El turismo y las pasantías

Se escucha decir que muchas veces las empresas no han comprendido la formación y capacitación de los recursos humanos y desvirtúan la figura de las pasantías. Cuando esta modalidad laboral se hace demasiado extensa en el tiempo para el pasante, obviamente, se cae en un abuso.
En el caso de la provincia de Salta, observo una buena expansión del empleo y de la capacitación por medio de las pasantías para lo que quieran internarse en una actividad tan dinámica como lo es el turismo. Lo que se debe buscar para esta forma de ocupación es un justo término, un equilibrio entre la pasantía capacitadora y entrenadora de nuevos conocimientos y el contrato equitativo entre las partes.
Cuando el país vivió una crisis tan importante como la del 2001, hace falta que las modalidades de trabajo existentes sean usadas al máximo de manera que se combata efectivamente la desocupación y, las pasantías, ayudan en ese sentido. Pero también es urgente que se concrete el blanqueo de personal. Cinco años de recesión fueron largos y, por eso es que la primera prioridad consiste en crear empleo; la segunda, que ese empleo sea de buena calidad.
No quiero hacer apología del trabajo en negro, pero es preferible tener trabajo en negro que no tener nada. Pero aclaro, una vez que hemos llegado a un crecimiento sostenido de la Argentina, como el actual, lo que hay que hacer es que el trabajo entre en el pago de los impuestos y se blanquee la mano de obra intensiva que demanda ese mismo crecimiento. El único trabajo de calidad es el trabajo en blanco, así mejoramos la calidad del sistema previsional y de salud, porque hay aportes y un futuro para ese trabajador.
Creamos de esta manera un circuito virtuoso, lo contrario es el bumerang contra el empleador. Si no se tributa el trabajo dado no se entrega satisfacción ni seguridad social al trabajador. Las empresas que no pueden pagar las grandes demandas laborales por el trabajo en negro deben inexorablemente que bajar sus persianas.

 

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