La reforma laboral de Francia 2017

Desde principios de 2016 aproximadamente que se viene gestando en Francia una reforma laboral cuya iniciativa parte del Ejecutivo de François Hollande con su primer ministro Manuel Valls a la cabeza,  a fin de realizar cambios profundos en el sistema de relaciones laborales francés. Han habido numerosas marchas y reuniones con los sindicatos que sutilmente han logrado apuntalar algunos puntos que se habían presentado con dureza, por ejemplo el hecho de que cualquier empresa local o multinacional que demostrase pérdidas por tres trimestres consecutivos podía despedir personal. Al final se impuso, que ante la presentación del balance negativo de las multinacionales, un juez debía investigar si los números son reales o creados ficticiamente, previo a la decisión de los despidos.
Finalmente el pasado 22 de Septiembre a 4 meses de la asunción del mando, el nuevo Presidente Emanuel Macron firmó en cadena nacional, tomado atribuciones especiales, cinco decretos que sellan la reforma laboral de Francia. Durísimo frente a la oleada de manifestaciones y protestas sociales, Macron, de 39 años, dijo: “No voy a ceder ante los vagos, los cínicos ni los extremos”.
La CGT (principal sindicato francés) y el líder de izquierda por el partido Francia Insumisa, Jean Luc Mélenchon ha llamado la atención sobre los peligros de lo que consideran un “golpe de Estado social”.

El mandatario en compañía de la portavoz del Gobierno, Christophe Castaner, y su ministro de Trabajo, Muriel Penicaud, y/AFP

Los principales puntos de la reforma de Francia son:

  1. Despidos: Habrá un límite para las indemnizaciones por despido improcedente:  tres a 15 meses de salario según la antigüedad del trabajador y que servirá de referencia a los tribunales pero no será una imposición. Se limita a un máximo de veinte meses de salario si la persona tiene treinta años de antigüedad. Los temas económicos o pérdias de beneficios de las empresas justifican el despido:  un juez deberá comprobar que las multinacionales no hayan organizado artificialmente las pérdidas financieras en sus balances anuales. Tan sólo dos trimestres de pérdidas podrían bastar si así se estipula en el acuerdo empresarial -entre el empresario y los trabajadores-, que prima sobre el convenio colectivo. Las empresas con menos de 11 empleados deberán justificar pérdidas al menos durante un trimestre y las medianas, de 11 a 50 trabajadores, por tres trimestres.
  2. Cambios en el sistema de representación de los trabajadores: No será necesario un delegado sindical en las pequeñas empresa (que hoy si lo era). Uno de los puntos más combatidos del texto es que prioriza la negociación directa entre empresario y trabajador, sin mediador; se reduce la intervención de los sindicatos. Los detractores de la reforma, creen que es una situación delicada especialmente cuando se trata de pequeñas y medianas empresas. Los acuerdos entre trabajador-empresa estarán por arriba del convenio colectivo.
    El texto la reforma propone además, la fusión de los órganos de representación de los trabajadores (delegados sindicales, de personal, del comité de empresa y del comité de seguridad y condiciones de trabajo) que se concentrarían en un comité de empresa, que podría negociar acuerdos en caso de ausencia de delegados sindicales y tendrá derecho de veto, en lo relativo a formación profesional y los aspectos sobre igualdad de género.
  3. Extensión de la jornada laboral: La reforma afecta también en la práctica a la jornada de 35 horas semanales, emblema de la izquierda francesa, al permitir que la empresa pueda decidir mediante acuerdo empresarial -en lugar de los convenios colectivos-, modificaciones horarias en situaciones excepcionales que serían pagadas como horas extras. Pero, también mediante ese acuerdo empresarial, el pago de las horas extras bajaría del 50% y 25% fijado actualmente a un 10%.
  4. Menos poder para los grandes sindicatos: Los acuerdos de empresa (votaciones o referendos internos) deberán ser respaldados por una mayoría, es decir, firmados por un sindicato que represente a más del 50% de los asalariados. Ahora los sindicatos que representan a menos de un 30% de los trabajadores podrán también pedir un referéndum interno para validar los acuerdos.
    Acuerdos temporales: Con el fin de preservar o desarrollar el empleo, una empresa podrá realizar ajustes en su organización en los que los acuerdos establecidos con la mayoría de los trabajadores primen sobre el propio contrato de trabajo. Esto podría afectar por ejemplo a la remuneración, con la eliminación de primas, y a las horas de trabajo. El trabajador podría ser despedido si se niega a aceptar dichos acuerdos. Estos acuerdos tendrán una duración máxima de cinco años.

La reforma del código laboral en Francia, es una parte importante de una controvertida agenda de Macron y el primer paso hacia una revisión del modelo social de Francia, que incluirá otros cambios mayores en las prestaciones de desempleo y las pensiones.

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