Asignaturas pendientes de los consejos de administración

GOBIERNO CORPORATIVO. En los últimos años, las compañías españolas se ciñen cada vez más a las recomendaciones de los códigos de Buen Gobierno. Pero aún hay aspectos en los que deben mejorar: las mujeres escasean en los consejos y el papel de los independientes no convence.

Escasa presencia de mujeres en los consejos administración, poca aportación de los consejeros independientes, abuso de las cláusulas de blindaje, acumulación de poderes en el presidente… Las empresas españolas han avanzado en los últimos tiempos en el cumplimiento de las reglas de Buen Gobierno, pero en sus consejos de administración todavía hay varias asignaturas pendientes. Así se deduce del análisis de los informes anuales de gobierno corporativo que las compañías del Ibex-35, es decir, las 35 empresas más importantes que cotizan en la Bolsa española, han remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. (CNMV).

Una de las conclusiones más contundentes del estudio hecho por el organismo regulador sobre los consejos de administración de esas empresas es la escasa presencia de mujeres en un círculo tan privilegiado: sólo el 3,4% del total de consejeros son mujeres. Este preocupante dato, que es a junio de 2005, se agrava aún más en la actualidad, dado que con los cambios que cada seis meses se producen en la composición del Ibex-35, ahora sólo el 2,9% de los consejeros de las compañías del índice son mujeres. Y, en algunos casos, como sucede en FCC, todas las consejeras pertenecen a una misma familia.

Uno de los últimos nombramientos ha sido el de la ex ministra socialista Ángeles Amador como consejera de Red Eléctrica, compañía que preside el también ex ministro socialista Luis Atienza.

“Recomendación”
Para poner fin a esta situación, Manuel Conthe, presidente de la CNMV, adelantaba hace unos días que, probablemente, se iba a obligar a los consejos de administración de las compañías a que contaran con un número mínimo de mujeres. Esta «recomendación» estará contenida en el informe de Buen Gobierno Corporativo que se está elaborando en este momento para, posteriormente, convertirse en materia legislativa.

«Me parece un error adoptar una medida de este tipo» apunta Montserrat Luquero, directora general de Hudson, consultora de recursos humanos. «Nunca he sido partidaria de las cuotas obligatorias porque al final pueden acceder personas que no están preparadas. Las empresas sólo cumplirían con las exigencias legales y eso no ayudaría a las mujeres», añade.

En opinión de esta experta, la solución a este problema es «cuestión de tiempo» porque, en estos momentos, no hay en el mercado el suficiente número de mujeres con la experiencia necesaria para ocupar puestos en consejos de administración. Un estudio realizado recientemente por la consultora Hudson, sobre la evolución de la mujer directiva respecto al hombre, desvela que se ha ganado terreno en el acceso a los mandos intermedios, pero los puestos directivos se resisten. «Las políticas de las empresas en recursos humanos tienen que cambiar, ser más flexibles y permitir que las mujeres que accedan a puestos de responsabilidad no tengan que renunciar a su vida personal. Muchas mujeres renuncian a cargos de este tipo porque les impide conciliar la vida laboral y familiar», añade Montserrat Luquero.

Otro de los puntos débiles de los consejos de administración son los consejeros independientes. El Índice de Consejos 2005 elaborado por la consultora Spencer Stuart, sobre el funcionamiento de los órganos de las sociedades más importantes de España durante 2004, entre ellas las del Ibex-35, subraya que sólo el 6% de los consejeros independientes fueron nombrados mediante un sistema preestablecido. El 94% fue nombrado a propuesta del presidente ejecutivo o de un consejero dominical. Esto, según el estudio, influye en la actitud pasiva que suelen mantener los consejeros independientes. «Si un consejero dominical o el primer ejecutivo de una compañía ofrece el puesto a alguien con el que mantiene una relación de amistad, éste consejero será más benévolo y menos exigente con las actuaciones de quien le ha ofrecido el cargo», señala Ignacio Gil-Casares, socio director de Spencer Stuart.

«Y un consejero independiente debe tener un único objetivo: el bien de la compañía y de todos sus accionistas. Por eso debe ser exigente. Pero si es amigo, le cuesta más trabajo», añade Gil-Casares.
En Spencer Stuart consideran que las compañías tienen que cambiar el procedimiento de elección de los consejeros independientes porque está «viciado de origen».

Situaciones “puntuales”
La CNMV, por su parte, ha detectado «determinadas situaciones puntuales» que podrían afectar a la calificación como independiente de algún consejero. Por ejemplo, ocupar cinco o más cargos en los consejos de administración de entidades dependientes del Grupo; ser accionista significativo de una entidad controlada por el Grupo y ostentar la condición de consejero independiente en la entidad dominante; tener una relación contractual con la entidad, distinta a su condición de consejero o presidir el consejo de administración de una compañía cuyo volumen de negocio depende de forma relevante de otra entidad en la que ostenta la condición de independiente.

Otro aspecto que subraya la Comisión Nacional del Mercado de Valores es que sólo tres entidades del Ibex-35 han informado que los consejeros independientes tienen limitado su mandato a un número máximo de 8 años.
En este sentido, el estudio de Spencer Stuart recomienda la necesidad de establecer fórmulas que limiten la reelección continuada de los consejeros independientes o que, al menos, no hagan fácil su perpetuación. «Pero no parece que las compañías españolas hayan empezado a tomar medidas», señala.

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