionales, ya que el 70% de los investigadores desarrollan sus tareas en las casas de altos estudios.
Según amplió el directivo Carlos Rapela, "hemos notado que además de ser más productivas y conservar mejor a los recursos humanos, las unidades ejecutoras son más exitosas cuando están en estrecha vinculación con las universidades".
La idea de este funcionario es traspasar la mayor cantidad de investigadores a estos ocho estamentos. Hoy sólo el 40% está allí y la idea es que en tres años esa cifra trepe al 80%. "Esto va a constituir un paso esencial para un proceso de ciencia integrado", destacó Rapela a los periodistas.

Transferencia y apertura

Sin embargo, un cambio profundo en 2005 estuvo marcado en el crecimiento de la vinculación entre el Conicet y el sector productivo nacional, que según comentó el director de asuntos tecnológicos, Mario Lattuada, registró un alza del 20% respecto de 2004.
Al parecer, este incremento en las asesorías, servicios e integración de investigadores en las empresas se multiplicó por seis desde 2001y hoy hay 70 becarios en compañías como Petrobras, Siderca, SanCor, Monsanto e Intel, entre otras.
El funcionario también comentó que el Conicet es el que mayor cantidad de patentes industriales registra gracias a esta vinculación: lidera el ranking con 40 por año. Y destacó además la puesta en marcha de centros público-privados, como el Instituto de Agrobiotecnología Rosario (INDEAR), que se inaugurará en 2006 con el apoyo de Biosidus y Bioceres.
Lattuada remarcó también el lanzamiento del Centro César Milstein junto con la Fundación Pablo Cassará y el Parque Tecnológico del Litoral, ubicado en el CERIDE de Santa Fe. Entre los adelantos más destacados se mencionó el avance sobre biocombustibles, una nueva leche probiótica, fármacos para el sector de la salud humana y numerosas vacunas.
Por último, el ministro Filmus felicitó por los avances desde la emergencia post-crisis y confirmó la meta de lograr que el 1% del PBI vaya para el área de ciencia y tecnología en 2010.
"En un país que nunca planificó nada, tener un programa certero como éste es algo que nos enorgullece porque es un despegue producto del esfuerzo", remarcó ante la satisfacción del titular del Conicet, orgulloso de haber podido pilotear un año más el resurgimiento de la ciencia en la Argentina.