Colapsan los sistemas electrónicos de recepción de solicitudes de subsidio de desempleo en EEUU

En los estados de Nueva York, Carolina del Norte y Ohio ya han colapsado los sistemas electrónicos para la recepción de las solicitudes de subsidio de desempleo. En Florida, las personas que querían llamar a la oficina de ayuda a los desempleados no lograron conectarse, debido a que las líneas telefónicas estaban saturadas.

Quien se ve obligado estos días a enrolarse en el ejército creciente de los estadounidenses que se han quedado sin trabajo necesita nervios de acero.

En los estados de Nueva York, Carolina del Norte y Ohio ya han colapsado los sistemas electrónicos para la recepción de las solicitudes de subsidio de desempleo. En Florida, las personas que querían llamar a la oficina de ayuda a los desempleados no lograron conectarse, debido a que las líneas telefónicas estaban saturadas.

Tan sólo en Florida fueron presentadas en diciembre 157.300 solicitudes, un 181 por ciento más que en el mismo mes de 2007. "Es francamente horroroso", dijo Eddi Martínez, de 52 años, al periódico "Orlando Sentinel", después de que hubiera intentado decenas de veces en un solo día comunicarse con la oficina. "Están totalmente desbordados".

Las nubes que se ven en el horizonte del mercado laboral de Estados Unidos se han vuelto negrísimas desde que la crisis financiera se contagió de lleno a la economía real. Tan sólo desde principios de año, la primera economía del mundo ha perdido más de 80.000 empleos. En el conjunto de 2008, esta cifra llegó a los 2,6 millones.

El pasado viernes quedó demostrado una vez más cuán dramática es la situación: con la bancarrota de la segunda cadena de tiendas electrónicas de Estados Unidos, Circuit City, perdieron sus empleos unos 30.000 trabajadores. El mismo día, la empresa de alquiler de automóviles Hertz informó que eliminará 4.000 puestos de trabajo. A principios de año, el gigante del aluminio Alcoa había anunciado el futuro despido de 13.500 trabajadores. Prácticamente no pasa ningún día sin que lleguen malas noticias del frente del empleo estadounidense.

Desde hace tiempo, los economistas vienen observando una fatal espiral descendente: las pérdidas de puestos de trabajo traen consigo la caída de los gastos de los consumidores, lo que a su vez ocasiona una reducción de los empleos en el comercio minorista, por ejemplo.

"A causa de la situación en el comercio minorista, los datos del mercado laboral de enero probablemente reflejarán un nuevo deterioro", dijo Ravin Jesuthasan, un ejecutivo de la empresa de consultoría Towers Perrin, al diario "The Wall Street Journal". En su opinión, la caída del mercado del trabajo aún no ha terminado: durante la crisis coyuntural de principios de este siglo, el número de empleos no volvió a crecer hasta fines de 2003, a pesar de que la recesión ya había terminado en noviembre de 2001.

Tal como están las cosas, el Conference Board, un instituto de investigaciones económicas del sector privado, prevé para este año la pérdida de otros dos millones de puestos de trabajo en Estados Unidos. En diciembre pasado, la tasa de desempleo se había disparado al 7,2 por ciento, su nivel más alto en los últimos 16 años. Para los expertos no cabe ninguna duda de que esta cifra seguirá subiendo en 2009. Lo único que no se sabe es hasta qué nivel.

Con su programa de reactivación económica, el nuevo presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pretende preservar o crear entre tres y cuatro millones de empleos. Si se cumple el pronóstico del Conference Board y si se añaden los puestos de trabajo perdidos en 2008, el gobierno probablemente no alcanzará el objetivo de neutralizar la reducción de empleos a causa de la grave crisis económica. Incluso estudios elaborados por expertos allegados a Obama vaticinan que el paquete de medidas coyunturales del nuevo presidente, que probablemente implicará un gasto muy superior a los 800.000 millones de dólares, reducirá la tasa de desempleo en el mejor los casos en uno o dos puntos porcentuales.

Además, según los expertos, la estadística oficial de desempleo de Estados Unidos no refleja la realidad en toda su dimensión. En Estados Unidos se manejan al menos seis cálculos diferentes.

La prestigiosa revista financiera "Barrons" prefiere una medida muy amplia, que en la Oficina de Estadística de Estados Unidos se conoce como "U-6". En esta estadística se incluyen aquellas personas que no tienen trabajo ni están buscando un empleo, pero que sí estarían dispuestas a aceptar un trabajo. También incluye a los trabajadores a tiempo parcial que en realidad están buscando un empleo a tiempo completo. Según el criterio "U-6", la tasa de desempleo en Estados Unidos se ubicó en diciembre en un asombroso 13,5 por ciento.

No sólo los trabajadores comunes son víctimas del derrumbe económico, sino que también en los estratos de los directivos y ejecutivos crece el número de los afectados. Al menos seis presidentes de grandes empresas estadounidenses han perdido su empleo desde comienzos de año a causa de la crisis, según el "Wall Street Journal". Y probablemente no habrán sido los últimos.

Ya se está especulando sobre cuánto tiempo más podrán mantenerse en sus cargos pesos pesados como Rick Wagoner, de General Motors, Kenneth Lewis, del Bank of America, o Vikram Pandit, del Citigroup.

 

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