Para el gremio este accionar parte de empresarios que "movilizando una fabulosa liquidez están tras los pools de siembra, el negocio de la soja y otros agronegocios, con el objetivo de obtener rentas extraordinarias, empujando el aumento de los alimentos que consumen los argentinos".
Por lo que instó al gobierno a "ponerle límite a la especulación financiera que juega con los alimentos y el futuro de los argentinos".
"Hoy, es sabido que esta nociva incidencia de los especuladores financieros se ha acentuado a partir de la crisis que afecta al sistema financiero mundial, a partir del quebranto hipotecario en Estados Unidos", agregó
Denunció a los "empresarios irresponsables, que con un destacado protagonismo del capital rentístico tratan de apropiarse del trabajo de todos los argentinos con injustificadas alzas de precios".
"Esa crisis los ha movido a jugar con la creciente demanda mundial de alimentos, impulsando el aumento de sus precios, pues se han convertido junto con otras materias primas en reserva de valor ante el derrumbe del mercado internacional del dinero", agregó.
"No hay duda que ellos tienen una grave responsabilidad en el conflicto agropecuario que hoy afecta la vida del país", agregó
Indicó que en este contexto "no se nos escapa que, además, en el marco del lock out agropecuario, hay bancos privados, en particular extranjeros, junto a otros operadores financieros, que promueven la fuga de capitales tratando de crear una sensación de inestabilidad económica y financiera, en un ataque especulativo que no prospera por la solidez de las reservas del Banco Central".
"No ponerle límite a esta conducta que afecta el interés nacional, implica ignorar las lecciones del pasado reciente y las enseñanzas del quebranto sin parangón del 2001", agregó.
Puntualizó que "estos movimientos especulativos, originados primero en la crisis financiera internacional, y ahora incentivados a partir del conflicto agropecuario, han provocado una fuga de capitales que medida desde junio del año pasado ascendería a no menos de 10.000 millones de dólares".
"Esta conducta de ciertos bancos y otros especuladores, que las autoridades bien conocen, no es tolerable. No puede ser que los actores financieros, olvidando que en realidad son concesionarios de un servicio público y administradores del patrimonio de terceros, sigan realizando fabulosas ganancias, especulando sin importarles la suerte de
Por otra parte, indicó que "no cabe duda que, como lo venimos reclamando desde 1985, se impone una urgente e integral reforma de la legislación financiera, que -lamentablemente- en lo esencial sigue siendo la misma que impusiera Martínez de Hoz en 1977".