Estas semanas atrás los jóvenes principalmente han hecho, en ocasiones, hasta cola en grandes superficies para dejar su currículo. Muchos de ellos están estudiando y ahora que se cortan las clases tienen un poco más de tiempo para poder trabajar y ganar un dinero para pagar sus estudios o para darse algún capricho. Los más afortunados -no por nada sino porque ganarán más, aunque trabajen más- están trabajando desde mediados del mes de noviembre, el grueso se incorpora en estos días.
Los empleos que les esperan se concentran en el sector comercio y en la hostelería. Serán variados, aunque los sueldos no lo serán tanto. Eso sí, los que trabajen en hosteles de muchas estrellas y con categoría quizás también llenen un poco más sus bolsillos. Los jóvenes que cobren según convenio recibirán en los comercios siete euros la hora. Los que estén en la hostelería, dependiendo del puesto, se pueden llegar a embolsarse hasta 9,5 euros la hora.
Así, cuanto más horas se echen más dinero se ganará. En esta ocasión los jóvenes estarán deseando que les llamen y no querrán hacer ‘novillos’ ni un sólo día. Todo lo contrario de lo que ocurre en ocasiones en la Universidad, que no se va. Los jóvenes que estén sólo los cuatro fines de semana y además durante pocas horas cobrarán unas cantidades mínimas, pero habrá muchos que acepten la oferta porque es su oportunidad de poder ingresar unos cuantos euros.
Incremento de plantilla
El sector comercial es en Navidad cuando hace una caja más suculenta, por eso necesita mano de obra. En superficies como Carrefour la plantilla se incrementa entre un 35 y un 40%. Muchos de los currículos que reciben son para la campaña de Navidad. Sus titulares no quieren trabajar más allá de estos días. «Son fundamentalmente estudiantes», explica el director de Recursos Humanos de esta gran superficie, Isidro Ramírez. Los seleccionados empiezan a trabajar a mediados de noviembre y a primeros de diciembre. Antes emplean un par de días en cursos de formación. Ese ritual se suele repetir en la mayoría de los comercios.
Demanda y oferta
Las plantillas se refuerzan en general en el comercio. Las tareas que desempeñan se centran en la atención al cliente en las cajas, productos de textil, electrodomésticos, juguetes… y también en la reposición -eso no es de cara al cliente- en alimentación y bebida. En el pequeño comercio también se refuerzan los medios humanos, pero en menor medida. En otra parcela en la que buscan unos euros estos días los jóvenes es en Sierra Nevada. Si bien, la mayoría de los empleos en la nieve son de temporada completa. El año pasado, sin embargo, se hizo una oferta de empleo a través de la institución universitaria y para 30 plazas se recogieron más de 300 currículos.
Al contrario que en algunas ciudades como Valladolid que el comercio encuentra dificultades para cubrir empleos en Navidad, aquí hay bastantes jóvenes, por el momento, dispuestos a trabajar, aunque sea en Nochebuena y Nochevieja sirviendo platos y bebidas en fiestas que no son las suyas. Quienes trabajan ahora son muchos de los que en verano no consiguieron el suficiente dinero para pagar sus estudios. En algunas grandes superficies les vuelven a llamar porque ya les habían dejado avisado de que en la campaña navideña estarían otra vez disponibles. Ya tienen su currículo y saben como trabajan además conocen el sistema.
En las empresas de trabajo temporal también conocen el modelo y es en esta época cuando experimentan un mayor incremento de ofertas. En Adecco, por ejemplo, explica su director Rafael Funes, que el aumento es del 75% y no esconde que en ocasiones se puede llegar hasta el 100%. Añade que ellos pagan según convenio y que es «una buena época para los universitarios. Algunos están dos semanas y otros el mes entero».
Al margen del comercio y de la hostelería, los estudiantes de pueblos pequeños de Granada y Jaén -son los alumnos que más hay en la UGR después de granadinos- también cambiarán estos días las aulas del campus universitario por el frío de los campos de olivos. Toca campaña de aceituna.
En Granada ya han comenzado las jornadas maratonianas de compras y de diversión para miles de personas con sueldo fijo y también las de largas horas de trabajo para los jóvenes que no descansan y sí trabajan por Navidad.