Delivery cool: el trabajo esclavo de la posmodernidad

La precarización y destrucción del otro es vista como algo “cool” y novedoso fuente de muchas oportunidades y negocios.
El gran negocio para fondos de inversión y dueños sin rostro. Y la explotación de personas marginadas del mercado laboral. Al menos en Argentina la mayoría de personas que realizan esta tarea son inmigrantes de otros países como Uruguay, Colombia y Venezuela.
Las empresas de delivery  invierten millones  en tecnología y marketing. El humano se reduce a una bestia. ¿Nuevo modelo de futuro?
Estas empresas tienen un ejecutivo o presidente con imagen corporativa. Pero la realidad el 90% de sus trabajadores está en la marginalidad más absoluta.
Los comentarios de varios periodistas que han investigado a éstas “empresas” publicadas en las redes sociales.

Foto: Subida por un usuario de Twitter. Publicidad vs. Realidad.

1. Los explotados de Pedidos Ya ó Glovo reciben 40 pesos por viaje (0.80 USD).
2. Son “independientes” dice la empresa. O sea ni contratados, ni inscriptos, ni nada, a la buena de Dios.
3. La empresa no provee el vehículo de trabajo (la bicicleta o moto), es propia. Si se rompe, no trabaja.
4. No les dan la mochila (si si, ni la mochila con su publicidad. La pagan los pibes y les cuesta $300). Tampoco uniforme limpio, prolijo.
5. Si no llegan en 35 minutos a destino investigan a quien se debe el retraso. Si es del pibe (los siguen con GPS) no los dejan trabajar la siguiente media hora (penalización) y obviamente no cobran el pedido.
6. Al parecer tienen un plus por día de lluvia-
7. Ganan en promedio 600 pesos por dia (12 dólares) pedaleando 12 hs por día.
8. Para obtener sus ganancias diarias, las personas están pendientes de la aplicación y de los pedidos de 8 a 22.
9. Cuando el cliente les paga en efectivo ellos tienen que pasar por Rapipago o Pago fácil para pagarle a la empresa el pedido.
10. En la gran mayoría son venezolanos (trabajan por medio de un CBU porque no tienen monotributo. Esto es claramente abuso e ilegal).
11 Les liquidan lo trabajado cada 15 días (para que haya menos presunción de relación laboral) ¿Pero no eran independientes? ¿Cómo la empresa retiene por 15 días lo que ya cobró?
12. No tienen ART, no tienen seguro, ningún tipo de prestación o cobertura para sí o para terceros.
13. Tampoco se les hacen exámenes médicos preocupacionales o periódicos como en la mayoría de las empresas. ¿Qué pasa si un repartidor tiene gripe, hepatitis, herpes o alguna enfermedad infectocontagiosa?.
14. Estas empresas en su proceder evaden todas las normas fitosanitarias y de manipulación de alimentos que hay en la ciudad de Buenos Aires.
15. Las empresas les comunican como algo bueno que no tienen exclusividad. Es decir los repartidores pueden trabajar para las dos: Glovo y Rappi.
16. Tienen una rotación altísima de “personal”. Tienen en promedio 100 entrevistas por día  (se ve que pocos soportan “las oportunidades de crecer”).
17. Rappi está facturando mas de 5 millones de dólares por mes en Argentina

Por más marketing que hagan éstas empresas nadie puede creer que esta explotación de las necesidades y del físico de otros es sinónimo de “ayudar”. Ojalá no sea una imagen del “empleo del futuro”, tampoco es un ejemplo de “generar oportunidades”, no es “meritocracia”.
Estas condiciones de trabajo son absolutamente primitivas y denigrantes. Además de transformar calles maravillosas de Buenos Aires en recuerdos de toda esa marginalidad de las calles de Bombai, Nueva Delhi o Malasia.

El futuro de las empresas de delivery y cómo impactan en el mercado laboral futuro.

Las empresas de delivery tienen muchísimo respaldo de los gobiernos locales y nacionales. El negocio de estas empresas sin rostro es el envío de numerosos artículos; no sólo comidas y paquetes, a futuro los envíos se pueden extender a artículos que hoy están prohibidos.
A su vez como han sido denunciados en otros países, al igual que Amazon por hacer inteligencia de los pedidos de las empresas que son sus clientes y luego ofrecen esos mismos productos con su marca a precios más bajos.
El futuro es precarizar más aún el mercado de trabajo y los derechos básicos que queden reducidos a la mínima expresión hasta que aparezca otra generación que pelee por ellos.
Es muy probable que los hijos de las personas que compran hoy a través de estas aplicaciones absurdas tengan que iniciarse en el mundo laboral arriba de una bicicleta.

Aborrecen la legislación y la cultura local

Para estas “empresas” sólo en sus objetivos está facturar a partir de la estupidez de mucha gente de una cultura del hedonismo, del relajo y la idiotez “cool” a través de la tecnología. Además de burlar leyes de tránsito, fitosanitarias y laborales, si es necesario también mandan a pasear a los próceres de éste país.
En el solar en donde nació y murió Manuel Belgrano, personal de Pedidos Ya quitaron una placa sin permiso y pusieron en su lugar un cartel de la empresa.

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