España se niega a legalizar en la UE la semana laboral de hasta 60 horas
España, Italia, Francia, Grecia y Chipre se negaron ayer en Bruselas a que el Consejo de Ministros de Empleo y Política Social de la UE aprobara una nueva norma sobre horarios de trabajo que legalizaba, en casos excepcionales, las semanas laborales de hasta 60 horas. La delegación española estuvo encabezada por Jesús Caldera, pero la posición de España también fue defendida, en gallego por primera vez en una reunión de ministros de la UE, por el conselleiro Ricardo Varela, quien asistió al Consejo en representación de las comunidades autónomas.
Desde hace cinco años, los Veinticinco intentan flexibilizar las condiciones laborales de la UE recogidas, desde 1993, en una directiva que prohíbe las semanas laborales de más de 48 horas y que regula minuciosamente cuestiones como los tiempos de descanso diarios y semanales. Esa norma, sin embargo, admite una práctica conocida con el término inglés opt-out -autoexclusión-, que legaliza de hecho la posibilidad de que un empresario pueda forzar a un trabajador a aceptar, mediante un pacto privado al margen de su convenio, una jornada laboral que sume hasta 60 horas semanales.
La Presidencia finlandesa de la UE puso encima de la mesa una propuesta de modificación de esa norma que incluía una reducción progresiva de la jornada máxima del opt-out, pero España, Italia y Francia exigieron que la nueva directiva fije al menos la desaparición definitiva de esa práctica en el plazo de diez años. Un grupo de países encabezados por el Reino Unido, el que más se beneficia del opt-out, rechazó esa enmienda, lo que bloqueó a media tarde cualquier posibilidad de acuerdo.
El ministro de Trabajo, Jesús Caldera, justificó la postura española porque las semanas de 60 horas no sólo impiden conciliar la vida laboral con la familiar, sino también porque son «un atentado a la salud y a la seguridad» de los trabajadores. «En España la jornada máxima es de 40 horas, y eso va a seguir siendo así», aseguró.
Ministros mantienen discrepancias sobre la jornada laboral máxima