Tener un empleo fijo apenas influye en los jóvenes a la hora de crear nuevos hogares

Para llegar a esta conclusión, el estudio toma como referencia el año 1998, momento en el que varias comunidades autónomas introdujeron incentivos a la conversión de contratos temporales en indefinidos, selecciona una muestra de trabajadores de entre 20 y 34 años con contrato temporal entre la fecha de inicio y 2001, y cruza datos procedentes de la Encuesta de Población Activa (EPA) que permiten identificar los casos en los que se produce la emancipación.

Los resultados señalan que la propensión a formar un nuevo hogar en los jóvenes de entre 20 y 34 años disminuyó en 2,66 puntos porcentuales cuando su contrato se convirtió en indefinido, mientras que, en el caso de los trabajadores de entre 25 y 34 años, la probabilidad se redujo en 1,87 puntos porcentuales.

Así, el informe concluye que una conversión del contrato temporal en indefinido reduce la probabilidad de formar un nuevo hogar, aunque puntualiza que el resultado obtenido ‘no es significativamente distinto de cero’.

LA TEMPORALIDAD INFLUYE EN LA ELECCIÓN ENTRE ALQUILER Y COMPRA.

El estudio también destaca a España como uno de los países donde la tasa de formación de nuevos hogares es mayor entre los jóvenes con contrato de trabajo indefinido, frente a otros casos como Italia o Francia.

En este sentido, la tasa de formación anual de nuevos hogares en España es del 7,7% para los trabajadores de entre 18 y 35 años con contrato indefinido, mientras que la cifra se reduce al 6,5% para aquellos que poseen un contrato temporal.

En el caso de Italia, la tasa de formación de nuevos hogares es menor en los jóvenes con contrato indefinido (6,6%) que aquellos que trabajan con contrato temporal (6,7%).

La diferencia se agudiza mucho más en Francia, donde la tasa de formación de nuevos hogares de los jóvenes con contrato temporal supera en 2,2 puntos porcentuales a la cifra de aquellos que tienen un contrato indefinido.

No obstante, el informe puntualiza que el tipo de contrato sí modifica la forma de establecimiento de un nuevo hogar. Así, la temporalidad ‘parece aumentar’ la probabilidad de que la primera casa de residencia sea alquilada, en vez de comprada.

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