Despertar la creatividad

1-       ¿Se siente usted creativo? ¿Por qué?

Cuando del tema de la creatividad recién comenzaba a difundirse con intensidad en el mundo de las organizaciones (en la Argentina y en Sudamérica a comienzos de la década del 80, si bien existían pequeñas iniciativas anteriormente) existía una posición mucho más cauta que hoy en día. Sólo un pequeño porcentaje de “atrevidos” osaban ubicarse en el grupo de  creativos.
Con Jorge A. Hermida siempre recordábamos con mucho cariño aquellas épocas en donde denominarse a uno mismo “creativo” era (casi) desvalorizarse un poco. En mi libro Desorganización Creativa, Organización Innovadora, Jorge escribió en el prólogo: “me acuerdo  un día en la facu de Económicas, cuando un grupo de doctores y de contadores, siguiendo tus consignas, tenían que generar equipos de refrigeración ambiental “ecológicos”, “acá nos rajan a todos”, pensé. Y los participantes más formales, con chaleco y todo, salieron raudos a buscar hojas de palmeras y otros elementos para armar sus propuestas. Había que ver cuanto más “sanos y relajados “estaban al terminar las clases.
En realidad, me parece que Jorge no se atrevió a contar otra de las anécdotas el día que en un work- shop que conducíamos Estudio profesional de los “Big Six” hicimos cantar a los 30 participantes “debajo un botón-tón-tón que encontró Martín-tín-tín”. Ahí si que casi nos rajan a todos”.
Anécdotas aparte, la creatividad en las organizaciones fue recorriendo –a mi entender- un doble camino en los últimos 15/20 años: se ha difundido muchísimo y, a la vez se ha ido confundiendo bastante (creo que es mayor la “difusión” que la “confusión”, lo cual es bueno).
Al principio, un poco por supuesta modestia y otro poco por respeto/miedo al adjetivo: autocalificarse como creativo o creativa no resultaba algo habitual.
Sin embargo en los últimos años la tendencia parece haber cambiado.
Cada vez más gente se “anima” a incluirse a sí misma dentro del conjunto de los “ creativos”. Son muchos los cursos, seminarios y artículos en donde se asegura que “todos- de algún modo u otro- somos creativos”. Este postulado ha venido calando hondo.
Pero la sorpresa aparece cuando preguntamos por qué. ¿Qué es lo que hace que una persona se considere creativa? ¿Qué es lo que la gente piensa de sí misma acerca de su propia creatividad?
En el cuadro vemos algunos ejemplos de argumentos por los cuales los participantes de talleres o cursos de Creatividad en empresas se consideran “creativos”. Transcribimos textualmente. 

1-Todas las personas son creativas, por lo tanto yo soy creativo.

2-“En el sistema financiero uno está obligado a ser creativo”.

3-“Para saber si soy creativo o no, primero tenemos que definir qué es Creatividad”

4-“ A veces doy pequeños retoques a lo que ya está inventado”.

5-“Yo soy “algo” creativa”.

6-“¿Seré creativo o innovador?”

7-“La creatividad es una actitud: cuando estoy bien soy creativo”.

8- “Ser contador no te da espacio para ser creativo”.

9- “Somos creativos varias veces al día y varias veces en la vida”.

10-“Estoy todo el día provocando el cambio”.

11- “Le busco “la vueltita” a los problemas”.

12- “Trabajo en una fábrica de calzados y estoy en la parte de Creatividad”.

13- “Soy creativo, algo debo tener, ya que me invitan siempre a reuniones de Brainstorming”.

14- “ En el trabajo encuentro distintas opciones para resolver problemas. En casa también cambio, puedo remover los muebles, etc”.

15- “En la venta tenés que ser creativo. Creatividad, ingenio. No pdes salir a vender con recetas2:

16- “En lo técnico siempre hay que inventar algo”

17- “El ser humano es creativo, falta potenciarlo”.

18- “Todos algo de creatividad tenemos. Por obligación, necesidad, orgullo, competencia”.

19- “Tenés que estar motivado porque si no, no sos creativo”.

20- “Dentro de mi función está el ser creativo”.

21- “Para la creatividad debe haber una motivación. A veces uno está acotado”.

22- “Uno debe ser creativo con los pocos elementos con los que cuenta”.

23- “Soy creativa por necesidad”.

24- “Una vez creé algo de la nada”.

25- “No acepto las cosas porque sí”.

26- “Soy creativo porque sí, es natural”.

27- “Soy creativo porque trabajo en la mejora de procedimientos”.

28- “Soy creativo porque me cansa la monotonía”.

29- “Dudo de todo”.

30- “Todas las personas son creativas en mayor o menor medida”.

31- “Creatividad es adaptación a los nuevos tiempos”.

32- “Supervivencia”.

33- “ Uso herramientas diferentes”

     Figura 1,1. Transcripciones textuales de respuestas a la pregunta ¿se siente usted creativo? ¿porqué?

Atención, esto es lo que dicen las personas, no quiere decir que estemos de acuerdo. Son ejemplos que marcan una forma de pensar, forma de pensar que representa a la mayoría de argumentos expresados por empresarios, gerentes, empleados o profesionales de empresas ante dos preguntas que formulamos hace muchos años en varias actividades: ¿Se siente usted creativo? ¿Porqué?
Las afirmaciones son muchas, las ideas y sensaciones son variadas. Y abren una serie de interrogantes que desde nuestro punto de vista convergen en una cuestión fundamental: se ha estado hablando tanto de la creatividad que nos hemos ido al otro extremo.
Hace quince o veinte años la Creatividad parecía la habilidad de unos pocos agraciados. En la actualidad la palabra se ha generalizado tanto que dado lugar a montones de “interpretaciones libres” sobre el tema que si no les prestamos algo de atención terminaremos confundiendo “riqueza de significados” con “amontonamiento de suposiciones insustentas”.
Exploremos algunos ángulos con los que –desde el sentido común- se entiende habitualmente a la Creatividad y veamos que es lo que se puede extraer de ellos.

Creatividad “silogística”

Hay una respuesta muy habitual, cómoda; que suele aparecer en quienes han leído por allí que “todos los seres humanos somos creativos”. Nos gusta denominarla –un poco irónicamente- “Creatividad silogística” ya que quienes la enuncian plantean algo así como “dado que todas las personas son creativas, entonces yo soy creativo también”.
¡Ojo!, no confundir: que todos tengamos la potencialidad de ser creativos no quiere decir que todos lo seamos.

Creatividad “por obligación”

Otro grupo de respuestas al que se recurre con insistencia es el que nosotros llamamos “Creatividad por obligación”. “Creo porque mi puesto me lo exige “, “soy creativo por una cuestión de supervivencia”. Un corolario de estas respuestas es: “si llegué hasta acá (gerencia de producción de una automotriz, por ejemplo), quiere decir que creativo debo haber sido … ¿no?”.
No resistimos adelantar la respuesta: NO.
No quiere decir nada, usted puede haber llegado a la gerencia de producción de esta empresa automotriz sin necesariamente trabajar,  vincularse o vivir creativamente.

Creatividad “en cuenta gotas”

Muchos confunden creatividad con “hacer de vez en cuando algo diferente".

Creatividad “por su Puesto”

Conozco muchas personas que han llegado a muy buenos puestos en sus organizaciones a base de Creatividad e Ingenio y que, luego de haber llegado a esos buenos puestos gracias a sus buenas ideas, se han dedicado a que a ningún otro le queden ganas de generar nuevas ideas que puedan hacer peligrar su puesto.

Creatividad “naif”

Hay quienes reducen la creatividad al término de las artes menores” o hasta las  “Manualidades” o cosas similares. Posturas del tipo: siempre fui creativo, me encantaría contar chistes”, o “mi hija es super creativa, me hizo para mí cumpleaños un portalápices divino, utilizando solamente una lata de gaseosas”

La “pseudo creatividad”

Los que gozan de denominarse a sí mismos “despistados”, “re locos”, “superinquietos, ”odiando la rutina”.
Es confundir lo realmente innovador con lo excentrico. La diferenciación con lo extravagante. La sorpresa con lo   ridículo. La curiosidad exploradora con la curiosidad por la curiosidad en sí misma.

Creatividad “inadvertida”

Es suponer que uno puede “estar siendo creativo “ y “no darse cuenta”. Lo cual desde mi punto de vista le quita todo tipo de emocionalidad, al proceso o al acto creativo.
Puede uno ser creativo sin disfrutarlo?, ¿sin sufrirlo, ¿sin sentir miedos? , ¿sin sentir que algo está pasando?, ¿Puede uno ser creativo y no darse cuenta?. Creo que no.

Creatividad “coartada por la profesión”

Es suponer que por “ser ingeniero”, por ejemplo ya se están perdiendo posibilidades de pensar creativamente.
Esta posición tiene un asidero sumamente válido: el tipo de pensamiento o las herramientas que se desarrollan en ciertas carreras profesionales (diseño gráfico, artes plásticas, música, filosofía, etc.) están más formalmente vinculadas al pensamiento creativo que las habilidades que se desarrollan en otras carreras (contabilidad, ingeniería, estadísticas).
Sin embargo, el pensamiento creativo requiere necesariamente de la combinación y complementación de distintos tipos de perfiles. Un perfil puramente imaginativo tal vez no tenga la capacidad necesaria para alcanzar resultados concretos como sila tiene un perfil más organizativo y hasta analítico.
Sucede que el estereotipo de la Creatividad nos tiene acostumbrados a modelos en donde todo es “desorganización e imaginación”. Pero esto no es necesariamente así. Máxime en el contexto de las empresas en donde la creatividad debe estar enfocada al logro de los resultados.
El problema -a mi entender- radica en la fijación de un solo tipo de habilidades. En esto interviene muchísimo largos años de estudios que a veces implica una carrera superior o universitaria. Y me refiero a “largos años” no porque tengas más de 365 días sino porque suelen ser años intensos en lo que por lo general todo es relegado en aras de un solo tipo de formación.
Es así como luego se confunde el hecho de “conocer herramientas vinculadas a la abogacía”  o “tener conocimientos de Derecho” con “SER abogada” y funcionar  sólo “como una abogada. Cuando tal vez, una buena abogada (o cualquier otro profesional) sea aquella que sabe cuando debe pensar en términos de leyes, contratos, pleitos y cuando no.

Creatividad “part-time”

Están quienes dicen  “en mi trabajo no soy creativo, pero en mi casa sí”. Como si la creatividad pudiese programarse  como una central  telefónica que “sabe” a que hora sonar en cada teléfono.

Creatividad como sinónimo de resolver problemas.

Que se resuelvan problemas todos los días no quiere decir que se sea innovador. Incluso aunque para resolver esos problemas todos los días uno deba “ingeniárselas” de alguna manera.
Aunque los términos estén muy relacionados, es peligroso cuando uno iguala Creatividad con Ingenio. Ser ingenioso quiere decir generar (ingenio tiene su raíz en el verbo “engendrar”) respuesta a problemas que ya vienen dados. Aparece el problema, luego “me las ingenio” para resolverlo. Creatividad también es hacer aparecer problemas. Ver “problemas” en donde otros sólo ven la rutina.

2. Ser creativos hoy

En realidad no es tan sencillo hablar de creatividad en un contexto en donde se han difundido y confundido tanto las cosas. Porque así como la creatividad puede ser la fuerza motora para producir transformaciones fantásticas, también puede significar –si se la “subentiende”. La respuesta acomodaticia de acompañar una caída lo menos dolorosamente posible.
La creatividad, como yo la entiendo, es mucho más que un “divagar descomprometido”. Es mucho más que una palabra de moda. Es algo muy diferente a resolver juegos de ingenio sin reflexión alguna.
Creo que la creatividad es como un modo de intentar dar nuevas respuestas con los recursos que tenemos – y no sólo con los que podríamos tener o podríamos haber tenido-.
La “sobre abundancia” de recursos puede llegar, incluso a ser perjudicial para la creatividad. Y aquí no sólo hablamos de “recursos materiales”. Nos referimos a todo tipo de recursos. Y muy especialmente nos referimos a recursos no materiales. Uno de esos recursos es el conocimiento.
Quien dice “Soy contadora, no me pidan que sea creativa”, está diciendo” no estoy capacitada para utilizar los conocimientos que me ha dado mi carrera profesional de un modo diferente del que es usado por todos los demás”.
En este caso, la respuesta creativa no es ser un buen contador público con los conocimientos de la carrera de contador público. Esto no es tan difícil.
Lo difícil es aprovechar, (combinándolos, integrándolos de otro modo, modificándolos, revalorizandolos) esos conocimientos para otro tipo de actividades (ser un buen empresario, una buena consultora, ser una excelente especialista en comercialización que, además complementa sus habilidades con conocimientos administrativo-financieros, por ejemplo).
O lo difícil es utilizar dichos conocimientos para ser un contador público diferente el resto de los contadores públicos.
En estos casos empezamos a cercarnos a la Creatividad.
Creo en la Creatividad Relevante. La que se plantea desde una posición de alto vuelo, de dar respuestas a desafíos verdaderamente interesantes. Creatividad en lo que realmente importa. Aunque algunas técnicas recomienden to have fun en momentos de divergencia, la Creatividad no siempre quiere decir alegría y festejo permanente.
Necesitamos respuestas relevantes. Relevantes en tanto estén dispuestas a modificar contextos, a cambiar “de cuajo” algunas rutinas que venimos repitiendo hasta el cansancio sin saber siquiera porqué.
Relevantes en tanto impliquen mirar la realidad de modos distintos y realmente transformadores. Relevantes por estratégicas. Relevantes por desafiantes, por emprendedoras, por innovadoras, por no conformistas.
Que alguien no forme parte del directorio de una compañía no quiere decir que no pueda utilizar su creatividad estratégicamente.
Pienso en la estrategia como un nivel de resolución en donde nada se da por sentado, en donde se está dispuesto a cambiar el marco de referencia.
Podemos resignar nuestra Creatividad a las “cuestiones operativas “ de nuestra cotidianeidad: ser creativos para que el día pase más rápido, para copiarnos, para ascender un par de puestos en una escalera jerárquica en la que ni siquiera creemos.
Pero también podemos impulsar nuestra Creatividad para replantearnos nuestra forma de trabajar, de vivir, de relacionarnos. En fin, cuestiones realmente estratégicas.
Creo que ser flexible no es lo mismo que adaptarse a cualquier cosa. Creo que ser dinámico no es lo mismo que estar apurado todo el día. Creo que ser innovador no es lo mismo que  “estar siempre a la moda”. Creo que ser transgresor no es lo mismo que hacer travesuras permanentemente   Creo que aceptar las ideas de los otros no es lo mismo que decir que sí a todos y “tratar de “quedar bien” en forma indiscriminada. Creo que no ser taxativo no es lo mismo que evitar dar respuestas concretas.
Quienes hablan de Creatividad, muchas veces definen ciertas palabras como si fueran obvias. Pero el tratamiento de la Creatividad, desde un ángulo demasiado simplista o naif por lo general tiende a producir conclusiones que –con la pretensión de parecer evidentes- terminen resultando poco sólidas, poco rigurosas.    
A veces parece que se busca lo nuevo por lo nuevo en sí mismo, el cambio por el cambio en sí mismo.
Creo que si perdemos la visión de conjunto y la visión histórica esto puede llegar a ser muy peligroso. En nombre de la creatividad uno puede estar cubriendo con adornos los símbolos más claros de la decadencia y la involución.
No es obvio, lo bueno no siempre es mejor, los cambios no siempre son necesarios  Ni siquiera en las organizaciones. Muchas empresas están necesitando más una búsqueda clara de su identidad, que un nuevo shock que las haga “reconvertir” por enésima vez en tres años.
Creo que no es tan obvio que todos somos creativos. Algunos se han (los han) esforzado demasiado en dejar de serlo. Es así como en realidad algunas personas asumen más riesgos para ser creativas uqe otras. Creo que la creatividad sin riesgos no existe.
Y a algunos les va tan bien repitiendo cada día lo que hicieron el día anterior que ni siquiera les vale la pena arriesgarse a cambiar.
Creo que la creatividad no siempre es transgresora. A veces la necesitamos para conservar. No siempre construye, a veces destruye. No siempre motiva, a veces asusta. No siempre bloquea, a veces incentiva. En las décadas del 70 y del 80 ha servid para que muchas personas se atrevan  a pensar de un modo diferente. En miles de cursos, seminarios, conferencias, talleres que se han dado en todo el mundo la gente ha podido generar ideas, inventar palabras, soñar con un mundo mejor y pensar que no es tan imposible modificar la realidad existente.
En las empresas el enfoque de la creatividad ha permitido revalorizar este potencial esencialmente humano a través de muchísimas variantes: círculos de calidad, reuniones de generación de ideas, sesiones de innovación en grupos de mejoramiento, buzones de ideas, programas de capacitación.
Estas cosas son muy útiles pero tampoco exageremos. Mientras hablamos del cambio en los grupos de creatividad, muchas de las grandes decisiones se siguen tomando como hace 1500 años.
Creo que no se puede crear paso a paso como siguiendo las indicaciones de un manual de “instrucciones para…” El tiempo no es reversible….
Creo que la creatividad no es una moda. Y si lo es, será como le respondió a un incrédulo Nicola Piepoli (pintoresco consultor -empresario- italiano que como hobby se dedica fanáticamente a leer, escribir y hablar sobre creatividad): una moda recurrente.
Es que, últimamente la “industria del management” hace que las palabras se transformen en modas.
Pero no podemos desconocer que “Globalización” quiere decir que todo puede afectarnos; que “velocidad en la información” quiere decir que cualquier noticia puede darnos una pista completa de dónde estamos ubicados y hacia donde vamos; que concentración del poder” quiere decir quedar adentro o quedar afuera.
Como no desconocemos todo esto creo que es necesario que tengamos bien claro hacia dónde apuntamos con nuestra creatividad. Para qué tipo de desafíos desarrollaremos nuestra creatividad. Porque, o seguimos reciclando obviedades, o nos compenetramos en los grandes temas que todos los días nos van marcando que el futuro no será tan evidente. 

3. Intención creativa para crecer

Vamos a referirnos a tres tipos de crecimiento.

A)      Por expansión.

B)       Por extensión.

C)      Por evolución.

3.1 Crecimiento por expansión.

Implica crecer de tamaño, de medida. Crecemos por expansión cuando tenemos un proyecto, queremos que se cumpla y que funcione “cada vez mejor”.
Muchas organizaciones crecen expandiéndose, cuando venden más, cuando lanzan mayor cantidad de productos, cuando construyen nuevas fábricas. En la etapa de la “esponja seca que se va llenando de agua y va creciendo en peso y tamaño.
Podemos utilizar nuestra Creatividad para expandirnos. Podemos utilizar nuestra Creatividad expansivamente generando más ideas, buscando cada vez más alternativas.
Cuando una empresa crece expandiéndose no está necesariamente provocando un cambio en el patrón de comportamiento, es decir, no existe un cambio sustancial en lo que es la empresa, ya que, en realidad la empresa se está formando.
Lo mismo sucede cuando un proyecto se está expandiendo: el proyecto va tomando forma, va creciendo, se va nutriendo de ideas. Requiere pensar en él,  generar acciones concretas; requiere energías para crecer dentro de la empresa, para crecer en el mercado, para “hacerse grande”.
En el ámbito personal también existen momentos de expansión cuando un nuevo profesional necesita acumular experiencia, formarse profesionalmente, tener más clientes, participar de más proyectos, probar y ensayar distintas formas para alcanzar su propio estilo para ser un profesional.
Lo mismo sucede con nuestra vida social o familiar: momentos en donde es necesario crecer económicamente, conocer más sobre una disciplina que nos interesa o expandir nuestro conocimiento es un tema en particular.
Para todo esto podemos utilizar nuestra Creatividad. Llamémosla  “Creatividad para la expansión”. 

3.2 Crecimiento por extensión

Es un crecimiento horizontal. Crecer por extensión es reproducirse. Por lo general es una etapa posterior a la expansión. En el crecimiento por expansión se llega a encontrar un patrón de comportamiento, una forma de ser y luego el crecimiento por extensión implica prosperar a o partir de reproducir esa forma de ser en distintos  contextos.
Un desafío de la extensión es la capacidad de comprender los contextos hacia los cuales nos extenderemos; otro de los desafíos (quizás el más interesante) es el de poder “conceptuar” cual es patrón de comportamiento del cual vamos a crecer. 
Un ejemplo muy claro del crecimiento por extensión son las franquicias. Una empresa crece expandiéndose hasta lograr una forma de funcionamiento y un buen posicionamiento en el mercado. Una vez alcanzado este estado, la empresa puede seguir creciendo en tamaño con su mismo modelo (ya sea ampliando el local de ventas propio o incorporando algún paso en la cadena de valor agregado –como, por ejemplo, producir sus propias materias primas-) o bien puede intentar que el modelo alcanzado comience a repetirse en otros contextos.
Esto último lo puede hacer franquiciando su negocio (su idea) con lo cual crece pero “horizontalmente”. Existirán nuevas bocas de distribución de sus productos pero esto no implicará un crecimiento “en mayor cantidad de locales propios” sino que lo que crece es la “idea” obteniendo, la empresa, beneficios adicionales (cobrados a través de un porcentaje por cada boca de distribución) que se abre.
Cuando una empresa crece extendiéndose está construyendo sobre el patrón de comportamiento que ya se había alcanzado.
Si bien se habla de “expansión geográfica”, en realidad casi siempre, los casos que encontramos son de “extensión” geográfica. Una empresa ha encontrado una forma de desarrollar un mercado de un país o de una región determinada y luego intenta extender esa forma de creación de valor a otras regiones.
El esfuerzo creativo de la  extensión es el de reproducir y adaptar las ideas que ya funcionan en un contexto a otros contextos diferentes. Esta forma de crecimiento plantea el desafío de interactuar con otros contextos y conectarse con otras realidades, lo cual muchas veces implica desafíos más complejos para nuestra creatividad.
Notamos a menudo que a los empresarios les cuesta menos pensar su crecimiento como una forma de “acumular recursos” que como una forma de “utilizar innovadoramente sus recursos”. Y en realidad, esa utilización innovadora de los recursos que ya se tienen es el comienzo de un proceso de desarrollo y no solamente de crecimiento.
La empresa comienza a desarrollarse cuando puede crecer a partir de sus potencialidades. Es decir, detectar cual es el eje sobre el cual se extenderá.
Esto parece sencillo pero no lo es. Máxime en la operatoria diaria en donde las ansias de expansión no siempre permiten conceptualizar cuales son las competencias clave (core competences) de la empresa sobre las cuales ir construyendo el futuro.
Un caso real, interesante es el de aquel empresario que en la década del 70 (“prehistoria” en términos de management) fabricaba y vendía “balones de fútbol”.
El desarrollo de los productos deportivos en esa época era mínimo. No existían la cantidad de zapatos deportivos, ni de ropa, ni de implementos. Sólo existían unos pocos (muy pocos) locales de venta de productos deportivos.
Los balones de futbol del empresario de nuestro ejemplo eran de cuero pero de una cantidad realmente baja. Eran los típicos balones de fútbol, que se regalaban a los niños con gajos de colores representativos de su club preferido (por ejemplo, en la Argentina rojo y azul para San Lorenzo, en Uruguay amarillo y negro para Peñarol). Por lo general estoa balones se vendían en las jugueterías.
El negocio era realmente interesante, y el empresario había logrado expandirse hasta  contar con una empresa verdaderamente floreciente. A partir de su idea de “vender balones de fútbol”, quiso seguir expandiéndose. Comenzó  a venderlo en los supermercados y armó un canal de ventas para colegios, escuelas y proveedurías dentro de los clubes, pero su fuerte seguían siendo las jugueterías.
En los años previos al mundial de fútbol 78, se empezaba a pronosticar posibilidades de facturación en productos deportivos, tanto que las casa de artículos deportivos y la industria de estos productos crecía fuertemente. Distintas marcas, (sobre todo internacionales) de balones de fútbol empezaban a entrar en el mercado.
El empresario de nuestro ejemplo, consciente de esta oportunidad, intentó vender sus balones de fútbol en casas deportivas (lo cual parece obvio), teniendo en cuenta que debía alcanzar algún modelo de mejor calidad ya que su producto era sensiblemente inferior con respecto a las marcas importadas.
Poco acostumbrado a semejantes desafíos en términos de calidad, lanzó un producto, si bien de mejor calidad que sus tradicionales balones, muy por debajo de los estándares de los “balones oficiales” de marcas reconocidas (en ese entonces, Pontier, Leo, Adidas, etc.).
Naturalmente, su fracaso en casas de deportes fue estrepitoso. No acostumbrado a los fracasos, el empresario de Nuestro ejemplo “se encaprichó” con las casas de artículos deportivos y decidió extender su línea de ropa deportiva; pero sin una marca fuerte y con lógicas deficiencias en la calidad, dada su escasa experiencia, no lograba “levantar vuelo”. Para reducir costos, fue incorporando distintos pasos del proceso de fabricación de su ropa deportiva (compró hasta una pequeña tintorería industrial) en sus productos, pero sus intentos fueron en vano, solo lograba seguir subsistiendo gracias a sus fieles balones de fútbol nº 5 (acompañados con balones más pequeños, y algunos modelos para basquetbol y voleybol) que- en el canal de jugueterías- seguían funcionando bien.
La historia sigue -el final no importa-.
Pregunto ¿no hubiese sido más adecuado aprovechar el canal de las jugueterías y extender la línea de productos a otros juguetes?; ¿no sería que su definición “fabrico balones de fútbol” no le permitió  comprender que en realidad lo que logró e estos años fue desarrollar  un producto para el mercado de los niños más cercano al juguete que al implemento deportivo?, ¿no será que su intento de “vender más balones de fútbol” no comprendió sus verdaderas posibilidades de extensión?

Moraleja: a veces lo difícil no es extenderse, sino saber desde qué modelos de negocio extenderse.

En el ámbito de la carrera personal, un profesional también necesita momentos de extensión. Momentos en los cuales desea desafíos de integración a otros medios, de probar que sus ideas y conocimientos también pueden ser aplicables a otros contextos.  
Tomemos como ejemplo a una arquitectura que logró expandirse con una buena cartera de clientes y concretó una serie de proyectos dentro de su especialidad (por ejemplo, diseño de casas en barrios exclusivos). Tal vez llega el momento en donde seguir creciendo en este tipo de clientes puede llegar a ser rentable.
Pero no plantee para la arquitectura desafíos demasiado interesantes. Entonces decide buscar nuevos tipo de proyectos, como ser: edificios, reciclaje de obras, urbanización, participación en diseño y proyección de barrios privados, etc. En este caso, la arquitectura está buscando crecer pero extendiendo sus habilidades a otros terrenos, es decir, está comenzando no sólo a crecer sino a desarrollarse. 

Para todo esto podemos utilizar nuestra Creatividad. Llamémosla “Creatividad para la Extensión”.

3.3. Crecimiento por evolución

Este crecimiento significa pasar gradualmente de un estado a otro más complejo: “dejar de ser algo para pasar a ser “otra cosa”. Hay una ruptura. No es solamente “empujar”  los límites como en la expansión o “ir conociendo nuevos límites” como en la extensión. La evolución nos obliga a  olvidarnos de los límites del pasado y comenzar a jugar con límites completamente diferentes.
En las empresas hay muchísimos ejemplos como el de los límites al crecimiento que se generan por temor a los nuevos estados que implica la evolución.
Uno de ellos es el de los tres jóvenes emprendedores que motivados por una idea extravagante comenzaron a repartir cartas e invitaciones para fiestas luego, crecieron – expandiéndose- y en lugar de ser ellos los que repartían las cartas con sus motocicletas, tuvieron que contratar a más distribuidores.
Y crecieron tanto que tuvieron que extenderse y conseguir nuevos tipos de clientes para mantener una estructura  que crecía. Así es como empezaron a atender bancos y empresas de seguros, convirtiendose –casi sin darse cuenta- en uno de los correos más confiables de la ciudad.
Habían crecido y se encontraban con el mayor deafío de sus carreras. Un desafío mucho mayor que conseguir tal o cual cliente; mucho más importante que crear una nueva “ruta de distribución”. Era el desafío de dejar de ser “jóvenes emprendedores” y pasar a ser verdaderos “empresarios”.
Como empresarios las cosas iban a cambiar de perspectiva. Tenían que contratar profesionales para su empresa, contemplar la posibilidad de asociarse con otras empresas, para diversos emprendimientos. Sus problemas comenzaban a ser otros. No es que había más o menos problemas, ni más o menos difíciles. Sucedió que los problemas a resolver comenzaron a ser distintos. Esto es evolucionar.
Hay empresarios que crecen muchísimo. Pero sólo se expanden y eventualmente extienden sus fortalezas. Tienen “grandes” empresas pero las siguen pensando y conduciendo como si fueran “boliches”. Son en realidad empresarios en potencia. No han evolucionado. Han crecido pero no se han desarrollado.
En la evolución creativa hay una búsqueda de posibilidades que va más allá de las “nuevas ideas” . Es el deseo y la disposición de derribar los límites que existen entre lo que somos y lo que podríamos ser.
La problemática de la evolución se ve claramente  en los desarrollos de carreras profesionales. La misma arquitectura de nuestro ejemplo anterior, que consigue extender sus conocimientos y habilidades a otros campos de la arquitectura, sigue creciendo y llega un momento en el que su Estudio de Arquitectura es mucho más que el “estudio en donde ella trabaja”: se transforma en una organización, una empresa.
Entonces, la arquitectura de nuestro ejemplo debe comenzar a preocuparse por temas absolutamente diferentes de los que encontraba en su “tablero de diseño” que ya casi ni utiliza. Temas como ocuparse de liderar a sus doce empleados; de encontrar clientes para mantener su estudio; de los asuntos impositivos; pensar estratégicamente sobre el crecimiento de su estudio, etcétera.

Para todo esto podemos nuestra Creatividad. Llamémosla “Creatividad para la evolución”.

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