Según la OCDE, las diferencias salariales entre varones y mujeres en Alemania es mayor que en otros países europeos.

Las mujeres alemanas nunca pudieron acceder a una formación tan buena como en el presente, y, a pesar de eso, todavía no las dejan tomar el timón y, además, ganan menos que los hombres. “En el año 2011, las mujeres ganaron un 23 por ciento menos que sus colegas del sexo masculino”, dice Roland Günther, de la Oficina Federal de Estadísticas de Alemania. Al desempeñarse como profesionales independientes o prestadoras de servicios en el área científica, las mujeres ganaron en 2011 un sueldo promedio por hora de alrededor de 17 euros, mientras los hombres percibieron más de 25 euros por hora.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD) llega a la conclusión de que la discriminación salarial afecta a las mujeres alemanas más que a las de los otros países europeos. ”Se trata, de hecho, de una injusticia flagrante, y eso después de 50 años de que la igualdad salarial fuera estipulada muy claramente en los Tratados de Roma”, dice Astrid Rothe-Beinlich, vocero de política de igualdad de género del partido Los Verdes.

Es necesario cambiar las leyes

Astrid Rothe-Beinlich, vocero de igualdad de género de Los Verdes.Rothe-Beinlich Frauenpolitische Sprecherin B’ 90/ Die Grünen plädiert für Quotenregelung Rechteeinräumung: Bündnis 90/ Die Grünen stellt das Bild der Deutschen Welle zur zeitlich, räumlich und inhaltlich unbeschränkten Nutzung bereit. Copyright: Bündnis 90/ Die Grünen Vollständiger Name des Zulieferers: Ulrike Hummel Postanschrift inkl. Land: Zülpicher Wall 36, 50674 Köln Mail-Adresse: ulihummel@web.de

Astrid Rothe-Beinlich, vocero de igualdad de género de Los Verdes.

Ella apela, por ese motivo, a la creación de una “Ley de Igualdad Salarial” en Alemania a través de la cual las empresas se vean obligadas a analizar y a desterrar la discriminación en la paga, y que debería incluir hasta la posibilidad de aplicar sanciones a aquellas que no lo hicieran.

“Exigimos a los sindicatos y al sector empresario a configurar sus contratos de trabajo de tal forma que se excluya la posibilidad de una discriminación”. Otro de los factores por los cuales Alemania ocupa la tristemente célebre cabecera en la discriminación salarial es, supuestamente, su legislación tradicional en materia impositiva que parte de un modelo en el que el hombre es todavía el jefe o cabeza de familia y, por tanto, el que gana el dinero. El trabajo de la mujer todavía se considera una ganancia complementaria. Esto se ve a las claras en la división en categorías impositivas, así como en la posibilidad de que los maridos puedan incluir en la obra social a sus esposas. “Se crean estímulos para que la mujer se quede en su casa en lugar de ser protagonista activa en el mercado laboral”, dice Astrid Rothe-Beinlich.

Casi no hay mujeres en altos cargos directivos

Pero Alemania no está atrasada sólo en cuanto a igualdad salarial, sino también en cuanto al desempeño de las mujeres en altos cargos directivos. En los máximos niveles jerárquicos del sector económico alemán la mayoría está formada por hombres. Sólo un cuatro por ciento de los puestos directivos está ocupado por mujeres. Pero sí hay algo de movimiento en los niveles directivos medios y superiores. “Luego de la introducción de la cuota femenina en la Deutsche Telekom, en marzo de 2010, el porcentaje de mujeres en las capas directivas medias y superiores aumentó de un 19 a un 24,7 por ciento”, señala Anne Wenders, vocero de esa empresa. Sin embargo, en los altos niveles jerárquicos las mujeres siguen siendo claramente una minoría.

Sin cuota femenina no hay mujeres en cargos jerárquicos

Los motivos de este desarrollo en Alemania son diversos. Si las personas que ejercen cargos directivos se dejan llevar por la creencia de que la familia y la carrera no son compatibles, exigen a las mujeres un rendimiento menor que a los hombres. En muchas empresas es fácil para las mujeres ascender a cargos directivos medios. Pero al intentar llegar a la cumbre se topan con obstáculos, algo que tiene que ver con las redes sociales de los hombres, que se extienden hasta el presidente de una empresa, mientras las redes de las mujeres en posiciones de poder siguen el camino opuesto, es decir, hacia abajo.

La idoneidad profesional y la voluntad no son suficientes, evidentemente, para que el porcentaje de mujeres en posiciones de liderazgo aumente. Mientras en los años 90 el acento en el fomento de la carrera de la mujer se ponía en la compatibilidad de la familia y la profesión, hoy se coloca más bien en alcanzar una buena cuota femenina. “No creemos que el porcentaje de mujeres en cargos directivos vaya a aumentar por sí mismo”, dice Astrid Rothe-Beinlich. Justamente el partido alemán Los Verdes tiene mucha experiencia con la famosa cuota, dice, que es un instrumento único y muy eficaz. “Es por eso que apelamos a una regulación vinculante de la cuota femenina”, subraya.

En muchas compañías exitosas y, sobre todo, en multinacionales, temas como el género y la diversificación forman parte hace años de la agenda diaria. Y no en último término porque es evidente que en muchos sectores está faltando personal cualificado, y además porque el desarrollo demográfico seguramente va a producir una escasez de ese personal. Las mujeres son una “reserva de talentos” sin la que ya no es posible concebir el futuro.

 

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