Brasil suspende a Merck la patente de un medicamento anti-sida por su elevado precio

Brasil suspendió hoy la licencia del remedio para el tratamiento del sida "Efavirenz", que fabrica el laboratorio multinacional Merck, por considerar que su alto costo amenaza el éxito del programa oficial de combate a la enfermedad.

El presidente brasileño, Luis Inácio Lula da Silva, firmó el decreto por el que suspende la licencia y concede la llamada "licencia obligatoria" que permite al Ministerio de Salud importar un genérico del Efavirenz, en un acto en el palacio de Planalto.

"Estamos dando un paso importante y la decisión vale para este remedio y para cualquier otro cuando sea necesario. Hoy fue este y mañana será otro. Si no conseguimos los precios justos tomaremos esa decisión", aseguró el gobernante tras la firma.

La suspensión de la patente fue anunciada tras infructuosas negociaciones para convencer a la firma Merck de que redujera el precio de su medicina y la hiciera más accesible para los enfermos brasileños, según argumenta el Gobierno.



Emergencia sanitaria o interés público

Esta es la primera vez que Brasil suspende la licencia de un remedio pese a que el país fue uno de los principales impulsores del acuerdo de la Organización Mundial de Salud (OMS) que permite tal mecanismo en casos de emergencia sanitaria o interés público.

"No dejaremos de cuidar de nuestro pueblo. Así como cuidamos de los pobres, cuidaremos con el mismo cariño de los que están infectados (de sida)", agregó Lula.

El Gobierno ya había declarado la semana pasada de "interés público" el Efavirenz en el primer paso del proceso para la suspensión de la patente y para concedérsela a un laboratorio que esté interesado en producir su genérico.

El ministro de Salud, José Gomes Temporao, afirmó que Brasil comprará un genérico de un laboratorio de la India que ya lo fabrica y que está calificado por la OMS, y que el remedio sustitutivo comenzará a ser distribuido en el país a partir de septiembre.

Temporao aseguró que el Gobierno agotó todos los intentos para negociar una reducción del precio del producto con Merck.

"Brasil intentó negociar, pero la empresa siempre presentó propuestas que no atendían el interés del Gobierno, apenas ofreció una reducción del 2 % del precio", afirmó el ministro.
 
"En los últimos cinco días recibí llamadas del embajador de Estados Unidos en Brasil y conversé con el presidente mundial de la empresa. Les dije que el Gobierno está dispuesto a discutir a escuchar nuevas propuestas, pero no las recibimos", agregó.



Brasil paga actualmente 1,59 dólares por unidad

Brasil paga actualmente 1,59 dólares por cada unidad de 600 miligramos del Efavirenz, pese a que Merck le cobra a países como Tailandia 65 centavos de dólar por la misma unidad.


"Desde el punto de vista ético (esa diferencia de precio) es grosero. Es una falta de respeto desde el punto de vista político, como si el enfermo brasileño valiera menos", afirmó Lula al justificar la medida.


El Efavirenz, actualmente importado por Brasil, es el remedio más utilizado en los tratamientos contra el sida ofrecidos gratuitamente por el país. Cerca del 38 % de los enfermos lo incluyen en sus cocteles terapéuticos, según las cifras oficiales.

El Ministerio de Salud calcula que al final de este año 75.000 de los 200.000 enfermos de sida en el país demandarán el remedio.

 

Casi cuatro veces más barato

Según el Gobierno, el genérico importado desde la India le costará al país cerca de 165 dólares al año por paciente, muy por debajo de los 580 dólares por enfermo al año que le paga a Merck.

Temporao afirmó que la importación del genérico le puede representar a Brasil un ahorro anual de unos 30 millones de dólares este año y que el total de recursos ahorrados hasta 2012, cuando vence la validez de la patente, puede llegar a 237 millones de dólares.

Agregó que la "licencia obligatoria" está prevista en los acuerdos internacionales y que Merck continuará recibiendo la respectiva regalía, que equivale al 1,5 % del valor.

La concesión de una licencia para un genérico está amparada por un acuerdo que la Organización Mundial del Comercio (OMC) firmó en 2001 y que permite a los países en desarrollo, por motivos de emergencia sanitaria, desconocer las patentes de medicamentos.

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