Los pacientes consideran alta calidad de atención cuando reciben explicación del problema

NUEVA YORK. Los pacientes hospitalizados que sufren un efecto adverso de un tratamiento son más propensos a calificar mejor la calidad de la atención cuando el personal médico les explica cuál fue el error, indicó un nuevo estudio.

Una encuesta a 2.300 pacientes tratados en 16 hospitales en Massachusetts, Estados Unidos, reveló que 603 habían tenido algún "efecto adverso", la mayoría eran efectos secundarios de un nuevo fármaco o complicaciones quirúrgicas, durante la internación.

Cuando se preguntó si el personal de salud les había explicado el problema, sólo respondió que sí el 40 por ciento.

En esos casos, los pacientes tendían a estar más a gusto con la atención recibida, aún cuando el efecto adverso se hubiese podido prevenir.

"Los resultados demuestran que esa información está asociada con la percepción de los pacientes de una mayor calidad de la atención, incluso cuando el efecto adverso les causa una lesión", declaró el doctor Lenny Lopez, del Hospital General de Massachusetts, en Boston.

"Es el primer estudio sobre cómo la información afecta la percepción de la calidad de la atención recibida en pacientes lesionados durante el tratamiento y los resultados tranquilizarían a los médicos que se preocupan por las consecuencias de conversar sobre los efectos adversos", agregó el experto.

A través de las historias clínicas y entrevistas con los pacientes, el equipo halló que casi un tercio de los efectos adversos registrados en el estudio, que se podría haber prevenido, se debía a errores, como darle a un paciente la dosis equivocada de un medicamento.

El personal del hospital era menos propenso a hablar sobre los efectos adversos prevenibles que de los que no se podía evitar, como una reacción insospechada de un nuevo fármaco. Cuando los pacientes sufrieron un efecto evitable, los médicos explicaron el problema sólo el 30 por ciento de las veces.

Aun así, los pacientes tendieron a calificar como más alta la calidad de la atención cuando recibían una explicación del problema, aunque la complicación se hubiese podido evitar.

Los participantes calificaron la atención en el hospital como "muy buena". Pero los pacientes que habían hablado con los médicos sobre el efecto adverso fueron dos veces más propensos a dar una calificación más alta que los que no habían recibido la explicación.

Los resultados, según Lopez, sugieren que los hospitales no deberían tener miedo de informar a los pacientes las causas de los efectos adversos, aún cuando se trate de errores.

"Aunque la tasa de información sigue siendo lamentablemente baja, los resultados deberían alentar ese tipo de explicación y eliminar los temores a juicios por malapraxis", dijo el investigador.

"Los pacientes quieren saber la verdad y perciben la información como una parte de la atención de alta calidad", añadió.

Archives of Internal Medicine publicó los resultados del estudio.

En otra investigación difundida en la misma revista, los autores se concentraron en los errores de diagnóstico.

El equipo halló que entre 300 médicos de 22 hospitales en Estados Unidos, los diagnósticos erróneos o tardíos más frecuentes son la embolia pulmonar (coágulo sanguíneo en los pulmones), las reacciones adversas a los fármacos y las sobredosis, los infartos y los cánceres de pulmón, colon y mama.

Los médicos dijeron que, en promedio, habían cometido o presenciado dos de esos errores durante sus carreras.

 

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