Algunos ejecutivos esperan demasiado tiempo para declarar la bancarrota

A Michael Bruder le han gritado, le han cortado el teléfono y lo han sacado a empujones de varias oficinas.

Un agente de cobranza podría esperar un trato como ese. Pero no es lo que Bruder, experto en rescate de empresas de Macquarie Capital USA, esperaría cuando ingresó al campo de la reestructuración corporativa.

El trabajo de Bruder es decirle a los ejecutivos que declararse en quiebra podría ser la mejor opción para salvar a sus atribuladas compañías y protegerse de demandas y acreedores. Bruder cree que no es una tarea fácil.

"Puede resultar bien a veces, pero la mayor parte del tiempo te llevas un tremendo empujón por la espalda", dijo Bruder, que dirige el grupo de reestructuración y situaciones especiales de Macquarie en Nueva York.

El número de declaraciones de quiebra de empresas aumentó un 63 por ciento comparado con el año anterior, debido a que la recesión mundial, la reducción del gasto de los consumidores y un casi congelamiento de los créditos financieros han afectado fuertemente a las compañías, según la firma de abogados Jones Day.

Se espera que esta cifra aumente otra vez este año, según una investigación de Macquarie Capital.

Pero pese a la débil economía, la vergüenza, el orgullo o la soberbia no permiten que los ejecutivos dejen que sus compañías se declaren en bancarrota por protección, incluso cuando esto podría significar un retroceso o terminar en un colapso total.

"Probablemente nos tomamos mucho tiempo (en llenar el capítulo 11) de lo que debimos porque nunca quieres tener el sentimiento de fracaso y siempre quieres luchar", dijo Joseph Vicens, jefe de operaciones del sitio online 1800mattress.com, que está en bancarrota y camas a través del teléfono, internet y tiendas.

Vicens sostuvo que su declaración de quiebra fue retrasada entre tres a seis meses, si lo hubiera hecho antes habría servido para no pagar caros créditos inmobiliarios y otras obligaciones.

El retraso también habría provocado que los acreedores forzaran el tema al solicitar una petición del capítulo 7 contra la compañía, pidiendo a una corte judicial que dicte una auditoría para hacerse cargo de las operaciones.

La compañía 1800mattress.com tuvo que responder a la medida del acreedor llenando el capítulo 11 y ahora está planeando ser comprada por su competencia Sleepy’s.

"Puedes llamarlo una ilusión, pero básicamente pensamos que podría funcionar internamente", dijo Vicens. "Nadie quiere llegar al capítulo 11", sostuvo.

EJECUTIVOS SE RESISTEN

Los ejecutivos, especialmente aquellos que empezaron un negocio, creen que conocen la Compañía mucho mejor que cualquier consejero externo. Se resisten a admitir que no fueron lo suficientemente inteligentes como debieron, apenas comenzó a fallar el negocio y temen que el estigma del fracaso junto con la bancarrota los seguirá durante su carrera.

Declararse en bancarrota también es caro para las compañías porque tienen que pagar su propia consejería legal, asistencia de gerencia, abogados para el comité de créditos y otras asesorías.

"Ellos siempre esperan demasiado", dijo William Henrich, vicepresidente de la consultora para rescate de empresas Getzler Henrich & Associates LLC.

Profesionales de reestructuración citan el ejemplo del minorista de electrónicos Circuit City, que tuvieron que liquidar después de varios intentos por arreglar sus finanzas y de fracasar en encontrar un comprador.

Solicitar asesores de reestructuración o declararse en bancarrota antes podría haber permitido a la compañía delinear su negocio o repactar caros acuerdos de bienes raíces, dijo Heidi Sorvino, directora de la consultoría de bancarrota para Smith, Gambrell & Russell LLP en Nueva York.

"Ahora miren lo que han hecho, han despedido a todas las personas de su trabajo, cerrado todas las tiendas y tienen todos los créditos rechazados", dijo Sorvino.

Expertos en finanzas con grados universitarios en negocios y un entendimiento profundo de las planillas de balance son contratados para hacer que una compañía en problemas pueda salir adelante.

Pero las habilidades más útiles a menudo son las terapéuticas.

"Tienes que entender los motivos, organización y objetivos porque estás tratando de impulsar a la gente a que haga cosas que en otro caso no lo harían", dijo Henrich.

"El éxito real para ayudar a que una compañía enfrente una quiebra es verdaderamente la parte sicológica de todo esto", indicó Sorvino.

Bruder de Macquarie Capital tiene una plantilla que lo ayuda a identificar los deseos y temores de todas las partes afectadas por una reestructuración corporativa.

Y Sorvino confía en sus habilidades desarrolladas en su magíster sobre sicología laboral cuando trabaja con sus clientes.

"Admitir el fracaso es realmente difícil", dijo Sorvino. "Varios de ellos están incrédulos. (Ellos dicen) ‘¿Cómo pudo pasar esto?’", declaró.

 

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