Conflictos en gran parte de las alimenticias por salarios y condiciones de trabajo

Los conflictos por subas salariales y mejores condiciones de trabajo ganaron la fábricas de las principales empresas alimenticias del país este año, y los operarios parecen estar decididos ahora a recrudecer las medidas de fuerza si los empresarios no responden a sus reclamos por el pase a planta de miles de trabajadores.

Las medidas de fuerza impulsadas por los operarios de la chocolatera Felfort, del mediático Ricardo Fort, destaparon de conflictos internos en el sector, que crecen a pesar del aumento del 35,2 por ciento que el gremio de la alimentación acordó con las cámaras empresariales.

El aumento salarial logró que los ánimos se apaciguaran levemente, pero la tensión sigue ganando terreno en empresas como Kraft Food s, PepsiCo, Stani-Cadbury, Arcor, Bagley, Bonafide, Nestlé, Unilever, Molinos, Frigor y Fargo, que concentran a miles de trabajadores.

En el caso de Felfort, los operarios reclaman un plus de 600 pesos por única vez en todo el año para reforzar los bolsillos por el avance de la inflación, pero Fort y la comisión directiva que preside junto a sus dos hermanos se niegan a otorgarlo.

Si bien ese es el reclamo de coyuntura, el pedido central de la comisión interna de Felfort es que la centenaria compañía incorpore a planta permanente a los 300 trabajadores contratados, para que corran con los mismos derechos y beneficios que los 500 permanentes.

Tanto quienes presiden la chocolatera como los que está al frente de las otras alimenticias, en su mayoría de capitales extranjeros, aseguran que el aumento salarial ya es excesivo, por lo que no pueden responder positivamente a todos los reclamos.

Las respuesta sindical sostiene que, por la elevada rentabilidad y la escalada de precios que se registró en los alimentos en la primera parte del año, las empresas no sólo pueden subir los salarios sino también mejorar las condiciones de trabajo.

Además, los delegados de las comisiones internas pujan porque las empresas pasen a planta permanente a los trabajadores que están en situación de contratados, por lo que tienen fecha de desvinculación desde el momento en que ingresan.

Estas empresas utilizan agencias de colocación de empleo que les proveen mano de obra para las épocas de mayor producción, como lo son el mes previo a las Pascuas y a las fiestas de fin de año.

Estimaciones sindicales indican que uno de cada tres empleados del sector (que concentra a más 80 mil personas) está como contratado, lo cual no le permite tener una continuidad laboral porque es convocado por períodos.

Por estas causas y por impulsar medidas de fuerza como paros, recortes de tareas por turnos, trabajo a reglamento y cortes de rutas y autopistas, las comisiones internas de las compañías llegaron incluso a desencontrarse con el conductor del gremio, Rodolfo Daer.

Muchos, encabezados por el Partido de lo Trabajadores Socialistas (PTS) alcanzaron a movilizarse a la Casa Rosada y al Congreso durante abril y este mes y sostienen que volverán a hacerlo si las empresas no ofrecen diálogo para ir limando las asperezas hacia mediados de año.

Estos sindicalistas reclaman a Daer que endurezca su postura contra las alimenticias para que responsan a los reclamos y protestan contra la CGT, que lidera Hugo Moyano, por no hacer sentir su peso en el conflicto.

 

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