"El factor trabajo es muy importante para los pacientes psicóticos, en los ciclos que hay más trabajo se recuperan más y antes", indicó el Dr. González de Chávez que ha participado en Tenerife en las XIV Jornadas de la Asociación Canaria de Neuropsiquiatría.
Para el psiquiatra ni la esquizofrenia ni la paranoia son crónicas, "depende del paciente, de su ajuste, de los logros sociales y educativos, del apoyo que reciban".
"Una tercera parte de los pacientes se recupera después de la primera crisis psicótica, dos terceras partes pueden hacer una vida normal, aunque dependen de los factores señalados, sobre todo de que tengan trabajo", explicó.
Además, prosigue el jefe de Psiquiatría del "Gregorio Marañón", este tipo de enfermedades se da 8 veces más en clases sociales menos favorecidas, también se da más en las zonas urbanas que en las rurales, mientras que en los inmigrantes e hijos de inmigrantes la proporción es 5 veces superior que la media.
En su conferencia en Tenerife, González de Chávez disertó sobre cómo establecer relaciones terapéuticas con las personas que viven experiencias psicóticas, en donde resaltó la importancia de establecer esas relaciones para que el paciente tenga conciencia de su enfermedad y se le pueda tratar.
"Estos paciente viven una realidad distorsionada que creen cierta, subjetiva, y son personas que tienen problemas para ser tratados porque no tienen conciencia de sus transtornos psicóticos; viven en una realidad que no existe", aseguró.
Para González de Chávez las relaciones personales son claves para hacerles regresar del mundo subjetivo en el que se encuentran, "y eso es difícil porque ellos nos engloban dentro de su mundo y nos adjudican roles, el de padres, el de persona diabólica, y por ello debemos tener mucha paciencia y persistir".
"Debemos escucharles, ellos viven su realidad y debemos asumirla, comprender y contrastar esa realidad con otra y ofrecerles opciones", agregó el psiquiatra.
A juicio de González de Chávez las terapias de grupo con los pacientes son fundamentales; "cuando personas que tienen vivencias psicóticas reconocen a un grupo la irrealidad y dice que son Jesucristo y que hacen milagros, otros enfermos entienden la distorsión y se cuestionan su propia realidad".
La familia es otra pieza clave para la recuperación del paciente; "tratamos que las familias no les descriminen y descalifiquen porque de otra forma el paciente se silencia y trata de evitarles".
"Hacemos entrevistas con el paciente y las familias, conjuntamente, con el fin de que la familia intente comprenderles", añadió.
"La familia no puede negar lo que ocurre, debe afrontarlo, muchas lo consideran un estigma y prefieren ignorarlo a abordar la realidad", subrayó.
Señaló que una vez conseguida la primera fase, la más compleja, cuando el paciente reconoce su subjetividad, su trastorno, entonces se puede trabajar con las causas, con los factores que han precipitado ese trastorno y comienza la fase terapéutica en sentido estricto.
En esta fase, prosigue el Jefe de psiquiatría del "Gregorio Marañón", que lleva más de 15 años organizando seminarios internacionales dedicados a la esquizofrenia, se le receta al paciente fármacos "amortiguadores" y se indaga las causas de su irrealidad.
"Todos regresamos a veces al mundo mágico, pero algunas personas se quedan en él"