Termina la huelga de Volkswagen en México, pero crece la tensión en Brasil

La plantilla de Sao Paulo rechaza el plan para despedir a 3.600 trabajadores.
Los trabajadores de Volkswagen México regresaron ayer al trabajo tras permanecer cinco días en huelga para exigir alzas salariales, informaron ayer fuentes sindicales. «Ya se tiene el arreglo con Volkswagen», anunció ayer durante la madrugada el secretario del sindicato, José Luis Rodríguez Salazar. Sin embargo, el fabricante alemán no ha resuelto todos sus conflictos laborales en el continente americano.
Es más, los trabajadores de Volkswagen se han echado a la calle ante los planes del consorcio de llevar a cabo una reestructuración que implicará fuertes recortes de empleo en su planta de Sao Paulo. El gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva se ha ofrecido para mediar en el conflicto.
Los empleados de Volkswagen en México volvieron a sus puestos de trabajo a las 15.00 hora local (21.00 horas en España). La producción quedó totalmente interrumpida el pasado día 18.
El acuerdo final consiste en un alza salarial del 4% y del 1,5% en las prestaciones sociales de los empleados. La petición original del sindicato era la de un alza del 8,5% en el salario y del 2,75% en las prestaciones, después de que el pasado año la inflación fuera del 3,33%. El acuerdo final incluye además el abono a los trabajadores de la planta de Cuautlancingo, en el estado central de Puebla, la mitad del salario no percibido en los cinco días de paro de actividades.
La huelga, a la que se habían adherido los 9.560 trabajadores afiliados al sindicato, dejó sin fabricar unos 4.000 automóviles de los modelos Bora, Jetta y New Beetle, en su mayoría destinados a mercados de exportación.

Malestar del Gobierno
En Brasil, sin embargo, la posibilidad de un acuerdo se aleja después de que la plantilla rechazara en asamblea un plan de reestructuración que incluye incentivos para el despido de 3.600 de los 12.500 empleados de la planta de Sao Paulo, la mayor del país. Volkswagen también pretende reducir en 2.101 el número de empleados en las factorías de Taubaté y Sao José dos Pinhais. Volkswagen anunció el martes que si la plantilla no acepta el plan de reestructuración, la compañía suspenderá su plan de inversiones en la planta. «Si no tenemos nuevas inversiones, el riesgo de que la operación de la fábrica sea cerrada es real», resumió el vicepresidente de recursos humanos de Volkswagen de Brasil, Josef-Fidelis Senn.
La plantilla tomó este anuncio como una amenaza y miles de trabajadores se manifestaron de forma espontánea junto a la entrada de la factoría de Sao Paulo. «La nueva filosofía de Volkswagen es la de chantajear a los trabajadores con la amenaza de trasladar las fábricas a otros países, donde son precarias las relaciones laborales», dijo el presidente del Sindicato de Metalúrgicos del ABC, José Lopes Feijóo.
El ministro de Trabajo, Luiz Marinho, consideró «extraña» la advertencia, ya que, según sostuvo, Volkswagen ha registrado en los últimos años niveles récord de producción y ventas.

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