El Gobierno sale al cruce de los empresarios para evitar que gremios se rebelen por salarios

Los precios de los alimentos continúan con su escalada en las góndolas, según reconocen los propios supermercadistas, y cada vez generan mayor malestar en los gremios que protestan por la erosión de los salarios, por lo que el Gobierno exigirá a los industriales que no toquen los valores de sus productos durante este mes.

Supermercadistas consultados por la agencia Noticias Argentinas dijeron que "los precios se mueven constantemente en las góndolas, dado que hay una suba generalizada" y estimaron que la inflación cerrará el año por encima del 25 por ciento.

Expresaron que de haber una convocatoria oficial para dialogar sobre precios, asistirán para advertir que hay que analizar sector por sector y a lo largo de toda la cadena de comercialización, para eliminar las tensiones e impedir que las subas sigan golpeando al poder adquisitivo.

El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, ya convocó a los industriales más importantes del sector alimenticio para exigirles que no aumenten sus precios durante agosto, una estrategia para frenar los reclamos por la inflación.

Los representantes de gremios pesados dejaron entrever al titular de la CGT, Hugo Moyano, que pretenden reabrir las paritarias por el avance de los precios, y el líder camionero se lo hizo saber a la presidenta Cristina Kirchner, quien decidió poner en marcha un operativo urgente.

Tras haber acordado subas del 25 por ciento promedio (con picos del 49), los gremios piensan ahora en volver a conversar con los empresarios por la erosión de los salarios a través de las fuertes subas de precios.

Aunque, si bien en los gremios y sindicatos crece el malestar y las acusaciones contra los propios empresarios por las subas de precios, Moyano -muy cercano al kirchnerismo- asegura que la inflación "está bastante controlada" y eso, a su criterio, "facilita la movilidad social".

En ese contexto, la mandataria llamó a Moreno y le pidió que convoque a los empresarios para aclararles que la fórmula para mejorar la rentabilidad no es subir precios, sino elevar el uso de la capacidad instalada y mejorar los ingresos vía una mayor producción.

Moreno tiene entre manos una lista de productos cuyos precios no podrán ser modificados durante agosto, un mes para el cual ya se espera un piso de inflación real del 1,5 por ciento por las subas en las tarifas de servicios, y los precios se encaminan así a cerrar 2010 con un alza del 25 por ciento.

Lo que preocupa es la suba en el rubro de alimentos y bebidas, que entre julio de 2009 y el mismo mes de este año acumuló un alza real del 35,9 por ciento, casi el doble del 24,5 registrado por los servicios: Según cálculos privados para no ser pobre una familia necesita 1.939 pesos.

La situación golpea fuertemente a los sectores económicamente más vulnerables, dado que estos no tienen capacidad de ahorro y gastan el 100 por ciento de sus ingresos, y nueve de cada diez pesos los dedican a la compra de alimentos y bebidas.

Por ello, durante esta semana y la próxima ingresarán a la oficina de Moreno representes de Molinos, Kraft Food s, Pepsico, Quilmes, Arcor, Coca Cola, Procter y Gamble (limpieza) y Unilever, entre otros, según trascendió este martes.

Después de ellos, el titular de Comercio Interior citará a los directivos de empresas farmacéuticas, textiles y de algunos servicios, por las subas que estos sectores pretenden aplicar este mes y en septiembre.

El Gobierno quiere imposibilitar que los empresarios ajusten sus precios para aprovechar las fuertes inyecciones de pesos a la economía que se registrarán entre este mes y el próximo por las mejoras en los haberes sociales.

Unos 5,5 millones de jubilados y pensionados recibirán un aumento del 16,90 por ciento; 3,5 millones de asignaciones universales por hijo y familiares subirán en un 22,22 por ciento; y los salarios mínimos de unos 300 mil trabajadores se incrementarán 22,6 por ciento desde este mes.

 

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