Gestión intelectual en la empresa sanitaria

Los conocimientos en la empresa sanitaria son, hoy en día la principal fuente de ventajas competitivas sostenibles. Sin embargo, no todos los conocimientos que la empresa tienen serán fuentes de ventajas competitivas sostenibles, sino solamente aquellos que contribuyan decisivamente a la generación de valor económico. A estos últimos se les denomina: conocimientos esenciales.
Si la palabra "conocimiento" se toma en un sentido amplio y abarca, por tanto, aparte de los conocimientos propiamente dichos, habilidades, experiencia, información contextualizada, valores, actitudes, "know how", etc. nos encontramos con que la frase "conocimientos esenciales o capacidades esenciales" es equivalente a competencias nucleares o, en inglés, "core competencies", término éste muy manejado en teoría de "management de la salud".
Al mismo tiempo, como los conocimientos esenciales, o competencias nucleares, generan valor económico para la clínica, se pueden considerar desde una perspectiva económico-financiera, como activos intangibles, activos intelectuales o capital intelectual.

Capital intelectual
Nos referimos aquí, de forma más pormenorizada a la diferente tipología del capital intelectual, y al mismo tiempo, a los esfuerzos realizados en la búsqueda de metodologías y modelos que contribuyan a gestionar eficazmente dicho capital intelectual. O, de otra manera, vamos a exponer brevemente cual es el "estado del arte" en la actualidad, en los modelos de gestión de las "core competencies", o del capital intelectual.
En el mundo supercompetitivo actual en que vivimos, del que no se excluye el sector sanitario, caracterizado por un progreso vertiginoso de las nuevas tecnologías de la información y las telecomunicaciones, los activos más valioso de las clínicas ya no son los activos tangibles, tales como los equipamientos, los edificios, las instalaciones y los depósitos de los bancos, sino los activos intangibles, que tiene su origen en los conocimientos, habilidades, valores y actitudes de las personas que forman parte del núcleo estable de la clínica. A estos activos intangibles se les denomina ‘capital intelectual’ y comprenden todos aquellos conocimientos, tácitos o explícitos que generan valor económico para la empresa.
Los activos intangibles, aunque no se pueden tocar, si se pueden identificar y clasificar adecuadamente. Una de las clasificaciones, clara y sencilla, es la que se muestra en el siguiente cuadro:
 

                  MONITOR DE ACTIVOS INTANGIBLES

 

 

RECURSOS
TANGIBLES

(Valor en libros)

 

         RECURSOS INTANGIBLES

Estructura   externa

(Marcas, relaciones con pacientes y proveedores)

Estructura interna

(La organización: gestión estructura legal, métodos de trabajo, actitudes, I+D, software)

Competencia individual

(Educación experiencia)

Centrémonos ahora en explicar cuáles son esos recursos intangibles

a) Activos de competencia individual: se refieren a la educación, experiencia, "know how", conocimientos, habilidades, valores y actitudes de las personas que trabajan en la empresa. No son de propiedad de la empresa. Esta contrata el uso de estos activos con sus trabajadores. Los trabajadores, al marcharse a casa, se llevan consigo estos activos. A este conjunto de activos se les denomina también capital humano.
b) Activos de estructura interna: se refieren a la estructura organizativa, formal e informal, a los métodos y procedimientos de trabajo. al software, a las bases de datos, a la I+D, a los sistemas de dirección y gestión, y a la cultura de la empresa. Estos activos son propiedad de la empresa, y algunos de ellos pueden protegerse legalmente (patentes, propiedad intelectual, etc.)
c) Activos de estructura externa: se refieren a la cartera de pacientes, que recibe el nombre de fondo de comercio, a las relaciones  con los proveedores, bancos y accionistas, a los acuerdos de alianzas y cooperación estratégicas y a la imagen de la empresa. Estos activos son propiedad de la empresa y algunos de ellos pueden protegerse, legalmente (marcas comerciales, etc.)
Siendo el capital intelectual la principal fuente de riqueza de nuestras clínicas, es totalmente lógico que la dirección de las mismas preste especial atención a la gestión eficaz de dicho capital intelectual.
Así pues, la capacidad de identificar, auditar, medir, renovar, incrementar y, en definitiva, gestionar estos activos intelectuales es un factor determinante en el éxito de las empresas sanitarias de nuestro tiempo.

 

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