Empleo decente para la juventud

Bruselas, (La CIOSL EnLínea): El pasado mayo, se celebró en Nueva Zelanda un seminario regional sobre el empleo de jóvenes organizado por la organización regional de la CIOSL para Asia y el Pacífico (CIOSL-ORAP). Supuso una ocasión para que estos jóvenes sindicalistas de la región discutiesen sobre el tema prioritario del empleo decente para la juventud. Erin Polaczuk, vicepresidenta del Comité de Juventud de la ORAP, resume este encuentro y hace balance de la política neo-zelandesa en materia de empleo.

-¿Qué conclusiones pueden sacarse del seminario regional que tuvo lugar en Wellington en mayo de 2006?

-Este encuentro permitió a los Comités de Juventud de las afiliadas intercambiar puntos de vista y evocar los problemas que encuentran los jóvenes de la región de Asia y el Pacífico a la hora de buscar trabajo. Emprendimos además la redacción de una Carta de la Juventud en el seno de la CIOSL-ORAP. Este tipo de encuentros nos permiten reforzar la solidaridad internacional entre los jóvenes. El encuentro brindó además la ocasión a numerosos jóvenes para participar en actividades sobre el terreno como las que se realizan en mi país, particularmente en el marco de la campaña sindical para incrementar el salario mínimo. De momento trabajamos sobre el tema de los derechos de los jóvenes. En efecto, los jóvenes reciben un 20 % menos que les adultos por el mismo trabajo. Estos empleos muchas veces son propuestos por las multinacionales, que perpetúan la situación ejerciendo fuertes presiones sobre el gobierno.



Así pues, el seminario representó una interesante oportunidad para que los jóvenes sindicalistas pudiesen manifestar sus opiniones, intercambiar información, y mostrar públicamente lo que es el sindicalismo. Por otro lado, recientemente, en los principales barrios de la ciudad, hemos podido difundir nuestro mensaje haciendo uso de estandartes y pancartas. Esto demuestra que no nos limitamos a sentarnos a puerta cerrada. Estamos también presentes en la calle y encontramos a la población para exponer nuestra postura en materia de empleo.

-En el seno de la CIOSL-ORAP, ¿qué prioridades han identificado para promover el empleo de la juventud?

-Esencialmente, nuestro trabajo se centra en la cuestión del trabajo decente para los jóvenes. Hablamos por tanto sobre todo de formación profesional, de ofertas de trabajo, de la colocación de trabajadores jóvenes, siempre en relación con una política de creación y de promoción del empleo. Debemos además estar atentos a la evolución de las formas de trabajo. Evocamos igualmente el problema de los trabajadores y trabajadoras migrantes, respecto a los cuales hay una importante labor que realizar en la región. Tenemos que mejorar la colaboración con otros sindicatos en los países fronterizos, concluir acuerdos con ellos a fin de proteger a los jóvenes migrantes y evitar que pierdan sus derechos al cruzar las fronteras. Apenas estamos esbozando la relación que tiene todo esto con el trabajo decente, aún no hemos decidido acciones concretas, pero esta será la siguiente etapa.

-¿Cuáles son las tendencias del empleo en Nueva Zelanda y en la región?

-Es la primera vez en la historia que la tasa de desempleo se sitúa en un nivel tan bajo en los últimos 15 años. Lo que no significa que los salarios sean elevados. La tasa de desempleo entre los jóvenes es cuatro veces superior a la de los adultos. Si seguimos la tendencia actual de los países desarrollados, la tasa de desempleo debería ser dos veces y media superior a la de los adultos. Así pues, constatamos que el crecimiento económico en la región de Asia y el Pacífico no ha aportado los beneficios esperados para los jóvenes. Sus condiciones de trabajo siguen siendo precarias. El Sudeste Asiático resulta particularmente afectado por el desempleo de jóvenes. En Asia Oriental, la situación es algo mejor.



-¿Podría identificar condiciones de trabajo específicas para las jóvenes trabajadoras en Nueva Zelanda?

-Muchas mujeres jóvenes son explotadas, de distintas maneras. Encontramos muchas veces mujeres migrantes que trabajan como limpiadoras, empleadas domésticas o vendedoras en grandes almacenes. En suma, realizan los trabajos que ninguna mujer neozelandesa aceptaría hoy en día. En los años 70, se registró en cierto modo una voluntad de crear una sub-clase de inmigrantes.



-¿Qué hace el gobierno neozelandés para aumentar el número de empleos para los jóvenes?

-Nuestro gobierno no se preocupa mucho del desempleo entre los jóvenes. Con todo, podríamos destacar algunas acciones positivas, como su apoyo a la formación profesional y a un curso moderno de aprendizaje profesional. El presupuesto también se ha incrementado estos últimos años.



-¿Están interesados los jóvenes por el movimiento sindical? ¿Qué esperan de los sindicatos?

-Los jóvenes no se reconocen necesariamente en los sindicatos, pese a que éstos trabajen para integrarlos en el mercado laboral. No obstante, parecen empezar a interesarse cada vez más. Hace algunos años, cuando los jóvenes trabajadores emprendían campañas y proyectos sobre el terreno, sus interlocutores nunca habían oído hablar de los sindicatos. Hoy en día, muchos jóvenes trabajadores se han afiliado debido a que las acciones sindicales a favor del trabajo juvenil se conocen mejor.

Muchos voluntarios han contribuido considerablemente a incrementar la popularidad de los sindicatos. Además, las acciones sindicales están cada vez más relacionadas con los problemas de los jóvenes. El hecho de que haya más jóvenes en las estructuras sindicales influye también en su trabajo. El reto consiste en mantener y conservar a todas estas personas en los sindicatos. Aún cuando pierdan su trabajo, es necesario que continúen involucrándose y apoyando la labor sindical.

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