MÁLAGA. El forense Diego Canales, del Instituto de Medicina Legal (IML) de Málaga, está desde ayer suspendido de empleo y sueldo durante 45 días por tres faltas graves derivadas de otros tantos casos en los que se negó a practicar una autopsia completa a un cadáver. El facultativo se agarra a la objeción de conciencia y su convicción es que para certificar una muerte natural basta con el examen externo del cuerpo. La sanción con la que ha concluido el expediente disciplinario abierto cuando sucedieron los hechos, en febrero de 2007, ha sido recurrida por la vía contencioso-administrativa bajo el amparo de los servicios jurídicos del Colegio de Médicos.
El forense certificó la muerte de las tres personas mediante el examen externo de los cadáveres, aunque no procedió al examen interno porque no lo consideró necesario. En los tres casos, que ocurrieron a lo largo de un mismo fin de semana en que Canales estaba de guardia, existía una orden judicial que instaba a realizar la autopsia completa de los cuerpos, una dictada por un juez de Vélez-Málaga y las otras dos, por uno de Málaga.
Canales reclamó ayer "normas distintas" de funcionamiento que "garanticen la independencia en el trabajo de los forenses", así como libertad para ejercer la objeción de conciencia. A su juicio, existe un abuso de autopsias completas en muertes naturales que se podrían certificar simplemente con los datos que proporciona el examen externo, sin necesidad de abrir el cadáver. Canales ha pedido el aplazamiento de la sanción hasta que haya una resolución judicial.
El expediente administrativo abierto por la Delegación provincial de Justicia se llevó a cabo por "omisión en el ejercicio de sus funciones". El médico se negó a practicar el examen interno en tres casos -uno de ellos por un accidente de tráfico- en los que existía una orden judicial, y eso obligó al responsable del IML a encargar el trabajo a otros forenses, además de a poner la actuación en conocimiento de la Delegación.