La RSC como valor estratégico para la puesta en marcha de la Empresa Sostenible

Podemos definir la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) como la contribución activa y voluntaria al desarrollo social, económico y medio ambiental de nuestro entorno por parte de las compañías, con el fin de mejorar su situación competitiva y aportar  valor añadido. Esta actividad ha sido considerada tradicionalmente como una tendencia propia de las épocas de expansión, y por lo tanto prescindible en momentos en los que es necesario plantearse reducir costes.

Sin embargo, ha llegado el momento de cambiar nuestra mentalidad,  renovar nuestra estructura organizativa,  y abrirnos paso hacia políticas de RSC que se integren de forma trasversal en la estrategia de nuestra empresa, con el fin de sobrevivir a la acuciante crisis actual. Esta nueva perspectiva es, por lo tanto, incompatible con la mentalidad que ha dominado el mercado hasta la actualidad, basada en el cortoplacismo y en los intereses propios. Por tal razón, debemos renovarnos, y comenzar el recorrido hacia la empresa sostenible, para poder sortear los baches que nos trae la actual coyuntura económica. Y para ello debemos darnos cuenta que la RSC no supone un coste más, sino una inversión de futuro que, sin duda, es rentable.

Las políticas de RSC no deben aplicarse sólo en épocas de expansión. De hecho es una herramienta que debe servir a las empresas como valor estratégico en su organización y en su relación con proveedores, clientes, y Administración Pública, etc. No saldremos de la crisis sólo esperando al crecimiento económico, sino cuando seamos capaces de generar activo, creando un binomio trasversal entre el crecimiento y el empleo. Esto generará un crecimiento empresarial y social inteligente, sostenible e integrador.

La empresa sostenible es aquella que utiliza sus recursos adecuadamente; para lo cual, debemos basarnos en una actitud integradora. No podemos considerar la RSC como una actividad filantrópica, sino como una estrategia trasversal de la empresa, que se implica en todos sus departamentos y que afecta a todos lo grupos de interés que trabajan con ella. El compromiso y la voluntariedad deben estar integrados en todas las capas de la compañía. Esto da como resultado una medida para diferenciarse en el mercado, un valor añadido que, definitivamente, se traduce en beneficios para la empresa. Para ello, debemos ser capaces de generar activo. Las personas son nuestro principal recurso si queremos que se produzca un cambio sustancial. Por tanto, las políticas educativas y la captación de talento son dos herramientas básicas, creando un binomio trasversal entre el crecimiento y el empleo.

En definitiva, la Responsabilidad Social Corporativa es un movimiento expansivo que cada vez abarca más preocupaciones: la salud, la seguridad, el medioambiente, la diversidad, la educación, los derechos humanos, etc. Pero la RSC es también una herramienta fundamental para el crecimiento de las compañías, y una necesidad para el cambio del modelo productivo.
 

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