El 78% de las empresas mexicanas a las que Manpower aplicó una encuesta no encuentran el personal adecuado para cubrir las plazas vacantes, debido a la falta de capacitación y talento que puedan dar un valor agregado y plusvalía al negocio, dijo su director general, Jorge Pérez Izquierdo, al presentar el resultado final en el estudio Paradoja del Talento.
En el mundo el 40% de los encuestados también tienen dificultades para cubrir ciertas posiciones debido a la carencia de personas capacitadas.
Otra de las problemáticas que enfrenta México es que cada año más 500 mil trabajadores emigran a Estados Unidos por mejores condiciones de vida. Estos empleados en su mayoría son obreros calificados y técnicos que otorgan una fuerza laboral importante a esa nación.
El directivo de la empresa especializada en recursos humanos añadió que, en todo el mundo se da una “severa escasez de talento” por factores como: los cambios demográficos —envejecimiento de la población, disminución en la natalidad, migración económica—, la evolución social, programas inadecuados de educación, globalización, y nuevas prácticas de negocios —outsourcing, offshoring y empleo bajo demanda—.
“Son múltiples las razones que conducen esa falta de trabajadores capacitados. Están causando poca disponibilidad de talento, que impacta en las habilidades y competencias específicas requeridas por las economías industrializadas, emergentes, y en vías de desarrollo”, dijo el también director general de Centroamérica y el Caribe.
A consecuencia de los avances tecnológicos y aumentos de productividad, muchos empleos de actividades rutinarias y que requieren de un número reducido de habilidades están siendo eliminados. Entonces, añadió, las habilidades que alguna vez fueron demandadas están volviéndose rápidamente obsoletas. Esto reduce la demanda por ciertos puestos y en consecuencia, la escasez de talento percibida, lo que potencialmente deja también a empleados sin trabajo.
“Tanto individuos como sus gobernantes deben tomar medidas para asegurarse que están aprovechando todas las oportunidades disponibles para re-capacitarse y reentrenarse para hacer de ellos mismos candidatos competentes en el futuro mundo del trabajo”, confirmó.
En ese sentido, Pérez Izquierdo comentó que la tarea del gobierno, de las empresas y de los sindicatos es impulsar un mayor nivel de desarrollo y capacitación de los empleados mexicanos, así como la aplicación de candados que eviten la fuga de talentos hacia otras naciones.
En enero pasado, Manpower encuestó a 33 mil empresarios en 23 países, entre los que destacan India, Nueva Zelanda, Taiwán, Estados Unidos, Australia, Italia, Alemania, Austria, Canadá, Reino Unido, Brasil y Argentina, entre otros. en la encuesta se incluyó a 4 mil 800 empleadores de México para determinar el nivel de desabasto de talento que está afectando el mercado laboral.
Hay una desvinculación universidades-empresas
Jorge Pérez Izquierdo, director general de Manpower México, Centroamérica y el Caribe, explicó que la falta de vinculación entre las universidades y las empresas, así como de desarrollo y capacitación al interior de las organizaciones, también provoca la escasez de talento.
Por tanto los empleadores mexicanos coincidieron que los puestos de representante de ventas, técnicos de ingeniería, obreros, operadores de producción, asistentes administrativos y ejecutivos, ingenieros, servicios al cliente, gerente de mantenimiento, gerente de ventas y recepcionistas, en este orden, son los que más conflicto presentan al momento de reclutar y contratar personal.
El directivo destacó que debe desaparecer el mito que tienen los empleadores de no capacitar a su trabajadores por miedo a que una vez capacitados cambien de empleo, porque en menos de una década empeorará la situación y el país enfrentará mayores índices de desempleo.
Añadió que para contrarrestar la escasez de talento en medio de la abundancia de trabajadores México debe lanzar una iniciativa para contrarrestar los efectos de este fenómeno, al mejorar la formación educativa y adoptar políticas de migración estratégica, para trasladar a la población inactiva a una fuerza de trabajo incluyente, estimulando a adultos mayores con experiencia y habilidades para que permanezcan en un empleo.