Trabajadores de Continental saquean oficinas del gobierno en Francia

PARÍS – El saqueo de la subdelegación del Gobierno central de Compiegne, al noreste de París, por obreros de una empresa que cerrará sus puertas evidencia la creciente tensión social que se vive en Francia, donde ya han sido retenidos varios ejecutivos de sociedades en conflicto.

Trabajadores del fabricante de neumáticos alemán Continental saquearon el martes las oficinas de la subdelegación del gobierno de Compiegne, después de que la justicia rechazara anular el cierre de una planta en Francia, donde trabajan 1.120 personas.

Tras destrozar las oficinas, los trabajadores se dirigieron a una planta de la empresa situada en una localidad cercana y saquearon una caseta a la entrada de las instalaciones.

Este incidente marca una nueva etapa en la escalada de tensión social en Francia, manifestada hasta ahora por la retención de ejecutivos, en un momento en que se anuncian nuevas olas de despidos en diversas empresas.

El anuncio del cierre de una planta del fabricante de piezas de automóvil Molex, en el suroeste de Francia, llevó a los trabajadores a retener a dos ejecutivos, liberados el martes por la noche por orden judicial, al cabo de 24 horas transcurridas en el local de la empresa.

Igual suerte habían corrido antes otros directivos de las empresas Sony (electrónica), Scapa (adhesivos), 3M (multifuncional, de productos diversificados), Faurecia (piezas de automóviles) y Caterpillar (maquinarias).

Hace tres semanas, unos 100 trabajadores de dos grupos, FNAC y Conforama, afectados por un plan que podría conllevar 1.200 despidos, bloquearon en su coche al magnate francés François-Henri Pinault, uno de los hombres más ricos de Francia.

El martes, los trabajadores de Caterpillar rechazaron un plan para poner fin a la crisis que sin embargo había sido firmado por los dirigentes sindicales después de la mediación del Gobierno.

"El desarrollo de estos métodos de acción es la expresión de la dificultad de los políticos y en particular de (el presidente) Nicolas Sarkozy, de apuntar a medio y largo plazo", estimó el politólogo francés Stephane Rozes, en declaraciones al cotidiano Le Parisien este miércoles. "Hay una espiral entre los trabajadores inquietos, los medios que dan cuenta de los conflictos sociales y un político que reacciona más a las situaciones inmediatas y que no parece construir algo coherente para el futuro", agregó.

Este miércoles, el primer ministro francés, Francois Fillon, juzgó que el saqueo del local de la subdelegación de Compiegne era "inaceptable" y anunció que habrá "acciones judiciales". "En el caso de la violencia de ayer, habrá acciones judiciales", dijo Fillon, después de indicar que lo ocurrido el martes había sido obra de una "minoría muy activa" que "impedía" la mediación de las organizaciones sindicales.

"Hace meses que se escucha decir que los obreros de Continental son buenos chicos. Lo de buenos chicos se acabó. Hace semanas que estamos frenando a la gente", había declarado a la AFP el delegado sindical y responsable del movimiento, Xavier Mathieu, tras los incidentes. "Continental echa a nuestras familias a la miseria", denunció el dirigente de la CGT, el principal sindicato francés. "Se acabó, ya no somos corderos sino leones dispuestos a todo".

El ex primer ministro Dominique de Villepin, del partido conservador UMP en el poder, estimó el domingo que existía "un riesgo revolucionario" en Francia, donde una "fuerte cólera se expresa" en el terreno social.

 

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