La motivación para el emprendedurismo

Carland and Stewart (1996) escribieron: “El proceso es claro: los emprendedores crean nuevos negocios. Lo que no está claro es por qué lo hacen”. Caudron (1999) sugirió que los modelos motivacionales en ciencias económicas operan bajo la premisa de que el individuo está maximizando el potencial salarial cuando deciden convertirse en autoempleados. De todas formas, fuera de la esfera económica el debate continúa.
Los investigadores en ciencias sociales, han sugerido que las motivaciones para el emprededurismo son más complejas.
emprendedurismoDurante tres años Corman, Lussier y Nolan (1996) llevaron a cabo un estudio a partir de haber encuestado a 1200 pequeños dueños de empresas en New England pidiéndoles que puntúen varios factores que los alientan en la creación de nuevas empresas.
Los resultados indicaron que la creación de nuevas empresas es fruto de motivadores internos y de factores de apoyo externos. Aseguraron que están influenciados por temas de calidad de vida y políticas y regulaciones gubernamentales, además de confirmar las teorías volitivas.
Bandura (1986) postuló su teoría del autoconcepto para expandir la teoría de motivación más allá de las consideraciones monetarias y básicas. La base de esta teoría era que los individuos actúan en función de factores personales, su comportamiento, y su interacción con los obstáculos en el logro de los objetivos. En este sentido, el concepto de confianza en sí mismo se convirtió en importante para la discusión de la motivación. La teoría de la autoimagen presenta una filosofía sobre los individuos como entidades proactivas y autorreguladas que se esfuerzan hacia las metas de más alto nivel (Bandura, 1986).
Del mismo modo, Covey (1991) sugirió que la naturaleza básica de los seres humanos es la de actuar y que el más alto nivel de esto es la acción centrada en principios. Covey (1991) sugirió la importancia de los principios, la moral y la responsabilidad social en la consecución de objetivos en el discurso de motivación. Sin embargo, las dudas se mantuvieron entre los investigadores en cuanto a cuáles serían estas acciones centradas en principios y si esta premisa explica adecuadamente la totalidad de los factores de motivación en los seres humanos.
Aprovechando la afirmación de Melton acerca de la ambición, los teóricos del autoconcepto sugirieron que individuos emprendedores estarían motivados en minimizar la disparidad entre su propia percepción del yo y su yo ideal.
Champy y Nohria (2000) proponen tres fases distintas de la ambición. Estos son la conceptualización inicial o el aumento de la ambición, la exposición del concepto o el ápice de ambición, y los desafíos para el concepto o la disminución de la ambición (Champy y Nohria, 2000).
Del mismo modo, Lawrence y Nohria (2002) postularon cuatro motivaciones básicas de los individuos en estas aspiraciones superiores. Propusieron que los individuos en este nivel tratan de adquirir, aprender y defender.
Estos teóricos sugieren que hay una motivación de más alto nivel para la adquisición de nuevos conocimientos, contribuyendo al bienestar social y el cumplimiento de la necesidad de relaciones a largo plazo. La importancia de estas teorías egocéntricas a la iniciativa empresarial científica es que las personas a veces son motivadas a ampliar sus capacidades en beneficio de los demás.

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