El caso de la Asociación internacional de maquinistas y trabajadores del espacio aéreo

El caso de la IAM ( International Association of Machinists and Aerospace Workers ) Asociación internacional de maquinistas y trabajadores del espacio aéreo.


Nuevas estrategias de las organizaciones sindicales estadounidenses en el siglo XXI

Los últimos años del siglo XX fueron tiempos de grandes desafíos para los sindicatos estadounidenses. Entre otras cuestiones, fue claramente significativa la   tendencia decreciente de la afiliación sindical . En 1973 se había contabilizado una cifra aproximada de   15 millones de trabajadores organizados en el  sector privado; en el año 2000 la  cifra se vio reducida a 10 millones.
Esta crisis representacional y los cambios drásticos operados en el mercado de trabajo (tanto mundial como local)  hicieron que los sindicatos estadounidenses viesen como una necesidad urgente, el replanteamiento de su lugar y su papel en las relaciones laborales.
Este artículo va a tratar el caso específico de la IAM (International Association of Machinists and Aerospace Workers ) ya que  su accionar a comienzos del año 2000 significó un claro ejemplo de dinamismo y de utilización de tácticas no tradicionales  ante los inconvenientes locales y los  cambios coyunturales mundiales. 

Los problemas:

 

 Dos fueron los problemas  básicos que se le presentaron  a la IAM durante la última década del noventa.

 

·     La desigualdad creciente en el ingreso, que generó que la mayoría de los trabajadores dependieran del endeudamiento para lograr mantener sus niveles de vida

 

·     Una inequitatividad del poder de negociación creciente y significativa entre el sector empresarial y el sindical, que hizo que  las relaciones laborales fuesen cada vez más difíciles .

 

La desigualdad en los buenos tiempos:

 

Los años 1992-2000 fueron tiempos de prosperidad para la economía de estados unidos. La tasa de desempleo fue la más baja de los últimos 24 años, los niveles de inflación los más reducidos de los últimos 30 años, los ingresos entraron en una tendencia de aumento creciente, etc.
Pero las familias trabajadoras norteamericanas sintieron muy poco los logros de la economía general, ya que estos “buenos tiempos”  no se reflejaron de la misma manera en sus salarios. Los beneficios se centraron en  las escalas más altas de las corporaciones
De esta manera, los trabajadores se encontraron trabajando más horas para mantenerse en una misma situación. Es decir, solo para no modificar sus niveles de vida.
Durante estos años, los trabajadores hombres aumentaron un promedio de tres horas por semana su tiempo laboral y las mujeres dejaron definitivamente de lado la idea de ser amas de casa tiempo completo.
Los salarios de los trabajadores de bajos y medianos ingresos  han permanecido estancados desde los años veinte. Recién en 1998 el salario creció un 3,1%
Esta cuestión se puede observar claramente a través del crecimiento de la deuda que, como consumidores, contrajeron  los trabajadores. Tres fueron los ámbitos claves de este endeudamiento: el hipotecario, las deudas para la compra de automóviles y los pagos de las tarjetas de crédito.
Por otro lado, esta situación  de los asalariados generó  una merma muy significativa en las cifras de ahorro nacional, que fue casi nulo durante estos años.
Este panorama trajo a su vez, una crisis muy importante con relación a los posicionamientos de los diferentes actores económicos en las relaciones laborales. Ya que se unió con los resultados de la década del noventa : la  declinación del movimiento obrero, la decisión gubernamental de no regular colectivamente el mercado de trabajo , el nacimiento de un esquema organizacional centrado en la figura del accionista como el elemento protagónico y la resistencia empresarial al accionar sindical.
Frente a estas dificultades la IAM buscó alejarse de las esferas tradicionales de negociación como el salario, las horas y las condiciones de trabajo y  trató de desarrollar estrategias novedosas de capital a través de una inversión estratégica que ayudara  a contrarrestar estos inconvenientes.

 

Tácticas novedosas:

 

La IAM posee un historial importante de  proyectos experimentales e intentos de movimientos estratégicos  que responden a tácticas no tradicionales. Entre ellos se encuentra la creación del MT. Vernon Savings Bank, que funcionó por espacio de trece años ( 1920/1933 ) y generó muy buenos dividendos al sindicato. Si bien el proyecto  tenía como objetivo expandir las actividades de la institución  hacia áreas que fueran útiles a los trabajadores, la crisis del treinta obligó a su cierre y los objetivos quedaron truncos.
Durante las décadas del ochenta  y noventa ,diversos autores retomaron la idea de utilizar los fondos de pensiones en ámbitos estratégicos pero en los  hechos, los propulsores de estas ideas no lograron un progreso realmente  significativo
Fue la elección de Jhon Sweeney como presidente de la AFL-CIO (asociación que nuclea a una serie de movimientos sindicales) en 1995, la que generó el primer gran empuje importante de la idea de la inversión de los fondos de los trabajadores. Ya que creó la Oficina de Inversiones en 1999 y lanzó el Center for Working Capital. Estos proyectos buscaron que los fondos de los trabajadores cobraran importancia dentro de los  mercados globales.

 

Los proyectos realizados:

 

Hacia fines de la década del noventa la IAM creó el primer fondo mutual sindical en donde participaron cerca de la mitad de los trabajadores afiliados. Este fondo estableció planes de ahorro con impuestos que administraron los empleadores. Estos planes generaron un fondo denominado IAM Shares (acciones IAM)  que les permitió a los trabajadores invertir en las empresas en donde trabajaban.
Si bien  las inversiones poseían  algún grado de  riesgo, también les permitió no depender demasiado del rendimiento de la empresa en donde se empleaban. La IAM Shares era un fondo mutual en el que se  podía participar con una inversión mínima inicial y un costo muy bajo.
El otro proyecto que la IAM llevó adelante con éxito, lo realizó junto con  el ALPA ( Airline Pilots Associations). Juntos negociaron un acuerdo de propiedad muy importante e innovador. Los afiliados  compraron el 55% de las acciones ordinaria de la UAL (United Air Lines). 
Ya como accionistas mayoritarios junto con el ALPA, la IAM propuso un nuevo sistema de remuneraciones para las escalas más altas de la corporación, a través del cual los sueldos ya no se relacionaron solo con el rendimiento financiero, sino también y de manera igualitaria con el cumplimiento de la satisfacción de los trabajadores y los servicios al consumidor.
De esta manera, lo que se consiguió fue un mejoramiento general de la empresa. Ya que los empleados satisfechos pudieron ofrecer  mejores servicios que a su vez generaron un importante aumento de clientela.
Por otro lado, la inversión en las acciones de la UAL también tuvo como objetivo salvar a las empresas de un momento financiero muy crítico, ya que las transacciones ocurrieron en un periodo en que la industria aeronáutica norteamericana transitaba por momentos económicos y financieros  casi insostenibles.
A su vez, la  IAM  involucró su accionar  en la tarea de  administrar los fondos de las pensiones de los trabajadores con el propósito de que pudiesen ser accionistas activos de empresas diversas. Esto lo llevó adelante a través de la conformación de planes compartidos con las gerencias de mas de 10.000 millones de dólares
Otro ámbito en el que la IAM incursionó fue el campo denominado de capital de aventura. O sea la compra de empresas sindicalizadas con problemas. Pero sin embargo estos proyectos le fueron difíciles de materializar.

¿Qué logró la IAM?

Si bien durante la  última década del siglo XX la IAM se enfrentó con una pérdida de importancia cuantitativa en su fuerzas por la desafiliación masiva de los trabajadores,  consiguió contrarrestar este aspecto negativo a través de su accionar estratégico e innovador logrando un  posicionamiento cualitativamente determinante para las organizaciones de asalariados.
De esta manera, logró transformar las relaciones industriales  y contrarrestar los problemas específicos con los que se debió enfrentar en un principio. Ya que a través de la participación en el capital de las empresas consiguió  controlar  en alguna medida la desigualdad de la distribución, porque a través de  su participación en las acciones de las empresas pudo convertirse en parte de los sectores que controlan la distribución : accionistas y ejecutivos. Desde este lugar es que la IAM consiguió la posibilidad de contrarrestar  las remuneraciones excesivas de los ejecutivos  y a su vez generar la conformación de ámbitos de ahorro e inversión propios.
Por otro lado, con relación a los convenios laborales, la IAM logró reposicionar la figura del sindicato de manera significativa equilibrando el poder negociador. Y logró que un hecho negativo para sus intereses, como lo fue  la centralidad conseguida por los accionistas en las organizaciones de los noventa, fuera  una ventaja, al convertir al sindicato en un accionista más.
De esta manera, el sindicato estadounidense del siglo XXI  en el caso del IAM, no solo logró salir de su papel y sus objetivos  tradicionales – salarios , condiciones de trabajo, etc.- sino también consiguió trastocar su lugar clásico de contrapartida del  capital y establecerse como objetivo urgente,  la necesidad de generar ámbitos y formas nuevas de relación con el empresariado.

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