Directivos de automotrices se quejaron ante Boudou por altos costos laborales

Los representantes de las seis automotrices más importantes del país se quejaron ante el Gobierno por la "elevada presión impositiva" que deben afrontar para poder operar en el país, después que la AFIP denunciara que estas empresas no pagan el Impuesto a las Ganancias.

La presión tributaria sobre el sector alcanzaría el 50 por ciento, por lo que por cada peso que el cliente paga al comprar un auto cero kilómetro, cincuenta centavos van a parar a las arcas estatales en concepto de impuestos.

Los empresarios se reunieron con el ministro de Economía, Amado Boudou, y el titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Ricardo Echegaray, el funcionario el denunció durante el último fin de semana que las firmas no pagan Ganancias.

La denuncia de Echegaray cayó muy mal entre los representantes del sector automotriz, quienes automáticamente pidieron una audiencia con los funcionarios para aclarar los tantos y decirles que si quieren que paguen Ganancias, disminuyan la presión impositiva.

La denuncia realizada por el administrador federal sostiene que de las 65 grandes empresas del sector, 37 no pagaron Ganancias en el ejercicio fiscal de 2009 y seis de ellas facturaron 30.000 millones de pesos.

En el primer semestre de 2010 las ventas del sector alcanzaron a 44.892 millones de pesos, lo que representó un crecimiento del 72,1 por ciento respecto del mismo período de 2009.

El trabajo elaborado por la AFIP especifica que los contribuyentes del sector automotor informaron ventas en 2009 por 59.100 millones de pesos y pagaron impuestos por unos 528 millones de pesos, un 53,3 por ciento menos que en 2008.

Los datos indican también que seis automotrices concentran el 50 por ciento del mercado en el país y a pesar de haber recaudado unos 30.000 mil millones en 2009, no pagar el Impuesto a las Ganancias.

Enojados por la denuncia de Echegaray, los empresarios aprovecharon la audiencia con Boudou para expresar sus preocupaciones por las subas salariales y de costos, que atentan contra la competitividad del sector, y también por los bloqueos a plantas siderúrgicas.

El Gobierno pretende que las diez terminales que operan en el país alcancen una producción de 710.000 autos este año y 1 millón de unidades en 2011, pero las automotrices advierten que no será posible alcanzar la meta del año próximo si continúan aumentando los costos de fabricación.

Según pudo saberse, los empresarios también están preocupados por el avance de los bloqueos gremiales a las plantas de producción de importantes empresas, como la siderúrgica Ternium-Siderar, de Techint, lo cual ya puso en peligro el abastecimiento de acero.

 

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