Informe de la OIT detecta un aumento de la incertidumbre y una aceleración de los cambios en el mundo del trabajo

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicó un nuevo análisis sobre las tendencias y los desafíos presentes en el mundo laboral, en el cual advierte la presencia de una brecha cada vez más grande entre las oportunidades sin precedentes que pueden aprovechar algunos, y el aumento de la incertidumbre que afecta a la mayoría de las personas.
El informe titulado "Cambios en el mundo del trabajo" (Nota 1) fue presentado para su discusión durante la 95ª Conferencia Internacional del Trabajo que se realiza en Ginebra entre el 31 de mayo y el 16 de junio. El documento describe las tendencias actuales y las perspectivas futuras detectadas en lo que denomina como "mercado laboral global".
"Para muchos, los cambios traen consigo las oportunidades que esperaban de obtener un trabajo más gratificante y satisfactorio y de forjarse una vida mejor. Para otros, los cambios son fuente de inquietud y vienen a cerrar, más que a abrir, las posibilidades de mejorar las condiciones de vida y de trabajo", dice el informe.
En el prefacio del documento el Director General de la OIT, Juan Somavia, dice que "existe un sentimiento creciente de devaluación de la dignidad del trabajo. El pensamiento económico imperante lo considera como un mero factor de la producción, una mercancía, olvidándose del significado individual, familiar, comunitario y nacional del trabajo del ser humano. Y la gente está reaccionando en sus conversaciones en casa, en el secreto de la cabina de votación y, cuando es necesario, expresando con vigor sus quejas en las calles".
El análisis sobre los cambios en el mundo del trabajo está basado en la base de conocimientos que la OIT tiene sobre este tema. Entre otras cosas dice que:

* La fuerza laboral del mundo está aumentando con rapidez. En este momento hay unas 3.000 millones de personas que trabajan o están buscando trabajo, a los que se agregarán unas 430 millones de personas de aquí al 2015, la mayoría provenientes del mundo en desarrollo.

* Durante la próxima década serán necesarios cientos de millones de nuevos empleos. En promedio, las economías deberían generar más de 43 millones de puestos de trabajo anuales para reducir el desempleo mundial, que pasó de afectar a 157 millones de personas en 1995 a 192 millones de personas en 2005, el nivel más alto de la historia.

* El impacto del VIH/SIDA será cada vez más fuerte. La epidemia, que afecta principalmente a personas en edad de trabajar, podría generar pérdidas por hasta 270.000 millones de dólares en los 41 países más afectados para el año 2020.

* Las mujeres constituyen el 40 por ciento de la fuerza del trabajo mundial. Entre 1991 y 2005 la fuerza de trabajo femenina del mundo aumentó de menos de 1.000 millones a 1.220 millones. Sin embargo, continúan enfrentando numerosos obstáculos en el mercado laboral.

* Durante la última década las tasas de desempleo juvenil aumentaron globalmente del 12,1 al 13,7 por ciento. En 2005 los jóvenes de regiones en desarrollo tenían 3,3 veces más probabilidades de encontrarse sin trabajo que los trabajadores adultos, mientras que en las economías desarrolladas, los jóvenes tenían 2,3 veces más probabilidades de estar desempleados que los adultos.

* En 2004 había 218 millones de niños atrapados en las garras del trabajo infantil. Sin embargo, este número representó una disminución de 11 por ciento en los últimos cuatro años.

* En todo el mundo, el número de personas de 60 años de edad o más está aumentando más rápidamente que todos los demás grupos de edad. Las tasas de participación en la fuerza laboral de mujeres y hombres que tienen más de 50 años ha aumentado en todo el mundo.

* El sector de los servicios aumentó su participación como proveedor de empleo mundial de 34,4 por ciento en 1995 a casi 39 por ciento en 2005. Esto lo coloca cerca del 40 por ciento que provee el sector agrícola. El sector industrial aporta 21 por ciento.

"Se requiere un esfuerzo importante para mejorar la productividad, los ingresos y las condiciones de trabajo a fin de reducir la pobreza que afecta a cerca de la mitad de los trabajadores del mundo", dijo Somavia. "Vivimos una época de oportunidades e incertidumbres, en el que están desapareciendo algunas de las barreras que han impedido a los hombres y mujeres realizar plenamente sus capacidades, pero en el que escasean cada vez más los empleos de calidad que proporcionan una seguridad fundamental para mejorar nuestras vidas".

El informe identifica cuatro fuerzas que están interactuando y provocan transformaciones en los lugares y los mercados de trabajo:

* el imperativo del desarrollo, que se origina en la necesidad urgente de reducir la pobreza y la desigualdad dentro de los países y entre ellos;

* la transformación tecnológica desencadenada por la difusión de nuevos medios de tratamiento de la información y de comunicación;

* la intensificación de la competencia a nivel mundial tras la liberalización comercial y financiera, así como la espectacular reducción de los costos de transporte y comunicación; y

* la evolución del pensamiento político con respecto a los mercados laborales.

"Si queremos alcanzar la meta de trabajo decente para todos, es vital comprender cuáles son las fuerzas que guían este proceso, a fin de modelarlo de tal manera que genere más y mejores puestos de trabajo para mujeres y hombres de todo el mundo", dice el informe.
Las tendencias en el mercado laboral mundial identificadas por el informe incluyen: cambios en la fuerza laboral; cambios en el tipo de empleos debido a la transformación de los sistemas de producción; escasez de mano de obra calificada en diversos lugares; aumento de las migraciones; crecimiento de la economía informal; discriminación; aumento de las presiones tanto por mayor flexibilidad como por mayor seguridad en los mercados laborales.
El informe destaca que las transformaciones registradas en el mundo del trabajo tienen el potencial de generar oportunidades para que todos tengan acceso a un trabajo decente. "Los avances tecnológicos, si se aplican de manera que promuevan la inclusión en lugar de la exclusión, podrían incrementar la productividad y relegar la pobreza a la historia en el lapso de una generación".
"El principal medio para asegurarse de que el crecimiento de la economía mundial tenga un carácter incluyente es la forma en que los mercados de trabajo y de mano de obra están organizados y administrados. La historia reciente es, sin embargo, inquietante. La capacidad del crecimiento de generar empleo ha disminuido a nivel mundial", dice el informe.
También plantea que hay tres componentes de una estrategia encaminada a reducir los déficit de trabajo decente existentes en el mundo: Una forma de crecimiento con mayor coeficiente de empleo lograda mediante una modificación del marco de incentivos en favor de la mano de obra en lugar del capital, especialmente en países con desempleo a gran escala y una gran proporción de trabajadores pobres; un aumento de la productividad de los trabajadores más pobres del mundo a fin de hacer posible la mejora de sus ingresos y sus condiciones de trabajo; y un ritmo de crecimiento más rápido en general, aumentando así la demanda de mano de obra y acelerando la inserción de los trabajadores más pobres del mundo en empleos más productivos.
Al revisar las tendencias mundiales en materia de seguridad social destaca que "la realidad económica se traduce en los hechos en que la población que trabaja en la actualidad paga esencialmente con parte de lo que gana las pensiones y la atención de salud de los jubilados, ya sea mediante impuestos sobre los salarios y un mecanismo estatal de transferencia o mediante los dividendos que se pagan por las inversiones en las empresas para las que trabajan". Agrega que la relación entre dependientes y trabajadores está comenzando subir en algunas economías industrializadas y lo mismo sucederá en algunos países en desarrollo, como China, en los próximos 25 años.
En un análisis sobre la forma en que la gobernanza del mercado laboral se adapta y moderniza, el informe detectó algunos elementos comunes. Se sugiere que la enorme diversidad de la actividad laboral y la necesaria diversidad en los mecanismos de gobernanza deben integrarse en un marco de principios generalmente aceptados, que son los que sirven de base para la legislación, las normativas y los contratos. Destaca que las normas internacionales de la OIT influyen de manera importante en las legislaciones nacionales. En muchos países el proceso de generación de las condiciones actuales duró muchos años, pero aún así la mayoría necesita enfrentar el desafío de desarrollar sistemas legales capaces de lidiar con la economía informal.

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Informe de la OIT detecta un aumento de la incertidumbre y una aceleración de los cambios en el mundo del trabajo

La Oficina Internacional del Trabajo (OIT) publicó un nuevo análisis sobre las tendencias y los desafíos presentes en el mundo laboral, en el cual advierte la presencia de una brecha cada vez más grande entre las oportunidades sin precedentes que pueden aprovechar algunos, y el aumento de la incertidumbre que afecta a la mayoría de las personas.
El informe titulado "Cambios en el mundo del trabajo" (Nota 1) fue presentado para su discusión durante la 95ª Conferencia Internacional del Trabajo que se realiza en Ginebra entre el 31 de mayo y el 16 de junio. El documento describe las tendencias actuales y las perspectivas futuras detectadas en lo que denomina como "mercado laboral global".
"Para muchos, los cambios traen consigo las oportunidades que esperaban de obtener un trabajo más gratificante y satisfactorio y de forjarse una vida mejor. Para otros, los cambios son fuente de inquietud y vienen a cerrar, más que a abrir, las posibilidades de mejorar las condiciones de vida y de trabajo", dice el informe.
En el prefacio del documento el Director General de la OIT, Juan Somavia, dice que "existe un sentimiento creciente de devaluación de la dignidad del trabajo. El pensamiento económico imperante lo considera como un mero factor de la producción, una mercancía, olvidándose del significado individual, familiar, comunitario y nacional del trabajo del ser humano. Y la gente está reaccionando en sus conversaciones en casa, en el secreto de la cabina de votación y, cuando es necesario, expresando con vigor sus quejas en las calles".
El análisis sobre los cambios en el mundo del trabajo está basado en la base de conocimientos que la OIT tiene sobre este tema. Entre otras cosas dice que:

* La fuerza laboral del mundo está aumentando con rapidez. En este momento hay unas 3.000 millones de personas que trabajan o están buscando trabajo, a los que se agregarán unas 430 millones de personas de aquí al 2015, la mayoría provenientes del mundo en desarrollo.

* Durante la próxima década serán necesarios cientos de millones de nuevos empleos. En promedio, las economías deberían generar más de 43 millones de puestos de trabajo anuales para reducir el desempleo mundial, que pasó de afectar a 157 millones de personas en 1995 a 192 millones de personas en 2005, el nivel más alto de la historia.

* El impacto del VIH/SIDA será cada vez más fuerte. La epidemia, que afecta principalmente a personas en edad de trabajar, podría generar pérdidas por hasta 270.000 millones de dólares en los 41 países más afectados para el año 2020.

* Las mujeres constituyen el 40 por ciento de la fuerza del trabajo mundial. Entre 1991 y 2005 la fuerza de trabajo femenina del mundo aumentó de menos de 1.000 millones a 1.220 millones. Sin embargo, continúan enfrentando numerosos obstáculos en el mercado laboral.

* Durante la última década las tasas de desempleo juvenil aumentaron globalmente del 12,1 al 13,7 por ciento. En 2005 los jóvenes de regiones en desarrollo tenían 3,3 veces más probabilidades de encontrarse sin trabajo que los trabajadores adultos, mientras que en las economías desarrolladas, los jóvenes tenían 2,3 veces más probabilidades de estar desempleados que los adultos.

* En 2004 había 218 millones de niños atrapados en las garras del trabajo infantil. Sin embargo, este número representó una disminución de 11 por ciento en los últimos cuatro años.

* En todo el mundo, el número de personas de 60 años de edad o más está aumentando más rápidamente que todos los demás grupos de edad. Las tasas de participación en la fuerza laboral de mujeres y hombres que tienen más de 50 años ha aumentado en todo el mundo.

* El sector de los servicios aumentó su participación como proveedor de empleo mundial de 34,4 por ciento en 1995 a casi 39 por ciento en 2005. Esto lo coloca cerca del 40 por ciento que provee el sector agrícola. El sector industrial aporta 21 por ciento.

"Se requiere un esfuerzo importante para mejorar la productividad, los ingresos y las condiciones de trabajo a fin de reducir la pobreza que afecta a cerca de la mitad de los trabajadores del mundo", dijo Somavia. "Vivimos una época de oportunidades e incertidumbres, en el que están desapareciendo algunas de las barreras que han impedido a los hombres y mujeres realizar plenamente sus capacidades, pero en el que escasean cada vez más los empleos de calidad que proporcionan una seguridad fundamental para mejorar nuestras vidas".

El informe identifica cuatro fuerzas que están interactuando y provocan transformaciones en los lugares y los mercados de trabajo:

* el imperativo del desarrollo, que se origina en la necesidad urgente de reducir la pobreza y la desigualdad dentro de los países y entre ellos;

* la transformación tecnológica desencadenada por la difusión de nuevos medios de tratamiento de la información y de comunicación;

* la intensificación de la competencia a nivel mundial tras la liberalización comercial y financiera, así como la espectacular reducción de los costos de transporte y comunicación; y

* la evolución del pensamiento político con respecto a los mercados laborales.

"Si queremos alcanzar la meta de trabajo decente para todos, es vital comprender cuáles son las fuerzas que guían este proceso, a fin de modelarlo de tal manera que genere más y mejores puestos de trabajo para mujeres y hombres de todo el mundo", dice el informe.
Las tendencias en el mercado laboral mundial identificadas por el informe incluyen: cambios en la fuerza laboral; cambios en el tipo de empleos debido a la transformación de los sistemas de producción; escasez de mano de obra calificada en diversos lugares; aumento de las migraciones; crecimiento de la economía informal; discriminación; aumento de las presiones tanto por mayor flexibilidad como por mayor seguridad en los mercados laborales.
El informe destaca que las transformaciones registradas en el mundo del trabajo tienen el potencial de generar oportunidades para que todos tengan acceso a un trabajo decente. "Los avances tecnológicos, si se aplican de manera que promuevan la inclusión en lugar de la exclusión, podrían incrementar la productividad y relegar la pobreza a la historia en el lapso de una generación".
"El principal medio para asegurarse de que el crecimiento de la economía mundial tenga un carácter incluyente es la forma en que los mercados de trabajo y de mano de obra están organizados y administrados. La historia reciente es, sin embargo, inquietante. La capacidad del crecimiento de generar empleo ha disminuido a nivel mundial", dice el informe.
También plantea que hay tres componentes de una estrategia encaminada a reducir los déficit de trabajo decente existentes en el mundo: Una forma de crecimiento con mayor coeficiente de empleo lograda mediante una modificación del marco de incentivos en favor de la mano de obra en lugar del capital, especialmente en países con desempleo a gran escala y una gran proporción de trabajadores pobres; un aumento de la productividad de los trabajadores más pobres del mundo a fin de hacer posible la mejora de sus ingresos y sus condiciones de trabajo; y un ritmo de crecimiento más rápido en general, aumentando así la demanda de mano de obra y acelerando la inserción de los trabajadores más pobres del mundo en empleos más productivos.
Al revisar las tendencias mundiales en materia de seguridad social destaca que "la realidad económica se traduce en los hechos en que la población que trabaja en la actualidad paga esencialmente con parte de lo que gana las pensiones y la atención de salud de los jubilados, ya sea mediante impuestos sobre los salarios y un mecanismo estatal de transferencia o mediante los dividendos que se pagan por las inversiones en las empresas para las que trabajan". Agrega que la relación entre dependientes y trabajadores está comenzando subir en algunas economías industrializadas y lo mismo sucederá en algunos países en desarrollo, como China, en los próximos 25 años.
En un análisis sobre la forma en que la gobernanza del mercado laboral se adapta y moderniza, el informe detectó algunos elementos comunes. Se sugiere que la enorme diversidad de la actividad laboral y la necesaria diversidad en los mecanismos de gobernanza deben integrarse en un marco de principios generalmente aceptados, que son los que sirven de base para la legislación, las normativas y los contratos. Destaca que las normas internacionales de la OIT influyen de manera importante en las legislaciones nacionales. En muchos países el proceso de generación de las condiciones actuales duró muchos años, pero aún así la mayoría necesita enfrentar el desafío de desarrollar sistemas legales capaces de lidiar con la economía informal.

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